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Sánchez huye del debate sobre la nación: gobernar en las sombras es más cómodo

Sánchez desaparece del Congreso: el debate le viene grande
El gran escapista de la política española lo vuelve a hacer. Pedro Sánchez, el presidente que no convoca ni su propia sombra, ha decidido que el debate sobre el estado de la nación es algo secundario. Al fin y al cabo, rendir cuentas debe ser un concepto obsoleto para alguien que gobierna a base de decretazos y reuniones en la penumbra.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha exigido que Sánchez dé la cara ante el Congreso y convoque este debate anual, pero claro, preguntar por la salud de nuestra nación a un presidente que parece dormitar en su propia burbuja es un ejercicio de ingenuidad.
Un presidente omnipresente en sus monólogos, ausente en el Congreso
El único sitio donde Sánchez no tiene problemas en hablar es en sus entrevistas con guion preestablecido y sus discursos en plazas escogidas con precisión quirúrgica para evitar preguntas incómodas. Pero cuando se trata de comparecer de verdad, delante de los representantes de los ciudadanos, la historia cambia.
La última vez que hubo un debate sobre el estado de la nación fue allá por julio de 2022, hace ya una eternidad política. Desde entonces, Sánchez ha encontrado mil excusas: que si la pandemia, que si la guerra en Ucrania, que si los indultos, que si la amnistía, que si la siesta es sagrada en La Moncloa… Cualquier pretexto es válido cuando uno gobierna a golpe de opacidad.
Un plan de acción por la democracia… pero que no incluya hablar con la oposición
Resulta que en los papeles oficiales, el PSOE vendía su Plan de Acción por la Democracia como la gran revolución de la transparencia. En sus páginas mencionaban que convocarían anualmente el debate sobre el estado de la nación. Pero ya sabemos que lo del socialismo contemporáneo es prometer mucho y cumplir poco.
Mientras tanto, Feijóo le recuerda a Sánchez que hay que gobernar con la gente y no contra ella. Pero claro, eso exige una dosis mínima de autocrítica, y en Sánchez la autocrítica es aún más escasa que los diputados dispuestos a defender el «sanchismo» sin tragarse su propio vómito de vergüenza.
Presupuestos prorrogados y un Gobierno que sobrevive a base de triquiñuelas
Feijóo no solo ha pedido el debate sobre el estado de la nación, también ha recordado otro as en la manga del PSOE: llevar dos años sin presentar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado. En su lugar, la máquina gubernamental funciona con partidas prorrogadas, como si un país pudiera gestionarse como el cajón de facturas atrasadas de un banco cualquiera.
El líder del PP ha sido claro: ningún Gobierno puede mantener este nivel de inacción sin que la democracia misma termine pagando los platos rotos. Pero Sánchez prefiere navegar en la comodidad de un despacho cerrado mientras sus diputados apagan incendios en público con discursos fabricados desde Moncloa.
17 leyes bloqueadas y un Congreso ninguneado
Y si de erosionar la democracia se trata, el PSOE está en plena forma. Feijóo ha recordado que el Grupo Popular tiene 17 proposiciones de ley aparcadas en el Senado y otras 6 en el Congreso que simplemente han sido ignoradas por Francina Armengol y su equipo de censores parlamentarios.
Mientras tanto, ERC, Bildu y el populismo independentista tienen línea directa con La Moncloa. Para ellos sí hay tiempo, atención y prebendas legislativas. Para el resto del país, solo hay humo y titulares reciclados de la retórica sanchista.
El futuro: Sánchez y su gabinete de sombras
Feijóo lo ha dicho claro: la debilidad de Sánchez está arrastrando a España con él. Pero el presidente no parece tener prisa por cambiar nada. Su plan es evidente: resistir como sea, blindarse en su búnker monclovita y aparentar que todo está en orden, aunque todos veamos que el país se maneja a base de favores, chantajes y decisiones improvisadas entre socios de conveniencia.
Si en el tablero político Sánchez es un zombi, su Gobierno es un desfile de muertos vivientes que hacen lo que sea por mantener el tinglado en pie.
Pero la pregunta es… ¿durante cuánto tiempo más podrá huir Sánchez del Congreso? Porque tarde o temprano, su silencio se hará insoportable hasta para los suyos.
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