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Sánchez derrocha en limpiar despachos mientras el barranco del Poyo sigue hecho un vertedero

Sánchez derrocha en limpiar despachos mientras el barranco del Poyo sigue hecho un vertedero

Si algo caracteriza al Gobierno de Pedro Sánchez es su olfato… aunque en este caso, parece estar más preocupado por eliminar malos olores en sus oficinas que por la pestilente realidad de la Comunidad Valenciana tras la devastadora DANA del 2024. Mientras las víctimas siguen esperando una reconstrucción que nunca llega, el Ejecutivo ha aumentado un 24% el presupuesto para mantener impoluta la sede valenciana de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Así lo ha confirmado el Boletín Oficial del Estado (BOE), que recoge que el gasto para mantener reluciente esta sede ascenderá a 357.006,24 euros para los dos próximos años. Una cifra que contrasta con la miseria presupuestaria destinada a paliar los estragos en el barranco del Poyo, donde la única limpieza visible es la de manos del Gobierno.

Un contrato digno de la Familia Real… pero solo para los despachos oficiales

El contrato tan generoso firmado por el Ejecutivo socialista incluye:

  • Limpieza diaria de pavimentos, aseos, mobiliario, equipos informáticos y accesos.
  • Limpieza semanal de puertas y mamparas de cristal o madera, así como el mobiliario y zonas de paso.
  • Limpieza mensual de persianas y marcos de ventanas, porque claro, contemplar la desolación externa con cristales sucios es intolerable.
  • Limpieza trimestral de mamparas, luminarias y mobiliario más profundo.
  • Limpieza semestral de paredes y techos, porque claro, no es lo mismo que el polvo se acumule en la sede oficial a que lo haga en el barranco donde murieron 225 personas.

Y si esto no fuera suficiente, incluye “limpiezas extraordinarias”, por si alguna alfombra requiere una aspirada de emergencia. Como siempre, el PSOE no escatima en lujos… pero solo si son para su propia comodidad.

Y mientras tanto, en el barranco del Poyo…

Tres meses después de la DANA que arrasó parte de Valencia, el barranco del Poyo sigue convertido en un vertedero. Con montañas de ramas, troncos, escombros, colchones podridos, electrodomésticos destrozados, bombonas de butano e incluso animales muertos, la imagen del desastre sigue intacta. Eso sí, el suelo del despacho del señor funcionario de la Confederación debe brillar como el oro.

Juanvi Palleter, un agricultor valenciano afectado, denuncia que nadie del Gobierno ha movido un solo dedo para devolver la normalidad a la zona. “No me quiero ni imaginar la imagen del desbordamiento hace tres meses”, lamenta. Y ante la pregunta de si hay previsión para solucionar el desastre, la respuesta del Ejecutivo parece ser un sonoro: «¡Pasapalabra!».

Prioridades socialistas: despachos relucientes, calles apestosas

Ni las 225 víctimas mortales de la DANA ni los vecinos afectados parecen ser una razón suficiente para actuar con la misma rapidez y eficacia con la que se adjudican contratos de limpieza para despachos gubernamentales. Para el Gobierno de Sánchez, resulta mucho más urgente que los funcionarios de la CHJ no tengan que trabajar en un entorno con polvo y aire viciado, que garantizar que no se repita un desastre por falta de infraestructura.

Al final, la ecuación es clara: ni solidaridad ni gestión eficiente, solo una limpieza selectiva donde la prioridad siempre es el bienestar de los altos cargos y sus moquetas de lujo. ¿Solucionar el problema del barranco del Poyo? Eso si acaso después de su próxima reforma de oficinas.

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