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Sánchez convierte España en el único país donde entrar ilegal es más fácil que salir

Sánchez convierte España en el único país donde entrar ilegal es más fácil que salir
Parece que Pedro Sánchez se ha propuesto demostrar que España es el país de las oportunidades… para todo aquel que llegue sin papeles. En un giro magistral de ingenio progresista, el presidente del Gobierno ha logrado un hito histórico: España se ha convertido en el único país del mundo donde entrar ilegalmente es mucho más fácil que salir expulsado. Y no solo eso, sino que, aunque las llegadas de inmigrantes irregulares se han multiplicado por dos, las deportaciones han caído en picado. Bravo, presidente.
Las matemáticas ‘sanchistas’: a más inmigración ilegal, menos expulsiones
Los datos no mienten, aunque el Gobierno preferiría que nadie los viera. Desde que el señor Sánchez aterrizó en Moncloa en 2018, las expulsiones de inmigrantes en situación irregular han descendido un 35%, pasando de 4.677 en 2019 a tan solo 3.031 en 2024. Mientras tanto, las llegadas ilegales se han duplicado, alcanzando la nada despreciable cifra de 63.970 en 2024. Pero no pasa nada, que la «acogida solidaria» nunca ha sido tan rentable para ciertos sectores.
Para aclararlo en términos que hasta el gobierno entienda:
- 2019: 32.513 entradas ilegales, 4.677 expulsiones.
- 2024: 63.970 entradas ilegales, 3.031 expulsiones.
Conclusión: Por cada inmigrante expulsado en 2019 entraban ilegalmente 7 personas. En 2024, la proporción se dispara y por cada inmigrante que consigue salir del país por la puerta de atrás entran 21 más. Matemáticas imbatibles.
La estrategia socialista: puertas abiertas, fronteras de decorado y justificantes de asistencia
El plan del Gobierno es infalible: dejar que entren todos los que quieran, reducir las deportaciones y justificarlo con excusas burocráticas. Según el Ministerio de Inclusión y Migraciones, no existe el concepto de “persona ilegal” en el ordenamiento jurídico español. ¡Qué alivio! Ya lo saben: en España, no hay inmigración ilegal, solo tránsito sin papeles. Todo solucionado con un eufemismo.
A esto hay que sumarle que durante la pandemia del Covid, donde media Europa reforzaba sus fronteras, en España se vivió una reducción aún mayor de las expulsiones: solo 1.834 en todo 2020. Porque si hay algo que Sánchez y su equipo aprendieron bien del virus es que cualquier crisis se puede convertir en pretexto para hacer lo que les venga en gana.
Vox pregunta, Sánchez esquiva
Los diputados de Vox han intentado sacar al Ejecutivo de su burbuja preguntando por el coste real de la inmigración ilegal en España. Querían conocer cuántos recursos públicos se destinan a la acogida, manutención y subsidios de estas personas desde 2019 hasta el presente. Pero el Gobierno, elegante en su estrategia de ocultación, solo ha dado cifras de expulsiones, omitiendo cualquier dato económico. ¿Por qué será?
Ahí está el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de la socialista Elma Saiz, parroquiano de la política de ocultación, asegurando que la cobertura a inmigrantes irregulares es parte de un plan humanitario en el que se atienden sus «necesidades básicas». ¿Y las necesidades básicas de los españoles que no llegan a fin de mes? Ah, eso es otro ministerio, otra historia, otro problema sin resolver.
Conclusión: España, la tierra prometida según Sánchez
Bajo la batuta de este Gobierno, España se ha convertido en un espectáculo de puertas giratorias para todos aquellos que llegan sin papeles: barra libre para entrar, restricción VIP para salir. Mientras Pedro Sánchez sigue aplicando su política del avestruz, con la cabeza bien enterrada en la arena de su propaganda, el país se enfrenta a una crisis migratoria cuya solución parece ser una de sus menores prioridades.
Pero eso sí, mientras haya votos que rascar y titulares grandilocuentes sobre lo inclusivos que somos, el socialismo seguirá funcionando como siempre: con la chequera ajena y la realidad guardada en un cajón.
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