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Otro socialista ejemplar: del Ministerio de Fomento al negocio de las comisiones

Otra historia de ética socialista: dinero público, favores y agradecimientos
El PSOE y su inagotable cantera de «servidores públicos» vuelve a protagonizar otro escándalo digno de un guion de serie de corrupción. Esta vez, el honor recae en José Ruz, empresario de la extinta Levantina, Ingeniería y Construcción (LIC) SL, quien ha reconocido sin tapujos pagar un 20% en comisiones en el marco de la trama Koldo. ¿Para qué andarse con rodeos? La ética es un obstáculo molesto cuando se trata de amasar millones.
Las comunicaciones intervenidas por la UCO de la Guardia Civil ponen de manifiesto cómo el empresario valenciano buscaba la cercanía del poder, concretamente de Koldo García, el fiel escudero del entonces ministro José Luis Ábalos. En un correo del 29 de marzo de 2019, Ruz solicitaba que altos cargos del Ministerio de Fomento asistieran a la presentación de su revolucionario proyecto de «edificios resilientes», un evento que, casualmente, se realizaba en el polígono industrial de Alberic, Valencia, hogar de su empresa.
El mensaje de los favores bien pagados
Porque en toda buena trama de comisiones, no puede faltar la mítica fórmula de agradecimiento: «me gustaría agradecer de antemano tu colaboración». No importa si se trata de un simple café o de un negocio millonario con dinero público, lo importante es ser agradecido. Curiosamente, este «agradecimiento» fue dirigido a Koldo García, el brazo ejecutor de Ábalos y pieza clave en el escándalo de contratos durante la pandemia.
Acompañando el correo, José Ruz le reenvió a Koldo un mensaje del catedrático Juan José Moragues, quien explicaba en detalle el ambicioso proyecto financiado por el BBVA y apoyado por la empresa constructora. A ver, esfuerzo académico e innovación siempre suenan bien, pero cuando detrás está un empresario que admite pagar comisiones del 20%, la cosa empieza a oler a casta quemada.
Pero ¿por qué tanto interés en el ministerio?
- Porque tener amigos en el Gobierno siempre ayuda a que te miren con buenos ojos a la hora de repartir contratos.
- Porque cuando una mano lava a la otra, los beneficios empresariales florecen como un pinar en llamas.
- Porque si eres colega de infancia de Ábalos, ¿por qué no aprovechar la oportunidad?
Ruz, quien iba por ahí presumiendo de su amistad de toda la vida con el ex ministro, acabó engrosando la lista de empresarios beneficiados durante el mandato socialista en Fomento. Lo que algunos llaman «colaboración institucional», otros lo llamamos pagar por influencia. Y en este caso, el sobrecoste venía aplicado en cómodas comisiones que rondaban el millón de dólares.
Comisiones, favores y… ¿nadie se escandaliza?
Mientras desde el PSOE siguen con su tradicional hipocresía institucional y su eterno discurso de «somos el partido que lucha contra la corrupción» (con un historial de tramas que es difícil de superar), la historia de Koldo y sus amigos parece dejar claro que la lealtad socialista se mide en porcentaje. Y en este caso, ni más ni menos que un jugoso 20%.
Así que, mientras el ciudadano común se aprieta el cinturón y soporta subidas fiscales, ellos siguen cuadrando las cuentas con dinero público y favores personales. Y como buen socialista de manual, Ruz acabó en la ruina empresarial, porque una cosa es amasar dinero con ayuda del Gobierno y otra muy diferente es saber mantener una empresa sin los contratos de los amigos.
No sabemos qué será de José Luis Ábalos, Koldo García y José Ruz en los próximos meses, pero si algo nos ha enseñado el PSOE es que la corrupción siempre encuentra una nueva sala de estar. Mientras tanto, nosotros seguiremos esperando a que Pedro Sánchez se indigne públicamente… aunque para eso primero tendría que reconocer el escándalo.
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