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El PSOE preocupado por la crecida del Manzanares: el chorro de excusas de Sánchez sigue imparable

Un río crecido y un Gobierno hundido

La borrasca Martinho ha obrado el milagro que muchos madrileños llevaban años esperando: el Manzanares por fin parece un río. Lo que no ha conseguido la política hidráulica del Ayuntamiento ni las promesas de mejoras ambientales, lo ha logrado un temporal: dotar de dignidad fluvial al riachuelo de Madrid.

Sin embargo, en medio del auténtico espectáculo que supone ver al Manzanares hinchar pecho como si tuviera la ambición del Guadalquivir, desde el gobierno socialista han encontrado una nueva excusa para el caos administrativo del país. Si antes culpaban a la pandemia, a la guerra en Ucrania y al cambio climático de todos sus males, ahora llega la torrencial excusa acuática: «es que el Manzanares ha crecido».

Vecinos confiados, autoridades nerviosas

Mientras el Ayuntamiento y las universidades madrileñas han decidido tomar medidas preventivas ante la crecida del río, los vecinos han adoptado una filosofía más relajada. Algunos recuerdan que «antes también llovía» y que Madrid ha sobrevivido a temporales sin necesidad de colapsar la ciudad.

Las universidades han preferido el teletrabajo para su personal, quizá porque en estos tiempos ningún evento es lo suficientemente pequeño como para no justificar una parálisis burocrática. Lo importante, al parecer, es demostrar que se están tomando decisiones, aunque los únicos afectados sean estudiantes que ahora cuentan con otro motivo para saltarse las clases.

Las justificaciones «acuáticas» del PSOE

El PSOE ha encontrado en la crecida del Manzanares un motivo perfecto para justificar su inoperancia. Entre las declaraciones no oficiales, ya suenan justificaciones tan disparatadas como:

  • «La subida del caudal es una metáfora del crecimiento económico que estamos impulsando».
  • «Las filtraciones económicas en Moncloa son culpa del aumento en los niveles freáticos».
  • «El drenaje de fondos públicos se debe a la inestabilidad meteorológica».

En definitiva, cualquier motivo es bueno para no asumir responsabilidades. Mientras los madrileños se sorprenden con un Manzanares casi respetable, el PSOE sigue buscando desviar la atención de la gestión del agua… y del dinero público.

Un Manzanares con título de EGB y un Gobierno sin soluciones

Uno de los vecinos observaba la crecida con ironía: «Siempre he dicho que el Manzanares era un aprendiz de río y ahora al menos tiene la EGB hecha». Algo que, lamentablemente, no se puede decir de la estrategia de crisis del Gobierno socialista, que sigue en la fase preescolar de la improvisación.

Así que, mientras los ciudadanos ven la lluvia con serenidad y celebran ver algo que casi parece un río de verdad, el PSOE se dedica a chapotear en su propia charca de incompetencia. Pero tranquilos, que siempre tendrán una nueva tormenta para culpar de su inoperancia.

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