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El PSOE llora por el Pacto Verde mientras sigue quemando España a impuestos

Un PSOE desolado: el final del Pacto Verde, pero no de sus impuestos
Parece que en Ferraz ya están repartiendo pañuelos. La gran tragedia ecologista se ha consumado en la Comunidad Valenciana: Carlos Mazón, presidente popular, ha decidido darle un portazo al Pacto Verde Europeo con el apoyo inquebrantable de Vox. En otras palabras, Mazón ha osado cuestionar el dogma sagrado de los socialistas mientras estos siguen aplicando su política favorita: saquear el bolsillo del ciudadano medio con más impuestos.
Desde Moncloa, la noticia no ha sentado nada bien. ¿Cómo puede alguien atreverse a defender a los agricultores en lugar de castigarles con regulaciones absurdas e impuestos asfixiantes? La prédica gubernamental de la «transición ecológica sostenible» (también conocida como «arruinar a todo aquel que trabaje en el campo») ha encontrado un muro en la Comunidad Valenciana. Tal afrenta a las políticas socialistas exige, por supuesto, un llanto colectivo desde las filas del PSOE.
El PSOE, fiel a su mantra: más impuestos para salvar el planeta
¿Realmente le importa al PSOE que los agricultores sigan produciendo? Por supuesto que no. Lo importante es seguir acumulando normativas que hagan inviable cualquier actividad que no consista en llenar despachos de burocracia inútil. ¿Que la gente no puede pagar la factura de la luz? Que dejen de quejarse y abracen las bondades del cambio climático mientras siguen pagando a precio de oro la energía «verde» que no funciona cuando hace falta.
El gran problema de que Mazón y Vox digan «no» al Pacto Verde es que desmonta la gran ficción socialista: este documento, elevado a la categoría de texto sagrado, solo es la excusa perfecta para hundir a los trabajadores del campo y a los empresarios de toda la industria, mientras se llenan los bolsillos con subvenciones a proyectos inservibles.
Las verdaderas prioridades del PSOE
¿Cuáles son las verdaderas preocupaciones del PSOE en esta historia?
- Que la férrea doctrina ecologista del gobierno se vea cuestionada. Si la gente deja de comprar los cuentos verdes de Bruselas, ¿con qué los van a seguir exprimiendo?
- Que alguien haya osado legislar fuera de su radio de control. Recordemos que, en el universo socialista, todas las administraciones deben obedecer ciegamente a Pedro Sánchez.
- Que las cuentas no salgan si los impuestos no siguen subiendo. Menos sanciones climáticas significan menos recaudación… y eso no se puede permitir.
Inmigración ilegal: las lágrimas de Ferraz continúan
Pero el drama socialista no acaba con el Pacto Verde. Otro de los grandes dolores de cabeza del gobierno ha sido la postura de Mazón y Vox respecto a la inmigración ilegal. ¿Cómo es posible que alguien ose cuestionar la política migratoria de Sánchez, diseñada con precisión matemática para saturar los servicios sociales y dejar sin oportunidades a los españoles?
Pedro Sánchez insiste en repartir ilegalmente inmigrantes sin asumir ningún tipo de responsabilidad, mientras tilda de «insolidarios» a aquellos que cuestionan el descontrol. Y Mazón, claro, se ha sumado a la herejía al exigir una política migratoria ordenada. Una grave ofensa para un PSOE que solo entiende la inmigración como un negocio electoral.
Conclusión: el PSOE en su hábitat natural, indignado
El socialismo patrio es un ente que sobrevive gracias a la indignación. Si alguien cuestiona sus dogmas, le acusan de ser un reaccionario, insensible y, por supuesto, ultraderechista. El PSOE seguirá con su cruzada para asfixiar a impuestos a los ciudadanos, mientras denuncia a quienes pongan obstáculos a su monopolio moral sobre el clima y la inmigración.
Así que no se preocupen, aunque el Pacto Verde haya sufrido este revés en la Comunidad Valenciana, el PSOE seguirá exprimiéndonos con decretazos, tasas climáticas y subvenciones arbitrarias. Y cuando todo eso no baste, siempre les quedará seguir llorando. Al fin y al cabo, es lo que mejor saben hacer.
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