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El PSOE, indignado: ¿por qué no controlan las cámaras en Chile como en Ferraz?

El PSOE, indignado: ¿por qué no controlan las cámaras en Chile como en Ferraz?
Cuando la privacidad depende de la geolocalización
El escándalo internacional del momento no es la inflación, el desempleo o la corrupción, no. Es, por supuesto, que alguien osó tomar unas fotos de la princesa Leonor en un centro comercial de Punta Arenas. ¡Horror! ¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI la salud democrática de un país no garantice que solo se puedan ver imágenes oficiales y perfectamente encuadradas de la heredera al trono? En el PSOE, expertos en blindar espacios públicos cuando lo necesitan, no dan crédito.
La indignación socialista ha cobrado tal magnitud que ya han expresado su sorpresa con una pregunta retórica que resuena por los pasillos de Ferraz: ¿Cómo es posible que en Chile las cámaras no sean tan «receptivas» como las de su sede en Madrid?
La privacidad, una cuestión de conveniencia
La respuesta es obvia: en Chile, los dispositivos aún no han aprendido lo que el PSOE lleva años perfeccionando en su territorio. Aquí, las cámaras solo funcionan cuando interesa. ¿Manifestaciones frente a Ferraz? Curiosa y misteriosamente, los dispositivos de vigilancia dejaron de captar imágenes precisas cuando las protestas se tornaron incómodas. Pero, ¿un ciudadano común capturando a la princesa de compras en un país extranjero? Eso, amigos, es un atentado contra la privacidad.
Desde la Casa Real ya han dicho que esto supone «una infracción de la normativa vigente» y que tomar fotos a una persona de la realeza en un espacio abierto al público es, en esencia, inadmisible. Claro, nada que ver con, por ejemplo, que medios afines al poder campen a sus anchas cuando se trata de escudriñar la vida de cualquier otro mortal.
El PSOE toma nota: nuevos protocolos para la seguridad de los suyos
Viendo lo sucedido en Punta Arenas, en Ferraz ya están planteando una serie de medidas para evitar que los suyos se enfrenten a incidentes similares. Algunas de las ideas que circulan por los despachos incluyen:
- Control facial en directo: a cada ciudadano se le otorgará un carné especial que lo declare apto (o no) para manejar un móvil en presencia de personalidades VIP.
- Blindaje de espacios públicos: se presentará un decreto urgente para redefinir qué se considera «espacio abierto al público», protegiendo de miradas indiscretas a cualquier relevante miembro del partido.
- Extracción selectiva de imágenes: se exploran métodos para que las fotos tomadas en situaciones poco convenientes se borren automáticamente del dispositivo en menos de 5 segundos.
Con estas iniciativas, el PSOE espera que la próxima vez que un miembro de la familia real española (o cualquier alto cargo socialista) camine tranquilamente por un espacio público, no tenga que enfrentarse a la aterradora posibilidad de salir en una foto no autorizada.
La verdadera ofensa: que no controlen lo mismo en Ferraz
Lo que realmente enerva a los socialistas no es que la princesa Leonor haya sido fotografiada sin su consentimiento. Lo que les duele es que en Chile parece que cualquiera puede usar una cámara sin pedir permiso al Gobierno. Porque, claro, la privacidad es fundamental… cuando se trata de proteger a los suyos.
Mientras tanto, en Ferraz, las cámaras han demostrado poseer una precisión mágica: activas y listas cuando se trata de esbozar discursos grandilocuentes, pero tan ineficaces como un router del siglo pasado cuando el pueblo protesta frente a sus puertas.
En definitiva, espías y conspiraciones aparte: el PSOE quiere tomar nota de lo ocurrido en Chile para evitar que situaciones tan incómodas como una simple foto inesperada consigan, aunque sea por unos segundos, robarles el control del relato. Porque si hay algo peor que una realidad incómoda, es que alguien tenga pruebas de ella.
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