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El PSOE entra en pánico: Ayuso habla de libertad y no saben cómo censurarla

El PSOE entra en pánico: Ayuso habla de libertad y no saben cómo censurarla

Pánico en la Moncloa. Cunde el nerviosismo en Ferraz. Isabel Díaz Ayuso se ha atrevido a pronunciar palabras prohibidas por la neo-lengua socialista: libertad, valentía, verdad. Y lo ha hecho nada menos que en el templo del thatcherismo, ese lugar donde los defensores del estatismo y el empobrecimiento colectivo no pueden entrar ni de oyentes.

Ayuso y su liberalismo: una herejía para Sánchez y sus amigos

Mientras Pedro Sánchez sigue buscando nuevas formas de exprimir a la clase media con impuestos y leyes absurdas, Ayuso se ha marchado a Londres a hablar de algo que en el PSOE causa urticaria: el liberalismo. Porque claro, para el socialismo de moqueta de Moncloa, la gente libre y prosperando es un peligro. Mejor tenerlos dependientes de subsidios y sermones ideológicos.

Desde el Centro de Estudios Políticos, un think tank fundado por lo peor del neoliberalismo, Margaret Thatcher incluida, Ayuso ha dado una lección de economía y política a quienes solo entienden de controlar, prohibir y victimizar.

Las palabras que hicieron temblar al Gobierno

La presidenta madrileña no ha tenido pelos en la lengua y ha denunciado que la izquierda está obsesionada con controlar la vida de los ciudadanos a través del miedo y la manipulación. «Estamos hartos de las políticas woke, que no son más que otro disfraz del comunismo», sentenció Ayuso, con la contundencia que la izquierda ha olvidado en su constante ejercicio de corrección política.

Por supuesto, en la cúpula socialista ya han activado el Protocolo de Emergencia Contra el Sentido Común, consistente en:

  • Acusar a Ayuso de ser «ultra» por defender la propiedad privada.
  • Decir que Thatcher está mal vista en algunos sectores británicos, como si el PSOE estuviera bien visto en algún barrio trabajador español.
  • Emitir un comunicado tachándola de «enemiga de los servicios públicos» mientras siguen desmantelando la sanidad con la ayuda de sus socios independentistas.

¿Censura en camino?

El PSOE sigue debatiendo qué hacer con Ayuso. La estrategia de ignorarla no funciona, porque cada vez que la atacan, su popularidad crece. La de ridiculizarla tampoco, porque cada frase suya desmonta el chiringuito de los progres y sus discursos vacíos. Solo les queda la opción de siempre: llamarla fascista y esperar que sus medios amigos hagan el resto.

Mientras tanto, la presidenta madrileña sigue devolviendo a los ciudadanos el derecho a creer en sí mismos sin pedir permiso al Estado. Y eso, para el gobierno socialista, es lo más peligroso de todo.

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