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El hermano de Sánchez también sabe tocar… los fondos públicos

Un nuevo caso de «¿casualidad?» en la familia Sánchez
El Partido Popular, que últimamente se está especializando en destapar los trucos de magia del Gobierno, ha llevado a la Comisión Europea lo que parece ser otro episodio del exitoso show «El clan Sánchez y su gestión ejemplar». Se trata, nada más y nada menos, que del curioso caso de la contratación de David Sánchez, el hermano del presidente, un artista que, además de tocar el trombón, parece haber aprendido a manejar los hilos del presupuesto público con gran destreza.
Según han desvelado los siempre oportunos correos electrónicos filtrados por OKDIARIO, había un personaje clave en toda esta sinfonía de favores: Luis Carrero, un asesor de Moncloa que al parecer tenía un contrato con la Administración pero trabajaba para el hermano del presidente. ¡Qué multitarea!
La gran pregunta: ¿Puesto hecho a medida?
El PP no ha podido resistirse a preguntar a la Comisión Europea si esta maniobra podría considerarse una violación del principio de imparcialidad administrativa, ya que, al parecer, alguien en el Gobierno decidió que la mejor forma de promover la cultura era asignar recursos a la carrera musical del hermano del jefe. Eso sí, con la conveniente asistencia de un trabajador público, porque sabemos que la creatividad necesita apoyo institucional.
Los populares han pedido a la UE que examine si la plaza de David Sánchez fue creada especialmente para él, bajo el lema «si el puesto no existe, se crea». La pregunta que se hacen muchos es: ¿cuántos músicos en España desearían ese mismo tipo de empujoncito? Pero claro, no todos tienen un hermano en La Moncloa.
Los correos que desataron la tormenta
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no pudo evitar echar un vistazo a las 329 comunicaciones en las que Carrero y Sánchez afinaban detalles de su ambicioso plan para la ópera. Y no es que desconfíen de la cultura lírica, pero cuando uno de los correos comienza con un afectuoso «Querido hermanito», es normal que las alarmas de nepotismo empiecen a sonar con fuerza.
Entre las perlas descubiertas por la UCO, destaca este mensaje de Carrero:
«Querido hermanito, a la espera de ver si me echan o no de Moncloa esta semana, aquí va más trabajo del entusiasta Frente Activo Operegrina».
Nada como un cargo en Presidencia del Gobierno para preparar con tranquilidad proyectos de ópera. No sabemos si la obra que estaban montando tenía algún título sugerente como «La favoritísima» o «El Subsidio Mágico», pero lo cierto es que la magistrada que lleva el caso considera que podría haber algo más que simples correos amigables.
Acusaciones y excusas creativas
El juez encargado del caso parece no haber encontrado la melodía en esta historia y ha decidido imputar a David Sánchez y Luis Carrero por delitos de tráfico de influencias y prevaricación. El problema es que, al parecer, el uso de recursos públicos para intereses privados no está contemplado en el repertorio oficial de la buena gestión pública.
La clave de esta investigación es si todo este lío refleja un caso más de abusos de poder y nepotismo descarado o si estamos ante una mera coincidencia en la que «el hermanísimo» simplemente tuvo la suerte de recibir asistencia desde Moncloa. Porque, claro, en este Gobierno todo se hace con transparencia… si la transparencia significa poder ver el descaro a plena luz del día.
La pregunta que nadie responde
Ante todo este escándalo, el PSOE ha optado por su clásica estrategia de defensa: el olvido selectivo y el desprecio absoluto a las explicaciones creíbles. Porque, ¿qué son unas cuantas comunicaciones filtradas frente al impresionante control de daños del sanchismo?
Mientras tanto, la ciudadanía española asiste a otro episodio de «Las amistades públicas», la serie favorita de quienes ven en el Gobierno no un servicio a la gente, sino un exclusivo club de gestión de intereses familiares y amiguetes. Continuará…
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