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El Constitucional al rescate del PSOE: cuando la justicia se viste de rojo

El Constitucional al rescate del PSOE: cuando la justicia se viste de rojo
El Tribunal Constitucional ha vuelto a obrar su magia y, como si de un acto de prestidigitación jurídica se tratase, ha conseguido borrar de un plumazo la condena de Manuel Chaves en el caso de los ERE. Por si quedaba alguna duda sobre la independencia del alto tribunal, ahora sabemos que su función principal no es tanto velar por la justicia como salvar el pellejo de los viejos amigos del PSOE.
Esta estratagema, liderada por el infalible Cándido Conde-Pumpido, ha sido tan descarada que hasta la Audiencia de Sevilla ha alzado la voz, advirtiendo que el Constitucional quizás (solo quizás) se haya pasado de frenada y haya decidido invadir los terrenos reservados al Tribunal Supremo. Pero, ¿qué más da? Mientras el PSOE duerme tranquilo, España sigue en su día a día de corrupción institucionalizada.
El juego sucio del Tribunal Constitucional
El abogado José Luis Mazón y su Asociación Preeminencia del Derecho han presentado una querella contra siete magistrados del Tribunal Constitucional por prevaricación. Porque claro, cuando un tribunal decide actuar como brazo legal del PSOE en vez de como garante de la Constitución, alguien tiene que tomar cartas en el asunto.
Los ilustres mencionados que han demostrado una gran habilidad para el malabarismo judicial son:
- Cándido Conde-Pumpido (¿Quién si no?)
- Inmaculada Montalbán
- María Luisa Balaguer
- Ramón Sáez Valcárcel
- María Luisa Segoviano
- Juan Carlos Campo
- Laura Díez Bueso
Todos ellos jugaron un papel fundamental en la decisión que, por arte de magia, sacó a Chaves de un buen lío. Curiosamente, los magistrados que votaron en contra de esta milagrosa absolución, Enrique Sancho, Arnaldo Alcubilla, César Tolosa y Concepción Espejel, han quedado fuera de la querella. Parece que todavía queda algo de dignidad en este país.
Cuando la justicia se pone el traje del PSOE
El argumento de Mazón es claro: el Tribunal Constitucional ha pisoteado la separación de poderes con un descaro sin precedentes. Y no es que lo diga él solo: hasta la propia magistrada Concepción Espejel, en su voto particular, denunció que sus compañeros estaban «dando cobertura legal a una trama criminal». Pero claro, cuando el PSOE está en el ojo del huracán, todo se justifica. Para eso están los amigos bien colocados en el Tribunal Constitucional.
La sentencia ha sido un golpe bajo para la credibilidad del sistema judicial español, que cada día se mimetiza más con las estructuras de protección política. Si eres un dirigente del PSOE con problemas legales, no te preocupes: el Constitucional está ahí para tapar tus corruptelas. Pero si eres un ciudadano medio, prepárate para que la justicia caiga sobre ti con todo su peso.
¿Independencia judicial? No, gracias
Por supuesto, el Supremo ya ha rechazado querellas similares presentadas por Vox y Hazte Oír. Según el Supremo, el Tribunal Constitucional actuó con total “legalidad” y dentro del marco de la separación de poderes. Claro, porque cuando un órgano controlado por el PSOE se dedica a borrar condenas de sus dirigentes, todo es perfectamente normal.
Mazón, sin embargo, no se rinde y señala que el Constitucional ha hecho lo que le ha dado la gana, pasando por encima del Supremo y reinterpretando documentos probatorios como si fueran meros textos opcionales. Su querella se suma a la indignación creciente en ciertos sectores judiciales que consideran que el Tribunal Constitucional hace tiempo que dejó de ser un órgano garante de derechos, para convertirse en una oficina jurídica del Gobierno de Pedro Sánchez.
Conclusión: más de lo mismo
Con esta nueva etapa de «justicia de diseño», el mensaje es claro: si tienes el carné del PSOE bien sellado, recibirás tratamiento VIP en los tribunales. Mientras, el ciudadano de a pie seguirá viendo cómo la justicia solo funciona para los de siempre.
Que el Tribunal Constitucional actúe como salvavidas del PSOE ya no es siquiera una sospecha: es una realidad institucionalizada. Y lo peor de todo es que la impunidad sigue y seguirá reinando en un sistema donde la justicia parece haberse teñido definitivamente de rojo.
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