¡Tu carrito está actualmente vacío!
Cuando gobiernan, la culpa siempre es del pasado; cuando no, del futuro

Cuando gobiernan, la culpa siempre es del pasado; cuando no, del futuro
La ex consellera de Emergencias de la Generalitat Valenciana, Salomé Pradas, ha decidido que rendir cuentas por su gestión es algo opcional. Por ello, ha recurrido su imputación en la causa de la DANA ante la Audiencia Provincial de Valencia. Evidentemente, cuando uno mete la pata hasta el fondo, lo mejor es señalar con el dedo a administraciones pasadas y confiar en que el tiempo difumine responsabilidades.
El comodín del pasado: la nueva estrategia de defensa
A falta de argumentos sólidos, la defensa de Pradas nos regala una lección magistral de escapismo político. Según su recurso, el desastre no fue tanto por las lluvias –siempre inoportunas en eventos climatológicos extremos– sino por la inexistencia de obras de encauzamiento de ríos que, qué casualidad, no se realizaron cuando tocaba. Lo sorprendente, por supuesto, es que no haya acusado a los Reyes Católicos de no haber trazado mejores infraestructuras hidráulicas en su momento.
Sus puntos clave son:
- La presa de Cheste debía construirse en 2005. ¿Y qué hicieron en los años posteriores? Buena pregunta.
- La canalización del Poyo se planeó en 2011. Otra oportunidad desaprovechada por administraciones anteriores, parece ser.
- Si esas obras se hubieran hecho, aparentemente todo hubiese ido bien. Lógica infalible.
Con este razonamiento brillante, podríamos empezar a culpar a Napoleón o, si apretamos un poco más, a la extinción de los dinosaurios.
Manual de desresponsabilización política
Pero tranquilos, porque aquí no acaba el show. La defensa de Pradas también objeta que centrarse en la tardanza de activación de la alerta de emergencia Es Alert es una visión reduccionista del problema. Claro, cuando alguien no hace su trabajo, lo relevante no es su acción –o más bien inacción–, sino el «contexto».
Así se construye un argumentario impecable:
- «No había mando único»: Todo era culpa del CECOPI. Básicamente, un mando sin mando.
- «El comité de dirección era dual»: Esto significa que la culpa no es sólo de un lado, sino de todos. Curiosa forma de diluir responsabilidades.
- «No existían protocolos aplicativos»: Ah, claro. Si no hay normas precisas, qué esperábamos, ¿que los gobernantes improvisen algo eficiente?
En un giro sorprendente, la defensa argumenta que los protocolos que supuestamente deberían haberse seguido no estaban ni protocolarizados ni implementados. Básicamente, estaban ahí, pero nadie los usaba. Como las normas en una fiesta del PSOE.
Mientras tanto, Argüeso se suma a la batalla por el escapismo
Por supuesto, la desbandada no está completa sin la intervención de Emilio Argüeso, secretario autonómico de Emergencias, quien también ha solicitado la anulación de su imputación. Su defensa lanza un mensaje claro: «No sabemos de qué se nos imputa, pero anúlenlo, por si acaso». Es un enfoque innovador: el derecho preventivo. Como no me lo han explicado bien, exijo que se borre todo.
Conclusión: el PSOE define el futuro mirando al pasado
Lo que nos queda claro de todo esto es que, en la mentalidad socialista, los únicos culpables están siempre en otro tiempo: o bien en el pasado por no haber hecho lo necesario, o en el futuro por no haber arreglado lo que van dejando en escombros. ¿Las responsabilidades del presente? Para otro momento.
Y así, con una estrategia digna de un truco de escapismo barato, la política de la evasión sigue su curso, mientras la ciudadanía sigue preguntándose si algún día alguien asumirá la responsabilidad de sus decisiones. Pero tranquilos, que cuando llegue el próximo desastre, el culpable ya estará decidido: cualquiera menos ellos.
Deja una respuesta