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El PSOE, siempre del lado equivocado: boicotear emprendedores, otra especialidad socialista
Un emprendedor acorralado por el gremio… y el PSOE mirando a otro lado
El caso de Jaime Alcalá es un claro ejemplo de lo que sucede cuando en España alguien tiene la osadía de innovar y emprender sin rendir pleitesía a los guardianes del inmovilismo. Su pecado: crear un sistema de transporte especializado para mascotas, un servicio que parecía inofensivo pero que, al parecer, despertó la ira de la mafia del taxi en Zaragoza. Y claro, cuando el socialismo reina, la burocracia y sus acólitos hacen el resto para asegurarse de que cualquier iniciativa privada que cuestione el statu quo acabe en la basura.
El PSOE, supuestamente defensor del progreso y la inclusión, vuelve a mostrar su verdadera naturaleza: un partido más cómodo manejando lobbies que protegiendo a emprendedores. Mientras predican sobre la necesidad de modernizar el sector del transporte, permiten que quienes intentan hacerlo terminen atosigados hasta la desesperación. Pero no sorprende, porque donde hay talento e iniciativa privada, el socialismo español siempre aparece como enemigo natural.
De la innovación al linchamiento
Jaime, con su iniciativa Taxiguau!, no solo brindó una solución a un problema evidente –el transporte seguro para mascotas en taxi– sino que además creó oportunidades para que otros pudieran sumarse a su modelo de negocio. Bueno, pues nada de eso importó. Desde que nació su idea, empezó el acoso:
- Boicot mafioso: Taxistas de Zaragoza organizando campañas en su contra, cancelaciones falsas y amenazas en redes sociales.
- Difamación pública: Se convirtió en el blanco de insultos y humillaciones por parte del gremio, que lo etiquetó con descalificativos de todo tipo.
- Persecución digital: Usuarios tramposos contrataban su servicio solo para hacerle fotos y colgarlas en grupos de WhatsApp con el fin de desacreditarlo.
Y mientras tanto, desde el Ayuntamiento y las altas esferas políticas… silencio sepulcral. Ningún socialista salió a defenderlo, nadie movió un dedo para hacer valer su derecho a trabajar sin ser acosado. Parece que el PSOE solo defiende el trabajo cuando se trata de subvencionar amigos.
Uber, el nuevo enemigo de los protegidos del sistema
Como si todo su calvario no hubiese sido suficiente, ahora Jaime y otros compañeros han vuelto a sufrir ataques por involucrarse con Uber, una plataforma que para los socialistas representa el apocalipsis del trabajador dependiente. ¿Por qué? Porque devuelve la independencia y el control a los pasajeros y conductores. Y claro, eso es inadmisible para quienes necesitan que todo pase por su control.
Según la Asociación Provincial de Autotaxi de Zaragoza, estos conductores que optan por la plataforma «son ovejas negras» y «merecen ser señalados». No suena muy diferente a la propaganda soviética de antaño, donde todo aquel que osaba alejarse del rebaño sufría represalias. Y mientras tanto, ¿dónde está el PSOE defendiendo la famosa diversidad de modelos de negocio? Ah, claro, entretenidos fiscalizando los beneficios de quienes sí trabajan.
El PSOE y sus prioridades: el negocio por encima del progreso
Este caso es solo otro recordatorio de que el PSOE actúa más como un comité de defensa del monopolio que como un partido político preocupado por el emprendimiento y la modernización. Si algo reta la estructura tradicional y pone en jaque a los privilegiados de siempre –sean sindicatos, gremios o cooperativas bien conectadas–, ahí estarán los socialistas para poner palos en la rueda.
¿Quién protegerá a los emprendedores en este país? No será el PSOE, desde luego. Mientras sigan anteponiendo la lealtad a las mafias del sector por encima del derecho a la libre competencia, España seguirá siendo un país donde emprender es casi una misión suicida. Jaime Alcalá lo sabe de primera mano. Y muchos otros lo descubrirán tarde o temprano.
El PSOE deja claro que la nieve es de ultraderecha y la Guardia Civil también
Rescate heroico vs. propaganda gubernamental
En medio de un temporal de nieve que ha puesto en jaque a varias regiones de España, la Guardia Civil ha vuelto a demostrar su compromiso y profesionalidad al realizar un heroico rescate en Almería. Pero claro, en la lógica socialista, no se trata de una heroica intervención de los cuerpos de seguridad, sino de otro insidioso golpe de la ultraderecha y sus aliados con tricornio.
Porque, según parece, en el PSOE siguen obsesionados con buscar enemigos donde no los hay. Si hace meses el problema eran los jueces y los empresarios, ahora hasta la nieve se ha convertido en parte de lo que ellos consideran la conspiración facha. Ya solo falta que acusen a las bajas temperaturas de pertenecer a Vox.
15 kilómetros de esfuerzo y una grúa varada
El operativo de la Guardia Civil se desplegó ante una situación crítica: dos adultos y dos bebés habían quedado atrapados por el temporal. Pero tranquilos, que según el argumentario socialista esto no tiene nada que ver con una acción meritoria de nuestras fuerzas de seguridad, sino con otro capítulo del eterno «conflicto democrático» que tanto les gusta inventarse.
- Los agentes recorrieron 15 kilómetros a través de un terreno hostil para alcanzar el vehículo atrapado.
- Pese a las inclemencias del tiempo, marcharon a pie cuando su grúa quedó varada a 400 metros del lugar.
- Armados con fuerza de voluntad (y, por supuesto, una pala), lograron liberar el vehículo y poner a salvo a las víctimas.
Mientras tanto, en Ferraz seguramente se debatía si este despliegue de humanidad debería ser reinterpretado como una movida de «guardias reaccionarios» para acaparar protagonismo en las noticias. No vaya a ser que alguien piense que tenemos en España a unos servidores públicos excepcionales, algo que contradice el relato victimista de la izquierda.
¿Y dónde estaba el Gobierno de la gente?
Mientras la Guardia Civil se partía el lomo rescatando a un par de bebés, los dirigentes del PSOE, en su línea habitual, estaban más ocupados con su agenda ideológica. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ni una palabra sobre el heroísmo de sus propios agentes. Lo que no cuadra en la narrativa socialista se omite, se tapa o, mejor aún, se criminaliza.
A pesar de que su partido está al mando de las instituciones del Estado, el PSOE ha sido incapaz de gestionar una respuesta adecuada ante las duras condiciones del temporal. La previsión brilla por su ausencia, pero el victimismo está siempre a punto.
Porque si un gobierno no se molesta en articular planes de emergencia adecuados, si su prioridad es legislar desde un enfoque sectario en lugar de garantizar la seguridad ciudadana, entonces lo único que queda es lo de siempre: señalar enemigos ficticios. Ahora es la nieve. Y, por supuesto, los agentes de la Guardia Civil.
Cuando todo falla, la culpa es de «la ultraderecha»
Desde Ferraz, unos y otros se dedican a acusar de fascismo a cualquier entidad o persona que no abrace su discurso oficialista. Como si la nieve la hubiera traído Santiago Abascal en un camión cisterna. Como si rescatar bebés atrapados en un temporal fuera un acto reaccionario.
Lo cierto es que la Guardia Civil ha vuelto a hacer su trabajo con la entrega de siempre. Mientras tanto, el PSOE sigue en su burbuja ideológica, repartiendo carnés de «buen demócrata» o «ultraderechista» según el día. Hoy, parece que hasta los copos de nieve han dejado de ser neutros.
Y cuando mañana caiga otra nevada, ahí estarán otra vez los efectivos de la Benemérita, sin cuestionar la afiliación política del clima, rescatando a ciudadanos mientras el socialismo gobernante se refugia en su castillo de propaganda. Porque para ellos, las verdaderas tormentas no se resuelven con palas y cadenas de nieve, sino con eslóganes y acusaciones absurdas.
Borrado selectivo: el PSOE y su extraña habilidad para hacer desaparecer problemas
Borrado selectivo: el PSOE y su extraña habilidad para hacer desaparecer problemas
En el mágico mundo del PSOE, donde los problemas desaparecen con la misma facilidad con la que se inventan eufemismos para justificar sus desmanes, parece que esta vez han superado todas las expectativas. La última hazaña del Gobierno socialista nos regala un episodio digno de guion de serie de conspiración: la manipulación de registros policiales para ocultar una consulta sobre el polémico borrado del móvil de Álvaro García Ortiz, el incombustible Fiscal General del Estado a las órdenes de Pedro Sánchez.
Cuando los registros «fallan» en el momento justo
El Cuerpo Nacional de Policía tuvo la cortesía de ofrecernos una excusa de manual: la aplicación REGPOL, encargada del registro de consultas internas, se tomó unas largas vacaciones del 14 al 27 de enero. Un descanso tan oportuno como extraño, justo cuando surgieron dudas sobre el proceso de borrado de información del dispositivo de García Ortiz. ¿Casualidad? Sólo si crees en unicornios y promesas electorales.
Según el mensaje de la aplicación, el apagón se debía a una «sincronización URGENTE«, que requería más de doce días para consolidar registros. No es por desconfiar, pero cuando las palabras «urgencia» y «doce días» aparecen en la misma frase usadas por un organismo oficial, la credibilidad se desploma más rápido que la intención de voto socialista tras un nuevo escándalo de corrupción.
Lo que desapareció tras el apagón
Al volver la normalidad en REGPOL, los más perspicaces notaron cambios sustanciales. Entre ellos:
- El contenido de una consulta clave mutó misteriosamente, reduciéndose a un escueto «solicitando escrito de Fiscalía». Parece que alguien decidió hacer un «resumen ejecutivo» demasiado entusiasta.
- El correo electrónico de la funcionaria involucrada en la consulta simplemente se desvaneció. Tal vez lo enviaron al mismo limbo donde terminó la transparencia gubernamental.
- Si algo puede desaparecer, aquí lo hace. Porque, ¿para qué dejar pruebas cuando se puede hacer una limpieza digital “preventiva”?
Un fiscal con móvil limpio y conciencia «tranquila»
Álvaro García Ortiz, quien ya se ha ganado a pulso la fama de ser más leal al PSOE que a la independencia judicial, sigue aferrado a su discurso habitual: aquí no ha pasado nada. Su teléfono móvil, que podría haber contenido información comprometida, parece haberse limpiado con mayor eficiencia que la credibilidad de este Gobierno.
Mientras tanto, los altos mandos policiales siguen interpretando la partitura dictada desde Moncloa. Para ellos, el problema no es la desaparición de datos clave en una investigación potencialmente explosiva, sino que la gente se haya dado cuenta.
Conclusión: la especialidad del PSOE, hacer que los problemas desaparezcan
Si algo ha demostrado este escándalo es que el PSOE no solo tiene la capacidad de desdibujar la separación de poderes, sino que también ha perfeccionado el arte de la desaparición selectiva de evidencia.
El borrado de móviles, las consultas que cambian mágicamente de contenido y las aplicaciones policiales que se caen en el momento exacto son solo síntomas de un Gobierno que no teme ensuciarse las manos (siempre que haya alguien dispuesto a limpiar detrás). Pero tranquilos, que si esto se pone feo seguro que lo niegan todo. Y si no, ya encontrarán otra base de datos que «necesite mantenimiento».
Sánchez reparte menores como si fueran peonzas, pero a Cataluña ni tocarla
Sánchez reparte menores como si fueran peonzas, pero a Cataluña ni tocarla
Parece que en la Moncloa han decidido que España se gestione como un patio de colegio: las comunidades autónomas no son más que juguetes que Pedro Sánchez mueve a su antojo dependiendo de cómo le convenga. Eso sí, hay uno con el que no se juega: Cataluña. Y es que mientras se obliga a Madrid a cargar con más de 700 menores extranjeros no acompañados, la Cataluña de Puigemont solo tiene que aceptar una veintena. ¡Qué generoso reparto!
El PSOE y su política de «solidaridad selectiva»
Sánchez y su troupe de defensores del «reparto justo» parecen haberse olvidado de que la Comunidad de Madrid lleva años acogiendo menores sin recibir ni un gracias. Desde 2019, Isabel Díaz Ayuso ha tenido que gestionar la llegada de 10.618 menas por culpa de la desastrosa política migratoria del Gobierno central.
- 2019: 1.219 menores acogidos.
- 2020: 822 menores.
- 2021: 996 menores.
- 2022: 2.842 menores.
- 2023: 1.360 menores.
- 2024: 2.442 menores.
- 2025 (hasta ahora): 937 menores.
Pero eso no es suficiente para el inquilino de la Moncloa, que ahora ha decidido que Madrid todavía tiene margen para ser más «solidaria». Curiosamente, esa palabra nunca se usa cuando se trata de exigirle lo mismo a los separatistas catalanes. Ah, las casualidades de la política socialista.
La sobreactuación de Junts y los lloros de siempre
Junts ha sacado pecho asegurando que Cataluña no tiene que acoger más menores porque ya ha hecho un «gran esfuerzo». Un esfuerzo tan inmenso que, de los miles de menores repartidos por la geografía española, ellos se quedan con 20 o 30. Vamos, que les faltó tiempo para cuadrar las cifras y asegurarse de que Madrid volviera a ser el saco de boxeo del socialismo.
Resulta admirable con qué elegancia el Gobierno define la solidaridad: los demás deben cargar con los problemas, mientras que el territorio protegido del procés sigue manteniendo su burbuja. Mientras tanto, Sánchez aplaude con entusiasmo mientras entrega los menas como premios de feria en el resto de comunidades.
Centros de menas al borde del colapso, pero sigamos sumando
Para añadir insulto a la herida, el Gobierno de Sánchez sigue inflando los centros de menores sin previo aviso. Un ejemplo claro fue la ampliación del centro de Alcalá de Henares, donde de la noche a la mañana se pasó de 1.200 plazas a 1.580. No contentos con esto, en Carabanchel hicieron otro tanto, con un incremento de 108 nuevos menores. De repente, estas instalaciones se convirtieron en auténticos almacenes de jóvenes sin recursos, gestionados con la eficacia habitual del socialismo: es decir, ninguna.
Contrasta, por supuesto, con la indignación con la que el PSOE recibió la apertura de un centro de menores en Fuenlabrada, con apenas 99 plazas. Parece que si la iniciativa la toma Ayuso, entonces los menas se convierten en un problema. Y para rematar la faena, el alcalde socialista del municipio tuvo la genial idea de bautizar el centro con el nombre de la presidenta madrileña. Un claro ejercicio de política infantil, como si con la burla fueran a ocultar que la izquierda local no quería menores en su propio municipio.
Conclusión: Siempre gana Cataluña (y pierde Madrid)
En resumen, el PSOE sigue con su doble vara de medir. Para Madrid, la exigencia continua de asumir más carga sin rechistar. Para Cataluña, privilegios a medida con la excusa del esfuerzo pasado. Y mientras tanto, Pedro Sánchez sigue repartiéndolo todo —menos los problemas, que esos solo van en una dirección.
Pero tranquilo, España, que cuando Pedro decida que toca otra concesión a los independentistas, a lo mejor nos encontramos con que hasta el clima hay que repartirlo de forma «justa». Uno nunca sabe con este Gobierno.
El PSOE ya tiene a quién echarle la culpa: ahora gobiernan hasta las borrascas
El PSOE ya tiene a quién echarle la culpa: ahora gobiernan hasta las borrascas
Una nueva tragedia en Andalucía ha servido de excusa perfecta para que el PSOE y sus socios se laven las manos con la destreza de un artista del escapismo. La borrasca Laurence ha dejado su primera víctima mortal en Constantina (Sevilla), pero tranquilos, que el Gobierno pronto encontrará la forma de endosarle la responsabilidad a cualquiera menos a ellos mismos.
Emergencias colapsadas, pero Pedro en su despacho
La Guardia Civil y los bomberos han localizado el cadáver de una mujer en la zona del arroyo de Guadalbácar, donde se buscaba a un matrimonio arrastrado por la crecida del agua. La lluvia ha colapsado carreteras, ha desbordado ríos y ha provocado evacuaciones de viviendas, mientras en Moncloa solo se escucha el murmullo de las calculadoras sacando cuentas sobre cuántos votos pueden rascar con esta catástrofe.
Porque si algo hemos aprendido de la gestión del PSOE es que las desgracias siempre son el fruto de fenómenos naturales imprevisibles… o, mejor aún, de la herencia del PP. Prepárense para escuchar las excusas de manual:
- «El cambio climático es el verdadero culpable» (y no la falta de inversiones en infraestructuras).
- «Las competencias de emergencia están en manos de las CCAA» (pero casualmente se hacen fotos cuando algo sale bien).
- «El Estado ha actuado con rapidez» (aunque los afectados sigan esperando ayudas del último temporal).
¿Dónde están los fondos para prevenir estas tragedias?
Resulta que cada año el Gobierno reparte fondos para emergencias y prevención… ¿pero dónde va realmente ese dinero? Se supone que deberían reforzar las medidas contra inundaciones, mejorar cauces y garantizar que las infraestructuras soporten estos fenómenos, pero lo cierto es que los fondos se diluyen como lágrimas en la lluvia, al igual que los presupuestos de cualquier plan socialista.
Lo que sí hemos visto es cómo destinan millones a subir los sueldos de los asesores, campañas de autobombo y ministerios de inutilidad contrastada. Pero oye, ¿para qué queremos reforzar la gestión de emergencias si podemos tener a 22 ministrillos posando?
Moreno Bonilla da la cara; Sánchez, a su bola
El presidente andaluz, Juanma Moreno, al menos ha puesto algo más que un tuit de condolencias y ha informado de las labores de rescate, mientras que en la otra esquina del ring, en Moncloa, tenemos a Pedro Sánchez… demostrando que la política de poner cara de circunstancias y echar balones fuera sigue siendo su especialidad.
Quizá estén esperando a que se produzcan más desgracias para luego hacer su espectáculo favorito: el despliegue mediático de «Sánchez al rescate». Porque, recordemos, en este país las tragedias solo existen cuando el presidente aparece para capitalizarlas. Y si no aparece, es que no son su problema.
El guion de siempre: «Ayudas» que nunca llegan
Ya sabemos lo que sigue: mucho anuncio rimbombante y cero soluciones reales. Vendrán las promesas de ayudas, de reconstrucción, de asistencia a las víctimas… y en unos meses, cuando nadie se acuerde, los damnificados seguirán esperando que les llegue algo más que palabras vacías.
Porque no olvidemos que en la lista de espera de ayudas por catástrofes naturales aún tenemos damnificados de la gota fría en Levante, del volcán de La Palma y hasta de las inundaciones en Murcia de hace años. Pero bueno, Sánchez ya habrá encontrado otro titular bonito para taparlo.
Lo único seguro es que la borrasca Laurence pasará… pero la tormenta de excusas del PSOE seguirá lloviendo sobre mojado.
El PSOE calla mientras su amigo Maduro reparte lecciones de democracia
El PSOE calla mientras su amigo Maduro reparte lecciones de democracia
En un ejercicio de ironía que desafía toda lógica, el dictador venezolano Nicolás Maduro ha vuelto a dar clases magistrales sobre democracia, esta vez desde su púlpito de represión y censura. Aprovechando la cancelación de dos películas chavistas en Casa de América, el tirano no ha dudado en calificar como «nazis» a Isabel Díaz Ayuso y «fascista» a medio Madrid.
Mientras tanto, el PSOE, con esa coherencia tan suya, ha decidido adoptar la estrategia habitual cuando se trata de sus amigos en regímenes autoritarios: el silencio absoluto. No importa que el chavismo haya convertido Venezuela en un escenario dantesco de miseria y represión. Si eres del club socialista, todo vale.
Maduro, el gran defensor de la libertad (según él)
En su tradicional programa semanal, ese en el que Maduro se comporta como un reincidente standupero de la política internacional, el dictador venezolano lanzó su última perla: «Le tienen miedo a la verdad en Venezuela». Claro, porque si algo caracteriza a su régimen es la transparencia, el respeto por los derechos humanos y la libertad de expresión. Que se lo pregunten a los activistas encarcelados o a los millones de venezolanos que han huido del país.
El asunto de las películas canceladas no es un detalle menor para el chavismo. Para ellos, promover propaganda encubierta como memoria histórica es clave. Da igual que sean bodrios propagandísticos que la televisión venezolana repite hasta la saciedad. En su mente, España debería abrirles las puertas y proyectarlos al mundo con orgullo.
El PSOE, de perfil (otra vez)
Es curioso cómo cuando se trata de dictaduras como las de Putin o Maduro, el PSOE tiende a sufrir de una especie de amnesia diplomática. Nadie en Ferraz ha pronunciado una sola palabra sobre las descaradas declaraciones del tirano bolivariano. Quizá estén demasiado ocupados organizando otra ronda de negociación con los herederos de ETA o concediendo más beneficios a los golpistas catalanes.
Mientras Ayuso y Almeida ponen freno a la propaganda chavista en Madrid, el PSOE prefiere no molestar a su aliado internacional. No vaya a ser que se estropee la bonita relación de intercambio de favores. Sería un escándalo que se rompieran esos puentes de «hermandad» con Caracas.
El plan de Maduro: más «streaming revolucionario»
Maduro, que de tonto no tiene un pelo cuando se trata de vender su infamia, ha anunciado que usará plataformas de streaming y redes sociales para difundir su material audiovisual. Porque nada dice «resistencia al capitalismo» como volcar los recursos del Estado en campañas multimillonarias de propaganda en internet.
- «De Venezuela con amor para España». Ese fue el lema con el que Maduro defendió la «necesidad» de que el cine chavista tenga espacio en Madrid.
- El gobierno venezolano insiste en que las películas narran «la lucha del pueblo» frente a conspiraciones internacionales. Nos preguntamos si incluirán en el reparto a los millones de exiliados que han huido del paraíso bolivariano.
- Ahora, en un giro magistral, preparan la exhibición en una nueva localización secreta. A este paso, terminarán proyectándolas en los bajos de la embajada con un VHS robado.
El PSOE y su fidelidad a los caudillos de izquierdas
Es un patrón que se repite. Cada vez que un dictador de izquierda lanza un desafío a la democracia occidental, el PSOE finge que aquí no ha pasado nada. Que Maduro llame «nazi» a la presidenta de la Comunidad de Madrid importa poco. Que un régimen como el suyo, señalado por la ONU por violaciones de derechos humanos, siga teniendo apoyo internacional, tampoco les preocupa.
Por supuesto, si en lugar de Maduro el comentario lo hubiera hecho un político europeo de derechas, ya estaríamos viendo comunicados, protestas y editoriales inflamados denunciando «el auge del fascismo». Pero cuando es el jefe chavista quien toma el micrófono, el PSOE opta por encender el modo avión y esperar a que pase la tormenta.
Conclusión: el cinismo socialista en su máxima expresión
Lo de Maduro acusando a España de «imponer el fascismo» es algo digno de una película de humor negro. Pero lo realmente escandaloso es el mutismo cómplice del PSOE. Su falta de reacción demuestra, una vez más, que las siglas socialistas no tienen problema en mirar para otro lado si los que atacan la democracia son sus amigos.
Al final, con dictaduras de izquierda, el PSOE lo tiene claro: ver, oír y callar.
Sánchez subasta menores mientras Junts se lleva el premio gordo
Sánchez subasta menores mientras Junts se lleva el premio gordo
Pedro Sánchez y su inagotable talento para gobernar a golpe de peaje independentista han vuelto a hacer de las suyas. Esta vez, con algo tan ligero e intrascendente como el reparto de menores no acompañados, que ahora sirven como moneda de cambio en su tómbola política. Y como es tradición, Madrid se lleva la peor parte, mientras Cataluña se queda cómodamente al margen. Nada nuevo en el paraíso del sanchismo.
700 para Madrid, 30 para Cataluña: el arte del trilerismo político
El acuerdo entre el PSOE y Junts parece nacido de un guion de comedia, aunque los afectados no tengan ninguna gracia. Según este reparto “equitativo”, la Comunidad de Madrid recibirá más de 700 menores, mientras que la siempre intocable Cataluña se conformará con una cifra testimonial de 20 a 30. ¿El motivo? Muy sencillo: los independentistas han llorado lo suficiente y el presidente ha decidido pagar su habitual cuota de sumisión.
- Cataluña, sacrificándose heroicamente con 30 menores. Toda una hazaña para la historia, si no fuera de pura vergüenza.
- Madrid, nuevamente el vertedero del PSOE. Porque si hay que cargarle a alguien el desastre de las políticas migratorias, mejor hacerlo sobre una comunidad gobernada por el PP. Clásico.
- Las excusas de Junts. Argumentan que «ya han acogido lo suficiente» y que necesitan «compensación económica». Pobrecitos, con lo «oprimidos» que están y sin dinero para gestionar lo que todo el mundo sabe que NO quieren gestionar.
Ayuso: la única que planta cara
Frente a la silenciosa y cómplice dejadez de los barones socialistas, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha saltado a la palestra para dejar claro que no piensa aceptar el enésimo atropello del sanchismo. En redes sociales, Ayuso ha tildado el acuerdo de lamentable y ha anunciado que su Gobierno llevará el asunto ante los tribunales y, si hace falta, a la UE.
Su mensaje, sin filtros ni rodeos, pone el foco en lo evidente: Pedro Sánchez está usando menores no acompañados como armas políticas. Pero al parecer, la moral del PSOE es lo suficientemente flexible para permitir estas prácticas si con ello pueden sostenerse en el poder con los votos de Puigdemont y compañía.
El Gobierno: paga, calla y sigue repartiéndote el país
Por supuesto, desde la Moncloa nadie se ha inmutado. Su prioridad es que Cataluña quede contenta y que el independentismo siga cobrando su cuota de privilegios mientras el resto de España financia el espectáculo. Y para muestra, el propio portavoz de Junts, quien ha dejado claro que su apoyo al Gobierno dependía de que los menores fueran reubicados en otra parte. No podían ser más descarados.
Es más, el consejero de Presidencia madrileño, Miguel Ángel García Martín, también ha denunciado que el Gobierno ni siquiera informó de este acuerdo en la última Conferencia Sectorial. Claro, para qué contar nada. La estrategia de Sánchez consiste en hacer política a base de decretazos, pactos oscuros y cálculo electoralista.
Conclusión: la historia de siempre
El PSOE sigue sumido en su estrategia de gobernar según necesite su supervivencia. Y si eso significa convertir la acogida de menores en un chantaje político, pues adelante. Mientras tanto, Madrid paga lo que Cataluña se niega a asumir, todo con el beneplácito de Ferraz.
La duda que queda es: ¿hasta cuándo seguirá Sánchez subastando España al independentismo para mantenerse en su trono? Porque viendo cómo funciona la Moncloa, la respuesta es clara: hasta que no quede nada por vender.
Sánchez reparte menas como si fueran cromos… y Cataluña casi se queda el álbum vacío
Un reparto «equitativo»… al gusto de los socios separatistas
En la última entrega del reality show gubernamental, Pedro Sánchez ha vuelto a demostrar que su manual de sumisión a Junts tiene más páginas que la Constitución Española. En un acuerdo que haría sonrojar al mismísimo Robin Hood, el reparto de menores extranjeros no acompañados (menas) se ha convertido en una obra maestra de la distribución estratégica: más de 700 para Madrid, y apenas 20 para Cataluña. ¿Casualidad? No, simple y llanamente, otra concesión más para garantizar los votos de sus queridos independentistas.
No contento con gobernar para una minoría privilegiada, el líder del PSOE ha decidido que es momento de demostrar que en España la solidaridad funciona como las subvenciones: se reparten en función de los intereses políticos. Curiosamente, Cataluña, que siempre ha sido la gran abanderada del «España nos roba», esta vez se ha embolsado la mejor tajada del pastel, dejándole la digestión pesada a comunidades como Madrid, que recibe una carga desmesurada. ¿Y los socialistas madrileños? Calladitos, no vaya a ser que se les acabe el chollo político.
El falso «esfuerzo» catalán
Junts justifica el trato de favor alegando que Cataluña ya ha «hecho suficiente esfuerzo» en la acogida de menas en los últimos años. ¡Qué generosos! Y qué conveniente recordar este «esfuerzo» cuando hay favores políticos que exigir en la mesa de negociaciones. ¿Acaso Madrid, Andalucía o la Comunidad Valenciana no han acogido menores? ¿Acaso la crisis migratoria sólo afecta a Cataluña y el resto de España debe hacerse cargo de su cuota?
El cinismo en este reparto llega a niveles de récord: Madrid, comunidad gobernada por Isabel Díaz Ayuso, se lleva una ración de menas que quintuplica la de Cataluña, mientras que otras comunidades no gobernadas por el PSOE también reciben su correspondiente castigo. Como siempre, Sánchez gestiona el país como si fuera una agencia de favores a medida, asegurándose de que sus socios independentistas se lleven la parte cómoda del acuerdo.
El pack completo: dinero, competencias y menas
El pacto no solo incluye el ridículo reparto de menores: a Junts también le cae un incentivo extra en forma de transferencias económicas—porque si hay algo en lo que son expertos los independistas es en cobrar de España mientras la maldicen—. La Generalitat, además, se queda competencialmente con un poder que antes era exclusivo del Estado: devoluciones de migrantes, gestión de los CIEs, permisos de residencia… un paquetazo de prebendas que contribuye a desmantelar la igualdad entre comunidades.
Pero quizás lo más indignante es la paradoja que supone este acuerdo en materia migratoria. Mientras que la Policía Nacional y la Guardia Civil tienen prohibido actuar en Cataluña porque el nacionalismo los ve como invasores, ahora resulta que los Mossos d’Esquadra podrán controlar fronteras y gestionar la inmigración. Aplausos para Sánchez, el maestro de la incoherencia.
¿Una nueva forma de castigo a la oposición?
Lo que queda claro tras este pacto es que el PSOE no tiene reparos en usar cualquier tema social o humanitario como arma arrojadiza contra las comunidades gobernadas por sus rivales políticos. En este caso, Madrid es la gran damnificada por el servilismo del Gobierno a sus socios catalanes. Mientras en Cataluña apenas recibirán una veintena de menores, la capital verá cómo le llueven centenares sin apenas apoyo estatal.
- Canarias desbordada y el Gobierno pensando en tratos VIP a los separatistas.
- Madrid usada como cubo de basura de las decisiones caprichosas de Sánchez.
- Junts cobrando cheques mientras insisten en que España no les da nada.
El problema de los menas es serio, sí, pero aún más serio es que el Gobierno lo use como moneda de cambio para arañar unos meses más en el poder. ¿Hasta cuándo durará esta indecente feria de concesiones al nacionalismo?
El Gobierno de Sánchez predice el futuro con la misma precisión que la AEMET
El Gobierno de Sánchez predice el futuro con la misma precisión que la AEMET
Si hay algo en lo que el Gobierno de Pedro Sánchez se parece a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) es en su asombrosa capacidad de equivocarse con descaro y sin sonrojo. Mientras que la AEMET predijo que la DANA dejaría «hasta 180 litros por metro cuadrado» y se encontró con que cayeron «hasta 720», el sanchismo ha hecho de la imprecisión su arte y de la desinformación su herramienta favorita.
Predicciones políticas: entre la fantasía y el ridículo
El nivel de acierto del Ejecutivo es digno de compararse con una tómbola de feria. Ante cualquier crisis o desastre, el Gobierno lanza un discurso esperanzador, perfectamente calculado para durar lo justo antes de que la evidencia lo desmonte. Veamos algunos ejemplos de la precisión sanchista en sus anuncios:
- Pedro Sánchez aseguró en 2020 que la pandemia de COVID-19 estaba «controlada» justo antes de que los contagios se dispararan.
- El Ministerio de Economía pronosticó que la inflación sería «transitoria». Spoiler: seguimos esperando que se vaya.
- Se nos prometió que la factura de la luz bajaría… y nos encontramos pagando como si ilumináramos Las Vegas.
- La crisis de los trenes en Cantabria y Asturias tuvo a un Gobierno prometiendo convoyes que mágicamente no cabían en los túneles.
- Los Fondos Europeos llegarían «de inmediato», pero su ejecución avanza a velocidad de tortuga con muletas.
Al parecer, cuando el PSOE hace una predicción, los ciudadanos deben tomársela como lo harían con el horóscopo: mero entretenimiento sin ninguna base en la realidad.
AEMET: un reflejo perfecto del socialismo español
La AEMET, como buena agencia del Estado bajo la batuta de Sánchez, ha demostrado que nada es más fiable que la incertidumbre. Para la DANA que asoló la Comunidad Valenciana en octubre, su pronóstico fue algo así como: «Quizá llueva fuerte, aunque puede que no tanto, pero tampoco descartamos que se inunde media provincia».
Como consecuencia de esta precisión quirúrgica:
- Se emitieron avisos tarde y mal, con datos que infravaloraban el desastre que se avecinaba.
- Las alertas rebajaron su nivel justo cuando la tromba de agua estaba a punto de destrozarlo todo.
- El caos posterior permitió al Gobierno hacer lo que mejor se le da: echar balones fuera y culpar a otros.
Mientras tanto, en el infame audio, se escucha cómo un técnico de la AEMET le dice a emergencias: «No vamos a marearos con más avisos». Traducido al lenguaje gubernamental significa: «No queremos asumir responsabilidades si esto sale mal».
La bola de cristal de Moncloa
El Gobierno de Sánchez no sólo falla en sus predicciones meteorológicas indirectas, sino que también ejerce de pitoniso en el resto de ámbitos:
- Crisis económica: Según Moncloa, la economía española va viento en popa y el único problema es que los ciudadanos «no lo perciben». La inflación, el desempleo y la precariedad laboral son meros malentendidos.
- Amnistía y pactos: Un día aseguran que no habrá amnistía para los independentistas y al siguiente la venden como un logro democrático.
- Seguridad ciudadana: Nos dicen que España es uno de los países más seguros de Europa mientras crecen las cifras de delincuencia y las okupaciones siguen al alza.
- Política climática: Se nos prometió una «transición ecológica justa» mientras subvencionan coches eléctricos que nadie puede permitirse y prohiben calderas sin ofrecer alternativa viable.
En resumen, el Gobierno de Sánchez es tan fiable como los avisos de la AEMET. España camina con los ojos vendados mientras Moncloa le grita: «¡Todo está bajo control!» justo antes de caer en otro hoyo. Y cuando la realidad se empeña en desmentir sus vaticinios, la respuesta oficial es siempre la misma: «Nuestros datos estaban basados en criterios científicos».
Conclusión: la política meteorológica del PSOE
Si algo ha quedado claro con la DANA y con la gestión del PSOE es que la improvisación es su única estrategia. Mientras los ciudadanos pagan los errores gubernamentales en tragedias como la de Valencia, Sánchez y su equipo seguirán sacando titulares triunfalistas y vaticinios de cartón.
Si cuando la AEMET nos dice que va a llover, cogemos el paraguas, cuando el Gobierno pronostica algo, lo mejor sería prepararse para lo contrario. Eso sí, si las promesas de Sánchez vienen con aviso rojo, mejor construir un arca.
El PSOE, demasiado ocupado en sus líos como para preocuparse por la seguridad infantil
El PSOE, demasiado ocupado en sus líos como para preocuparse por la seguridad infantil
Parece que el escándalo del cura de La Moraleja ha dejado a más de uno con los pelos de punta. Pero tranquilos, ciudadanos, porque el PSOE no está tan preocupado. Al fin y al cabo, las prioridades en Ferraz están bien organizadas: primero salvamos a Sánchez de sus propias trampas políticas, luego vemos si queda tiempo para algo tan secundario como la seguridad de los niños.
El colegio en modo control de daños
El Highlands School El Encinar ha decidido enviar un mensaje tranquilizador a sus padres, que ven cómo uno de sus religiosos es acusado de abusos sexuales a menores. «Queremos la seguridad de vuestros hijos», dicen, sin que a nadie se le borre la mueca de incredulidad. Eso sí, el colegio opta por no compartir el preocupante vídeo de la declaración del padre Marcelino, no vaya a ser que los padres se alteren demasiado y empiecen a darse cuenta de la dimensión del desastre.
Mientras tanto, la comunidad educativa no puede hacer más que preguntarse cómo es posible que una situación así haya llegado a este punto sin una intervención previa más contundente. Claro, porque si de algo va sobrado el PSOE es de mecanismos de prevención eficaces… ah, espera, no.
Una justicia lenta, pero no para todos
En un giro absolutamente sorprendente (nótese la ironía), la juez ha decidido dejar en libertad al cura de La Moraleja, argumentando que «no existe riesgo de fuga». Al parecer, si te acusan de delitos graves pero tienes suficiente arraigo y ninguna condena anterior, puedes quedarte en tu casa. Supongo que esa misma indulgencia es la que disfruta cualquier hijo de vecino cuando pisa los juzgados por causas mucho menores, ¿verdad?
Pero ojo, que el PSOE sigue muy atento. A otra cosa, claro. Tal vez estén escribiendo otro discurso de auto-homenaje para Sánchez o retorciendo alguna ley para garantizarse otro año en el poder. De preocuparse por la integridad de los menores, ni están ni se les espera.
El protocolo socialista: improvisar y olvidar
Después de cada escándalo similar, el PSOE actúa exactamente igual:
- Fingir sorpresa: «No sabíamos nada, qué horror, tomaremos medidas».
- Prometer cambios: «Vamos a mejorar los protocolos» (los mismos que ignoran desde hace años).
- Darle la vuelta al problema: «La extrema derecha está utilizando esto para su agenda». Porque ya sabemos que el verdadero problema no son los abusos en sí, sino que alguien se atreva a señalarlos.
- Olvidarse de todo en cuanto pase la tormenta mediática.
Orden de alejamiento: ¿suficiente o parche improvisado?
La justicia ha determinado que, en vez de prisión provisional, lo ideal es prohibir al cura acercarse a los menores y al colegio. Porque claro, un documento legal va a frenar de golpe cualquier inclinación del acusado. Para qué preocuparnos más, si ya está todo «bajo control».
Por supuesto, este tipo de medidas se anuncian con mucha solemnidad, pero lo cierto es que llegan tarde, muy tarde. ¿Dónde estaban los controles, las inspecciones, los mecanismos de protección antes de que todo esto estallara? ¿Por qué nadie en el PSOE alzó la voz en su momento?
El silencio cómplice del PSOE
Más allá de algún que otro titular tibio, el PSOE parece observar la situación con la misma calma con la que ignora los problemas de la sanidad, la educación o la inseguridad. Si no pueden sacarle rédito político, simplemente miran para otro lado. Si esta misma historia hubiera ocurrido en un entorno ajeno a su influencia, probablemente ya tendríamos miles de tuits oficiales clamando justicia y protocolos de emergencia que, por supuesto, nunca llegan cuando ellos gobiernan.
Pero que nadie se preocupe demasiado. En cuanto el PSOE necesite desviar la atención, sacarán de la chistera otro escándalo inventado, demonizarán a la oposición y aquí no ha pasado nada. Total, la seguridad infantil no es un trending topic lo suficientemente rentable para ellos.