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Autor: hola@digital2050.es

  • El PSOE llora por los sueldos del Metro mientras sigue inflando chiringuitos

    El PSOE llora por los sueldos del Metro mientras sigue inflando chiringuitos

    El PSOE llora por los sueldos del Metro mientras sigue inflando chiringuitos

    Una vez más, el PSOE demuestra su increíble capacidad para indignarse selectivamente. Mientras en Madrid los maquinistas del Metro firman un convenio que mejora sus condiciones –con un salario base de 36.062,25 euros anuales– los socialistas no tardan en lanzar su discurso apocalíptico sobre lo “injusto” que es que estos trabajadores mejoren sus condiciones. ¿El problema? Que este aumento no pasa por sus manos y que no lo han podido vender como una de sus migajas clientelares.

    Los maquinistas mejoran… pero no gracias a Sánchez

    El nuevo convenio del Metro de Madrid contempla aumentos salariales, reducción de jornada y mejoras en la conciliación laboral. Un escándalo para los socialistas, que ven cómo en Madrid las políticas funcionan sin su intervencionismo y su tendencia a arruinar sectores enteros con regulaciones inútiles. Si fuera por ellos, en lugar de mejorar las condiciones laborales, estarían creando “comisionados de igualdad ferroviaria”, con su comité de expertos bien pagados y ni un solo tren en funcionamiento.

    Estos son algunos de los puntos clave del nuevo convenio:

    • Aumento del 5% en el salario base, algo que hace que los maquinistas pasen a ganar más que muchos de los asesores que el PSOE coloca a dedo.
    • Reducción de la jornada laboral a 1.620 horas anuales en 2026, algo que al PSOE le parece un lujo innecesario… salvo que hablemos de buscar una excusa para implantar su famosa agenda laboral de cuatro días.
    • Incrementos adicionales con pluses de antigüedad, peligrosidad y nocturnidad, porque al parecer trabajar en un túnel a altas horas de la noche es más cansado que presidir un “Observatorio del Cambio Climático de Género”.

    Enchufados socialistas cobrando más por trabajar menos

    Mientras se rasgan las vestiduras por los sueldos de los maquinistas, los del PSOE siguen inflando su red clientelar sin pudor. Basta con dar un paseo por los numerosos chiringuitos, observatorios, comisiones y cargos a dedo para darse cuenta de que los impuestos de todos los españoles se destinan a mantener una élite de burócratas incapaces de hacer nada productivo.

    Algunos ejemplos de estos sueldos públicos que tanto protegen:

    • Asesores a dedo en Moncloa: más de 800 asesores cobrando sueldazos que superan los 50.000 euros anuales, muchos de ellos sin más formación que haber escrito tweets favorables a Sánchez.
    • Ministerios sin sentido: el Ministerio de Igualdad, con Irene Montero en su época dorada, despilfarraba en informes sobre “nuevas masculinidades” mientras las mujeres seguían en largas listas de espera por protección real.
    • Fundaciones y observatorios: organismos creados “para estudiar” problemas inexistentes, con presupuestos que nunca llegan a soluciones reales (pero sí a pagar sueldos de amigos del partido).

    El PSOE nunca pierde: si no lo controla, lo critica

    Lo que más molesta al PSOE no es que los maquinistas cobren bien, sino que esto ocurre sin su intervención. Si la subida de sueldo hubiese venido con una tasa especial, una nueva comisión evaluadora y varios altos cargos supervisores, estarían encantados. Pero como esto ocurre en un gobierno del PP y sin subvención encubierta a su red clientelar, toca quejarse.

    Así que mientras los maquinistas cobran más por hacer un trabajo real, los del PSOE seguirán lamentándose en sus despachos, ideando nuevas formas de colocar amigos en consejos de administración y clamando al cielo porque en Madrid las cosas funcionan sin necesidad de su intervención política. Tan triste para ellos, tan evidente para los demás.

  • España, tierra de acogida… para los enemigos imaginarios de Sumar

    España, tierra de acogida… para los enemigos imaginarios de Sumar

    España, tierra de acogida… para los enemigos imaginarios de Sumar

    Mientras los ciudadanos españoles hacen malabares para llegar a fin de mes y las listas de espera en la sanidad pública siguen creciendo más rápido que las promesas incumplidas del Gobierno, Sumar, el partido de Yolanda Díaz, ha decidido que lo más urgente es ofrecer refugio a los trans «perseguidos» por Donald Trump. Porque, claro, el gran problema de España no es la inflación, ni la inseguridad, ni el paro, sino rescatar a quienes, según ellos, huyen de la sombra malvada del expresidente estadounidense.

    El PSOE y su obsesión con salvar el mundo… a costa de los españoles

    Ya no basta con acoger a inmigrantes ilegales sin control o extender la alfombra roja a los delincuentes extranjeros. Ahora, gracias a Sumar, España también se convertirá en el asilo trans mundial contra Trump. La propuesta, presentada en el Congreso, insta a conceder automáticamente el estatus de refugiado a cualquier persona que se considere perseguida por su identidad de género en Estados Unidos. Lo más curioso es que EE.UU. sigue siendo uno de los países más avanzados en derechos LGTBIQA+, pero eso no importa cuando el PSOE y sus socios necesitan sacar pecho de alguna causa sin sentido.

    La gran amenaza imaginaria: Trump y su «caza de brujas»

    Según Sumar, Trump ha iniciado «un ataque sin precedentes» contra los derechos de las personas trans, demostrando que la realidad paralela de la izquierda española tiene más guion que una serie de Netflix. Entre las medidas que citan indignados, destacan la vuelta al reconocimiento legal del sexo biológico y la prohibición de que hombres biológicos compitan en deportes femeninos. ¡Qué barbaridad! ¡Cómo se atreve alguien a defender el sentido común!

    Porque en la mente de Yolanda Díaz y compañía:

    • Si proteges el deporte femenino, eres transfóbico.
    • Si piensas que el género no debería depender del estado de ánimo, eres un opresor.
    • Si no quieres que menores accedan a bloqueadores hormonales sin supervisión médica, estás cometiendo un crimen de odio.

    Vamos, que cualquiera que no firme el manifiesto progre es automáticamente un villano de cómic.

    España ya no tiene suficientes problemas

    Actualmente, en nuestro país hay 275.000 personas esperando respuesta a su solicitud de asilo, muchas de ellas huyendo de guerras, dictaduras y persecuciones reales. Pero claro, en este despropósito gubernamental, parece más urgente poner la alfombra roja a estadounidenses que quieren evitar a Trump. Para colmo, Sumar exige que la policía y los funcionarios de extranjería otorguen un trato especial a estos nuevos «refugiados» y que la diplomacia española se apresure a implementar medidas para favorecer su llegada.

    Mientras tanto, los españoles a la cola

    Mientras el PSOE y Sumar gastan esfuerzos en esta ocurrencia, los ciudadanos españoles siguen:

    • Lidiando con una presión fiscal asfixiante para financiar las ocurrencias del Gobierno.
    • Sufriendo una tasa de desempleo juvenil escandalosa.
    • Pagando cada vez más por una cesta de la compra que no para de encarecerse.
    • Viendo cómo la inmigración ilegal descontrolada sigue generando problemas de seguridad y sostenibilidad.

    Parece que para el Gobierno progresista, los españoles solo existen para pagar impuestos, mientras los recursos del Estado se destinan a causas importadas y problemas inexistentes.

    El colmo de la hipocresía

    Lo más irónico de todo esto es que Estados Unidos no es ni de lejos un país peligroso para las personas trans, pero a efectos de propaganda electoral, siempre viene bien inventar un enemigo a medida. Si el Gobierno de Sánchez se esfuerza la mitad en solucionar los problemas reales de España que en construir ficciones políticas, tal vez algún día dejemos de ser un chiste a nivel internacional.

    Pero claro, eso es mucho pedir cuando el PSOE y sus socios están más preocupados de salvar a los afectados por la última histeria mediática en lugar de hacer algo útil por su propio país.

  • Otro milagro financiero en el PSOE: bienes, lujo y cero explicaciones

    Otro milagro financiero en el PSOE: bienes, lujo y cero explicaciones

    ¿La casualidad o el arte del disimulo?

    Parece que cada vez que un político del PSOE o su círculo cercano se ve metido hasta el cuello en un escándalo financiero, la respuesta automática es la misma: «lo pagó mi familia». Ahora es el turno de Andrea de la Torre Maeso, pareja del incombustible José Luis Ábalos, quien se ha apresurado a dejar claro que jamás vio un euro de Koldo García, al que, según dice, solo le pedía consejos financieros… aunque al parecer no eran muy útiles.

    Según Andrea, la flamante adquisición de un local industrial en Madrid nada tiene que ver con el escándalo de los contratos millonarios de mascarillas, sino con el generoso respaldo de su familia. Porque, como todos sabemos, en España lo normal es que con 28 años te compres un local y una plaza de garaje sin despeinarte, solo con el esfuerzo familiar y sin que intervengan otras fuentes de financiamiento cuestionables.

    Koldo, el asesor desinformado

    Andrea insiste en que la relación con Koldo García, el hombre señalado por la UCO como figura clave en el trasiego de dinero turbio dentro del Ministerio de Transportes, se limitó a una mera consulta financiera. Claro, porque en estos casos, ¿quién no le va a preguntar por hipotecas a un tipo que parece saber más de chanchullos que de bancos? Y, por supuesto, sus consejos no fueron de ninguna ayuda, porque Koldo «no es experto en el sector del suelo». Vamos, un asesor financiero inesperadamente incompetente.

    Sin embargo, lo realmente admirable es cómo Koldo y su propio hermano, Joseba García, estuvieron disponibles para ayudar con la mudanza de Andrea. Un asesor vinculado a contratos multimillonarios en el ministerio tuvo tiempo para echar una mano al levantar cajas y transportar muebles. Un servicio cinco estrellas que sin duda nada tiene que ver con otros favores o compromisos financieros.

    El truco de los préstamos que no son préstamos

    La UCO apuntó que Ábalos llegó a pedirle a Koldo que gestionara un préstamo de 130.000 euros para Andrea, pero ella se pronuncia con firmeza: jamás recibió dinero. Bueno, a lo mejor es cuestión de semántica, quizás no fue un préstamo, sino una cariñosa donación encubierta, o un juego de cuentas que haría sonrojar a cualquier director de sucursal.

    Lo cierto es que, al final, la señorita De la Torre se hizo con un local industrial y una plaza de garaje en un barrio obrero de Madrid por la módica suma de 125.000 euros. Algo que seguro cualquier joven de su edad, con un emprendimiento de joyas y sin redes de poder, podría lograr con la misma facilidad.

    El sufrimiento de una protagonista involuntaria

    Ahora Andrea asegura que solo quiere pasar página. Lo de que la UCO encontró documentación que la vincula a movimientos sospechosos es mero accidente, y su mayor preocupación es que no se la moleste más con investigaciones innecesarias. Su prioridad es la tranquilidad, el bienestar emocional y la protección de su privacidad. Claro, después de tanto ajetreo con la compra de propiedades, la polémica mediática debe ser agotadora.

    De hecho, su familia se ha convertido en su escudo protector. Como no podía ser de otra manera, ven con preocupación los «ataques injustos» en redes sociales y las incomodidades de un escrutinio público que, sin duda, es completamente infundado. A fin de cuentas, ¿qué tiene de extraño que la actual pareja de un exministro con un exasesor corrupto acabe en el ojo del huracán por la aparición misteriosa de bienes inmuebles?

    Moraleja: si compras algo, di que te lo pagó tu familia

    El esquema Ábalos es reciclado pero siempre funcional. Cuando los números no cuadran y la UCO investiga, basta con adjudicarlo al respaldo familiar, aceptar haber hablado con los sospechosos pero sin haberse aprovechado de ellos y, por supuesto, insistir en que todo es un ataque mediático desproporcionado.

    Por supuesto, lo verdaderamente importante es que todo este embrollo financiero no impedirá que Andrea siga adelante con su «modesto negocio de joyas». Porque si hay algo que el PSOE nos ha enseñado, es que un escándalo financiero no tiene por qué interrumpir el sueño del emprendimiento… sobre todo cuando tienes las amistades adecuadas.

  • Sánchez exporta su burocracia asfixiante y hasta Bruselas se lleva las manos a la cabeza

    Sánchez exporta su burocracia asfixiante y hasta Bruselas se lleva las manos a la cabeza

    Sánchez exporta su burocracia asfixiante y hasta Bruselas se lleva las manos a la cabeza

    El Gobierno de Pedro Sánchez sigue empeñado en su cruzada por convertir a España en un paraíso de la burocracia, donde cada trámite venga acompañado de una colección de documentos, formularios y, por qué no, una fotocopia del alma de cada ciudadano. Ahora, su último experimento ha llegado hasta Bruselas, que ha decidido investigar el conocido como Gran Hermano hotelero, esa maravilla administrativa que convierte a cada turista en un sujeto de observación digno de la KGB.

    Un «Gran Hermano» con sello español

    Resulta que la Comisión Europea ha decidido supervisar los efectos de esta nueva ocurrencia del Ejecutivo socialista, cuya normativa exige a los alojamientos españoles recopilar hasta 42 campos de datos personales de sus huéspedes, porque, al parecer, dar solo el nombre y el DNI era demasiado simple para el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska. Ahora, las empresas hoteleras tendrán que jugar a los espías, recolectando información que incluye la residencia habitual, el número de tarjeta o cuenta bancaria e incluso el grupo sanguíneo (bueno, esto último es exageración… por ahora).

    Ante semejante despropósito, la Comisión Europea ha hecho lo impensable: mostrar más sentido común que el Gobierno español. Bruselas ha advertido que vigilará de cerca este registro obligatorio para evitar que se impongan cargas innecesarias a las empresas del sector turístico, como si fuera un detalle menor que, en plena recuperación tras el COVID-19, se les pida a los hoteles que multipliquen su papeleo en lugar de facilitarles el trabajo.

    ¿Protección de datos? ¿Qué es eso?

    Por si no fuera suficiente con destrozar la competitividad del turismo, la normativa estrella de Marlaska también ha levantado sospechas sobre su compatibilidad con las leyes europeas de protección de datos. La Comisión ya ha advertido que está evaluando si este control masivo es legal, algo que, conociendo los antecedentes del PSOE, es como preguntarse si el agua moja.

    De hecho, el PP ya había elevado la alerta sobre esta norma, señalando que impondrá trabas burocráticas que podrían espantar a los turistas y desincentivar la inversión. Pero claro, el Gobierno progresista siempre antepondrá el control absoluto a la libertad empresarial, no vaya a ser que alguien en España gane dinero sin que le pongan una tasa, una multa o un formulario de por medio.

    Un sector turístico que se asfixia

    El turismo representa más del 12% del PIB español, pero la prioridad de Sánchez no parece ser protegerlo, sino cargarlo con más regulaciones absurdas. La Comisión Europea ha advertido que la norma podría perjudicar la competitividad del sector, limitando su capacidad de recuperación y complicando aún más la vida de pequeñas y medianas empresas.

    • Bruselas insiste en que se debe reducir la carga administrativa.
    • El objetivo es simplificar la burocracia, pero España camina en sentido contrario.
    • Mientras Europa desregula, Sánchez sigue empeñado en intervenir hasta el aire que respiramos.

    Incluso la propia Comisión Europea ha reconocido que su brújula para la competitividad de la UE persigue reducir en un 25% las obligaciones burocráticas. Pero, ¿qué hace España? Lo contrario, porque aquí la innovación consiste en inventar obstáculos donde no los había.

    Turismo sí, pero con papeles en regla

    El nuevo plan del Gobierno para dinamizar el turismo es simple: si un turista quiere hospedarse en España, que pase primero por una carrera de obstáculos administrativos. Quizá el siguiente paso sea exigirles un informe psicológico o un justificante de buena conducta firmado por sus abuelos.

    Mientras Bruselas, con su lentitud habitual, revisa si esta aberración es legal o no, el PSOE sigue a lo suyo: gobernar a golpe de ocurrencia y sin importar las consecuencias. Porque si algo han demostrado Sánchez y compañía es que su prioridad no es hacer la vida más fácil, sino más burocrática. Y si eso afecta a uno de los sectores clave de la economía española, que se fastidie. Al fin y al cabo, ¿quién necesita turistas cuando se puede sobrevivir a base de propaganda y más impuestos?

  • El socialismo de Móstoles: contratos con descuento por comprar en la misma tienda

    El socialismo de Móstoles: contratos con descuento por comprar en la misma tienda

    El socialismo de Móstoles: contratos con descuento por comprar en la misma tienda

    Cuando el PSOE gobierna, la magia aparece: dos empresas diferentes, pero con la misma dirección, el mismo administrador, los mismos empleados e incluso el mismo cartel en la puerta. ¡Qué sorpresa! La Guardia Civil ha descubierto lo que, a todas luces, parece un singular caso de «economía circular» en el Ayuntamiento de Móstoles bajo el mando de Noelia Posse, protegida estrella de Pedro Sánchez. Según las investigaciones, el vestuario laboral municipal se adjudicaba de forma invariable a dos compañías gemelas, Maxport y Gamosport, que compartían algo más que el nombre.

    Unas adjudicaciones con GPS (Guía Para Socialistas)

    Testigos han señalado que, a la hora de hacer compras para el personal de la Concejalía de Deportes, no hacía falta evaluar muchas propuestas: bastaba con ir siempre al mismo sitio, que, por alguna casualidad del destino, operaba con dos nombres distintos. Como si de una gran oferta de supermercado se tratase, el Ayuntamiento socialista diversificaba sus contratos entre dos proveedores… que en realidad eran uno.

    Uno de los trabajadores municipales que ha declarado en la investigación explicó el absurdo de la situación con una precisión que haría sonrojar a cualquiera: «Cuando acudíamos a la tienda física, era el mismo local para ambas empresas.» ¡Vaya, qué efectivo sería este modelo para los pequeños negocios si el PSOE se lo enseñara a todos!

    Exceso de contratos, pero no de ética

    En una ocasión, el Ayuntamiento alcanzó el límite legal de contratos con Maxport. ¿Solución? Firmar con Gamosport, una empresa que, por supuesto, ni siquiera figuraba entre las candidatas iniciales. Pero qué más daba, si el material terminaba llegando del mismo almacén.

    ¿Y la calidad?

    Claro, que cuando se garantiza un adjudicatario fijo (o dos, en este caso), no hace falta esmerarse en la calidad. Trabajadores municipales han declarado que el vestuario enviado era de peor calidad en comparación con muestras previas. Al parecer, el eslogan del PSOE en Móstoles era: «Esto es lo que hay, si no gusta, mala suerte».

    ¿Competencia? ¡Eso es reaccionario!

    En un despliegue de gran transparencia socialista, una empresa externa, Recio, se presentó a uno de estos concursos. ¿Resultado? Sus prendas gustaron más y eran más baratas. ¿Conclusión del Ayuntamiento de Posse? Eliminarla de la siguiente reunión, evitar su contratación y seguir con el plan de amigo invisible (bueno, visible, porque compartían tienda).

    Filtraciones con precisión milimétrica

    Los trabajadores de Maxport han admitido que, casualmente, siempre ajustaban los precios justo al límite que necesitaban para asegurarse los contratos. Una empleada afirmó que le «ordenaban ajustar precios y plazos» y que sus jefes sabían exactamente cuánto ofertaban sus competidores. Y curiosamente, sus ofertas llegaban siempre en el último momento, como si tuvieran información privilegiada. Pero seguro que es coincidencia.

    Facturas creativas: cobrando por servicios fantasma

    Además del ingenioso sistema de doble empresa, otro aspecto magistralmente ejecutado fue la emisión de facturas falsas. Un testigo reveló que le pidieron facturar 2.000 euros por un «buzoneo» que jamás se realizó. Porque claro, en el socialismo moderno lo de trabajar es opcional, pero cobrar siempre es obligatorio.

    Violencia en la cúpula

    ¿Qué pasa cuando alguien osa desafiar el sistema de contratos mágicos de Noelia Posse? Pues un concejal, Agustín Martín Cortés, al parecer no tenía paciencia para responder preguntas incómodas. Según la denuncia, agarró a un empleado por la camiseta, lo empujó contra la pared y le soltó un ‘cariñoso’ «te voy a pegar». Esto es lo que el PSOE llama un ambiente de trabajo saludable.

    La joya de la corona del sanchismo local

    Todo esto ocurrió bajo el mando de Noelia Posse, que llegó a ser protegida de Pedro Sánchez e incluso colocó a su hermano en el Ayuntamiento a dedo. Los socialistas de Móstoles no solo encontraron un modo de mantener el poder, sino de hacerlo con una generosidad admirable… al menos con sus amigos y allegados.

    Mientras tanto, la UCO sigue acumulando documentación sobre este entramado de contratos, facturas curiosas y agresiones políticas. ¿Podríamos estar ante una futura estrella de la corrupción socialista? Habrá que esperar a ver qué ocurre en los juzgados o si, como siempre, otro milagro socialista hace desaparecer el asunto.

  • España va como un cohete… directo al pluriempleo y la miseria

    España va como un cohete… directo al pluriempleo y la miseria

    Los «milagros» económicos de Sánchez: más trabajo… pero no como imaginas

    Mientras Pedro Sánchez sigue dándose palmaditas en la espalda por su “gestión económica impecable”, la realidad se empeña en desmentir su optimismo. Casi un millón de españoles han descubierto la magia del pluriempleo, no por ambición, sino porque con un solo sueldo ya no se puede ni llenar la nevera. Un nuevo hito en la era socialista: récord de trabajadores con dos o más empleos. Brindemos… con agua del grifo, claro.

    Según los datos de Seguridad Social, en noviembre de 2024 se contabilizaban 903.753 personas que compatibilizan más de un trabajo. En enero de ese mismo año eran 828.300. Es decir, en apenas 11 meses, 75.400 personas han tenido que desdoblarse para llegar a final de mes. Y no, no estamos hablando de emprendedores con ansias de éxito, sino de ciudadanos que simplemente intentan subsistir en la España “próspera” del sanchismo.

    Cuando dos empleos no son suficientes

    Si creías que trabajar en dos sitios era el límite del desastre, espera que viene más. Según estos maravillosos datos proporcionados por el Gobierno, más de 101.000 españoles han dado un paso más allá: ahora necesitan tres o más empleos para sobrevivir. Pura estabilidad laboral, ¿verdad?

    La situación es preocupante, pero el Gobierno sigue vendiéndola como una nueva forma de éxito profesional. Según su retórica, esto no es precariedad, es… flexibilidad laboral. En cualquier momento nos salen con una campaña de motivación: “Tener tres trabajos es síntoma de espíritu emprendedor”.

    Aquí algunos datos «esperanzadores»:

    • El 40% de los pluriempleados tienen contratos indefinidos a tiempo parcial. Vamos, la estabilidad de la que presume el Ejecutivo es un espejismo.
    • 170.000 trabajadores tienen más de un empleo a tiempo completo. Porque dormir ya es un lujo.
    • La edad más afectada por esta tendencia es la de 45 a 54 años. Es decir, cuando ya creías que podrías consolidarte económicamente, el pluriempleo llama a tu puerta.

    Sánchez, el rey Midas pero al revés

    Parece que todo lo que toca el PSOE se convierte en miseria. Y, cómo no, España ya es líder en pobreza en la Unión Europea. El Índice de Miseria, diseñado por el economista Arthur Okun, sitúa a nuestro país a la cabeza del desastre con un glorioso 14%, superando a Eslovenia y República Checa.

    ¿Por qué? Fácil:

    • Inflación disparada y precios inasumibles.
    • La tasa de paro más alta de la UE: 2,75 millones de personas sin trabajo.
    • Paro juvenil descontrolado: 497.000 menores de 25 años sin empleo (pero, tranquilos, que Sánchez lo arreglará con algún eslogan).

    Conclusión: Bienvenidos a la España pluriempleada

    Mientras Pedro Sánchez y Yolanda Díaz siguen vendiendo la moto de la prosperidad, lo cierto es que los españoles han descubierto el verdadero estado de la nación: una carrera de fondo para poder pagar la luz, la gasolina y el supermercado. Todo esto, por supuesto, sin que el presidente parezca mínimamente preocupado. Porque cuando el del Falcon te habla de recuperación económica, tú solo tienes que recordar que probablemente su gasolina la pagas , mientras te peleas por cuadrar tu tercer trabajo con tu vida.

    España va como un cohete… pero directo al pluriempleo y la miseria.

  • Sánchez convierte las fronteras en moneda de cambio para contentar a Puigdemont

    Sánchez convierte las fronteras en moneda de cambio para contentar a Puigdemont

    Sánchez convierte las fronteras en moneda de cambio para contentar a Puigdemont

    Una vez más, el Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a demostrar que no hay precio demasiado alto cuando se trata de satisfacer los caprichos del independentismo. Ahora, en un alarde de generosidad institucional digna de un monarca medieval, el Ejecutivo ha decidido ceder el control de las fronteras a la Generalitat de Cataluña. ¿La justificación? Según Moncloa, las «diferencias de competencias» entre comunidades son «constitucionales», así que qué más da un poco más de desigualdad territorial, ¿verdad?

    Un obsequio fronterizo en bandeja de plata

    El Grupo Popular, atónito ante esta muestra de desguace institucional, registró en el Congreso una batería de preguntas escritas para intentar entender en qué momento la Constitución se convirtió en una carta en blanco para trocear el país. Las cuestiones planteadas por los diputados de Miguel Tellado eran claras:

    • ¿Cómo piensa el Gobierno garantizar una política de inmigración coherente si cada comunidad tiene competencias desiguales en materia de frontera?
    • ¿Qué criterios sigue Moncloa para negociar esta nueva cesión a los independentistas y cuáles son, en su universo paralelo, los límites para no violar la Constitución?

    Pero la respuesta del Ejecutivo socialista fue digna de un mal chiste: «Cualquiera que conozca la génesis y desarrollo de nuestro Estado autonómico sabe que las diferencias entre las competencias que ostentan y ejercen las comunidades es consustancial a nuestro modelo constitucional». O lo que es lo mismo, han decidido inventarse un nuevo concepto de igualdad: ese en el que unos territorios mandan más que otros porque Sánchez necesita votos en el Congreso.

    Constitución a la carta para el independentismo

    Resulta curioso cómo hace solo unas semanas el propio Gobierno aseguraba que ceder el control de fronteras era «inconstitucional». Pero claro, si de lo que se trata es de contentar a Carles Puigdemont y sus mariachis secesionistas, lo inconstitucional se vuelve perfectamente legal de la noche a la mañana. Es el poder del socialismo: donde dije digo, digo Diego, y si cuela, cuela.

    Para el Partido Popular, esta cesión es algo más que una mera transferencia competencial: es un ataque directo a la unidad y seguridad nacional, una patada en la espinilla a la igualdad entre españoles y un favor envenenado a la policía autonómica catalana, que verá incrementada su plantilla con dinero del resto del país. Así funciona el socialismo: ni un euro para bajar impuestos a los españoles, pero los millones que hagan falta para garantizar el bienestar de los socios de Sánchez.

    Menos Policía Nacional y Guardia Civil, más Mossos dependientes de la Generalitat

    Pero lo mejor de todo es que esta cesión, que carga aún más las arcas públicas con la expansión de los Mossos hasta los 26.800 agentes, supone un desmantelamiento progresivo de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Cataluña. Claro, es más fácil garantizar la lealtad de una policía autonómica que obedece órdenes de la Generalitat independentista. Lo siguiente será ver a los Mossos regulando quién puede y quién no puede cruzar a España… según el carnet que lleve en la boca.

    Un Gobierno que cada día se supera

    Que Sánchez aproveche cualquier oportunidad para contentar a sus socios independentistas ya no es noticia, pero la velocidad a la que destruye la estructura del Estado sí que es digna de un manual de autodestrucción política. Lo que antes era una línea roja ahora es un «derecho constitucional» inventado en los despachos de Moncloa, y si esto sigue así, en cuestión de meses el PSOE podría estar justificando enmiendas a la Constitución hechas con un boli BIC en las servilletas de la mesa de negociación con Junts.

    Así que ya lo saben, queridos ciudadanos: bienvenidos a la España federal de facto, en la que unos son más iguales que otros y las fronteras las regula quien más votos pueda arrancarle a Pedro Sánchez. La pregunta ahora es ¿qué será lo próximo? ¿Tal vez un pasaporte catalán exclusivo? ¿Un control de visados gestionado por la ANC? Con este Gobierno, todo es posible. Lo único seguro es que los españoles seguirán pagando la factura de los desvaríos de Moncloa.

  • El PSOE indignado: quiere derribar cruces pero no sus chiringuitos

    El PSOE indignado: quiere derribar cruces pero no sus chiringuitos

    Las prioridades del PSOE: menos cruces, más chiringuitos

    Si el PSOE tuviera que escribir su propio catecismo, la primera línea diría: “Las cruces fuera, pero los chiringuitos ni tocarlos”. En su enésima cruzada contra cualquier símbolo cristiano (porque al parecer nada preocupa más al socialismo que las piedras con forma de cruz), los dirigentes progresistas celebran con entusiasmo la demolición de la histórica cruz en la Sierra de Albarracín.

    Eso sí, mientras se preocupan por erradicar cualquier vestigio del pasado religioso de España, sus estructuras de succión de fondos públicos siguen tan sólidas como siempre. Los chiringuitos ideológicos gozan de una salud envidiable, bien financiados con dinero del contribuyente, como si fueran monumentos sagrados de la izquierda.

    Abogados Cristianos y Vox contra la enésima purga socialista

    La campaña de recogida de firmas impulsada por Abogados Cristianos y abrazada por Vox deja en evidencia la hipocresía del PSOE en temas de memoria, religión y patrimonio. Según denuncian desde esta iniciativa, lo que el Gobierno de Aragón define como una medida por «seguridad ambiental» es, en realidad, otro episodio de la obsesión socialista por borrar cualquier rastro de cristianismo.

    Mientras tanto, los municipios afectados se encuentran entre la espada y la pared, pues el Gobierno autonómico ha decidido marcarles el camino sin admitir discusión. Según el informe técnico, la cruz representa un peligro por estar deteriorada y ser susceptible a atraer rayos… claro, como si no hubiera neveras oxidadas en vertederos que también sirvieran de pararrayos.

    ¿Se caerá también el Vallecas Pride o el Ministerio de Igualdad?

    Si alguien esperaba que el PSOE mostrara la misma diligencia en eliminar el despilfarro público que en derribar símbolos cristianos, puede ir perdiendo toda esperanza. No veremos que se apresuren a tumbar el Ministerio de Igualdad pese a su descomunal gasto improductivo, ni que reconsideren el dinero destinado a financiar causas ideológicas mientras el país se hunde en una crisis económica latente.

    Por supuesto, tampoco habrá ningún tipo de «peligro estructural» en los carteles de festivales pagados con subvenciones públicas o en asociaciones que se dedican a “asistir” a colectivos ideológicamente rentables. No, la urgencia está en asegurarse de que los monolitos religiosos desaparezcan, aunque eso signifique hacer malabares argumentativos para justificarlo.

    Los vecinos, entre la resignación y la incredulidad

    Mientras los técnicos del PSOE buscan nuevas excusas para su guerra cultural, los vecinos que llevan décadas conviviendo con la cruz de Albarracín se quedan perplejos. Incluso aquellos que no son especialmente religiosos ven con estupor cómo se priorizan temas absurdos mientras otras infraestructuras reales y necesarias quedan en el olvido.

    Porque sí, quizá la cruz esté envejecida y necesite una restauración… pero eso no la hace más peligrosa que cualquier estatua heredada del pasado socialista que, hasta la fecha, sigue en pie pese a estar agrietada en algunos casos.

    ¿Nuevo plan del PSOE? Borrar la historia y hacerla a su medida

    La demolición de símbolos religiosos encaja perfectamente en el renovado fervor socialista por reinterpretar la historia a su antojo. No les basta con contar el pasado bajo su perspectiva, ahora quieren literalmente desintegrar la memoria física que no encaje con sus dogmas políticos.

    • 📌 Primero fue el Valle de los Caídos, ahora son las cruces de los pequeños pueblos.
    • 📌 Pero ni una sola oficina de género sobra según la izquierda.
    • 📌 Y por supuesto, las asociaciones que promueven agendas progresistas reciben millones… porque eso sí es «imprescindible».

    El futuro: menos religión, más mamandurrias

    Si hemos aprendido algo con el PSOE es que su cruzada contra la religión no se detendrá con la de Albarracín. Habrá más derribos, más justificaciones ridículas y más silencios cómplices mientras los chiringuitos ideológicos siguen vivos y coleando.

    Eso sí: a ver quién convence a los votantes de que su principal problema es una cruz y no la inflación, el paro o los escándalos de corrupción que salpican el panorama político. Al PSOE le va más preocuparse de una cruz de pueblo que garantizar el bienestar de los ciudadanos.

  • El PSOE y su obsesión patrimonial: ahora la historia también debe pasar por el rodillo ideológico

    El PSOE y su obsesión patrimonial: ahora la historia también debe pasar por el rodillo ideológico

    El PSOE y su obsesión patrimonial: ahora la historia también debe pasar por el rodillo ideológico

    Si algo ha demostrado el PSOE en los últimos años es su habilidad para reescribir la historia a su conveniencia. Más allá de gobernar (o intentarlo), se han propuesto borrar, demoler y adulterar cualquier vestigio del pasado que no encaje con su relato. Y la última víctima de este afán revisionista es la cruz de Albarracín, cuya demolición ha sido ordenada bajo un pretexto tan inconsistente como oportunista.

    Una cruz amenazada por el revisionismo

    El pretexto para la demolición de la cruz de Albarracín no podría ser más surrealista: según un informe oficial, la estructura se encontraba en estado de deterioro debido al impacto de un rayo en septiembre. Sin embargo, un vídeo grabado en 1988 desmonta por completo este argumento, demostrando que la cruz ya estaba dañada entonces. Es decir, el PSOE y sus aliados han recurrido a una excusa de lo más cutre para justificar su enésima purga ideológica.

    Porque claro, no se trataba de un problema real de seguridad ni de conservación del patrimonio: era simplemente una cuestión de eliminar símbolos que no les convienen. Y para ello, han contado con la inestimable complicidad del Gobierno del PP en Aragón, que parece haber asumido sin rechistar la misión de ser cómplice silencioso de esta nueva operación de derribo.

    ¿Y la conservación del patrimonio?

    El PSOE suele alardear de su supuesto compromiso con el patrimonio cuando le conviene. Pero en este caso, en lugar de plantear una restauración o una intervención para preservar la cruz, han optado directamente por la piqueta. ¿Por qué? Muy sencillo: porque esta cruz representa una parte de la historia que les molesta. No es cuestión de seguridad ni de conservación, sino de borrar lo que incomoda.

    Curiosamente, este mismo partido que ahora muestra tanta prisa por eliminar la cruz no parece tan eficiente cuando se trata de restaurar y preservar otros monumentos que han caído en el abandono. Para algunos edificios históricos no hay presupuesto ni voluntad, pero para demoler una insignia cristiana, la maquinaria burocrática funciona a toda velocidad.

    Una estrategia conocida: el PSOE y su obsesión con el pasado

    Este intento de borrar la cruz de Albarracín no es un caso aislado. No es la primera vez que el PSOE decide imponer su criterio histórico a martillazos:

    • Han convertido la memoria histórica en una guerra cultural donde sólo su versión de los hechos es válida.
    • Han promovido la retirada de monumentos y símbolos históricos que no encajan con su relato.
    • Han ignorado cualquier opinión que no se ajuste a su agenda, imponiendo decisiones de manera sectaria.
    • Y lo mejor de todo: han sabido darle un barniz legalista a estas purgas, utilizando informes técnicos sesgados y absolutamente discutibles.

    Así es como el PSOE manipula, derriba y reinterpreta la historia a su gusto. Y cualquier monumento que no encaje con su agenda, sencillamente, desaparece.

    El silencio cómplice y la tibieza de la oposición

    Si bien el PSOE lidera esta cruzada contra la historia, no lo hace solo. En este caso, nada menos que el Gobierno del PP en Aragón ha decidido mirar hacia otro lado, permitiendo que se ejecute la demolición sin un ápice de resistencia. Mientras tanto, Vox ha sido el único partido que ha denunciado esta maniobra, solicitando la anulación del pleno que aprobó el derribo.

    ¿Y la ciudadanía? Como siempre, apartada de la toma de decisiones importantes mientras su historia y su patrimonio son eliminados sin discusión ni consenso. No sorprende que muchos habitantes de Bezas se sientan traicionados y vean este acto como lo que realmente es: un ataque a su identidad y a su propio legado cultural.

    El rodillo ideológico del PSOE sigue avanzando

    Si lo que buscan es acabar con cualquier rastro del pasado que no se adapte a su narrativa, lo están consiguiendo. Lo que no está tan claro es hasta cuándo ciudadanos de toda España van a seguir permitiendo que su historia sea reescrita y borrada a golpe de decreto e informes oportunistas.

    Después de todo, si algo ha dejado claro esta demolición es que para el PSOE la historia no es un legado que hay que conservar: es un obstáculo que hay que erradicar. Y cada demolición es un paso más en su interminable cruzada contra todo lo que quedó fuera de su particular manual de la ética histórica.

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    Sánchez descubre que rearmar Europa suena feo, pero rendirse se dice muy bonito

    Pedro Sánchez descubre que «rearmar» suena feo, pero rendirse se dice muy bonito

    Una vez más, Pedro Sánchez ha demostrado que el verdadero problema de la política no son los hechos, sino las palabras que se usan para describirlos. En la última cumbre de la Unión Europea, el presidente español se ha alineado con la primerísima ministra italiana, Giorgia Meloni, no para debatir estrategias de seguridad o defensa, sino para dar lecciones de semántica. Porque, claro, hablar de «rearmar» la Unión Europea suena mal. La solución: cambiarle el nombre, que así parece menos belicoso.

    El arte de la guerra… lingüística

    Aunque Europa vive tiempos complicados, con conflictos activos a las puertas y amenazas crecientes, Sánchez ha decidido que el problema no está en la falta de estrategia y medios defensivos, sino en lo mal que suena decir «rearme». Es decir, más que blindar nuestra seguridad, prefiere blindar su discurso. «No me gusta en absoluto el término rearme», declaró con ese tono grandilocuente que tanto le gusta, como si reescribir el diccionario fuera a frenar las amenazas externas.

    El club de los eufemismos

    Mientras otras potencias refuerzan sus arsenales, en España la postura oficial es menos defensiva y más teatral. Gracias al liderazgo de Sánchez, el país ahora forma parte del exclusivo «Club de las Guerras de Las Palabras», junto a Meloni, esa misma líder a la que hace apenas un año trataba de extrema derecha pero con la que ahora comparte batallas dialécticas.

    En la UE han tomado nota del exquisito oído lingüístico del presidente y han decidido suavizar las palabras para que no duelan tanto a su sensibilidad progresista:

    • «Rearme» suena fatal, pero «preparación tecnológica» es mucho más elegante.
    • «Invertir en defensa» es algo agresivo, mejor llamarlo «estrategia de seguridad compartida».
    • Los «misiles de largo alcance» pueden parecer excesivamente bélicos, pero si se les llamara «artefactos de disuasión pacífica», seguro que son menos problemáticos.

    Con este enfoque, no es de extrañar que Meloni y Sánchez hayan encontrado un punto de sintonía. Al parecer, el problema de Europa no es defenderse, sino cómo decir que lo hará sin ofender a nadie.

    Von der Leyen, la mala de la película

    Pero no todos están de acuerdo con este giro poético. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha dejado claro que la prioridad debe ser reforzar la defensa real, no la semántica. De ahí la propuesta de movilizar 800.000 millones de euros para reforzar la seguridad militar de la UE. Sin embargo, Sánchez y Meloni se han opuesto al concepto de «rearmar» Europa porque, al parecer, la seguridad de los ciudadanos es importante, siempre que no se diga en voz muy alta.

    ¿Disuasión retórica como nueva estrategia militar?

    Si de verdad Sánchez apuesta por esta estrategia comunicativa en materia de defensa, pronto se abrirán nuevos frentes completamente innovadores:

    • En vez de reforzar las fronteras, podríamos enviar comunicados amables pidiendo a los invasores que reconsideren sus intenciones.
    • El espionaje y la inteligencia militar podrían sustituirse por encuestas de percepción ciudadana.
    • Las amenazas a la seguridad se abordarían con comunicados oficiales llamando al «diálogo constructivo».

    Con esta brillante visión, España se posiciona a la vanguardia de una nueva estrategia geopolítica: la seguridad basada en que todos los actores internacionales cierren los ojos y hagan como si los problemas no existieran.

    Conclusión: La política del postureo

    Con su rechazo al concepto de «rearme», Sánchez vuelve a demostrar que su prioridad no es gobernar con acciones, sino con titulares bonitos. Es el líder cuya estrategia de seguridad se basa en no molestar a nadie, ni siquiera a los que podrían poner en jaque la estabilidad europea. Su gran aportación a la geopolítica es hacer que la rendición suene aceptable, que la defensa sea «resiliente» pero inofensiva y que la seguridad sea una cuestión de palabras con las que no incomodar demasiado.

    La pregunta es: cuando haya una amenaza real, ¿qué planea hacer? Quizás sacar un diccionario y encontrar una palabra que lo haga parecer todo menos peligroso. Porque en esta España de Sánchez, lo que importa no es proteger el país, sino que nadie se sienta ofendido mientras nos invaden.