¡Tu carrito está actualmente vacío!
Autor: hola@digital2050.es
Sánchez promete reconstruir el puente romano… después de terminar su castillo de naipes
Sánchez promete reconstruir el puente romano… después de terminar su castillo de naipes
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reaccionado como solo él sabe ante el desplome del puente romano de Talavera de la Reina: con promesas grandilocuentes, mucho postureo y, por supuesto, cero soluciones concretas. Esta vez, Su Ilustrísima ha asegurado que reconstruirá el puente histórico… pero no ha dicho ni cómo, ni cuándo, ni con qué dinero. Todo un clásico del sanchismo.
Feijóo toma la delantera mientras Sánchez sigue en modo “foto y tuit”
Por si había alguna duda sobre quién está verdaderamente preocupado por los problemas de los españoles, Alberto Núñez Feijóo se presentó en Talavera sin perder un minuto, acompañado por dirigentes del PP, para exigir un Plan Nacional del Agua, infraestructuras hídricas y menos rollos ideológicos que solo sirven para hacer leña de la desgracia ajena.
Mientras Feijóo pateaba el terreno y hablaba con los vecinos afectados, Sánchez hizo lo que mejor sabe hacer: publicar un tuit. “Mi solidaridad con todos los ciudadanos y ciudadanas de Talavera de la Reina tras la rotura de todo un símbolo de la ciudad. Contad con el Gobierno de España para la reconstrucción del puente romano”, escribió en su cuenta de X.
Maravilloso. Porque ya sabemos lo eficaz que es la solidaridad sanchista: muchas palabras bonitas, muchos retuits y, al final, cero resultados. ¿Alguien recuerda las ayudas prometidas a los afectados por la erupción en La Palma? Exacto, estas declaraciones huelen a la misma desgana burocrática.
Infraestructuras en ruinas y Sánchez en su palacio de cristal
Feijóo, contundente como siempre, afirmó desde Talavera que España necesita un plan serio para prevenir estas catástrofes: limpiar los cauces de los ríos, mejorar las infraestructuras y actuar antes de que ocurran las desgracias. Pero para el Gobierno socialista, todo esto suena demasiado complicado: es mucho más fácil prometer la reconstrucción de un puente que jamás levantarán que hacer el trabajo real.
Para este PSOE, obsesionado con la ideología climática, es preferible dejarlo todo en manos de “la madre naturaleza” antes que asumir responsabilidades y apostar por soluciones reales. ¿Construir defensas hídricas serias? ¿Invertir en infraestructuras de calidad? No, mejor seguimos con la política de “paz y amor” mientras el agua arrasa con siglos de historia.
Las promesas socialistas: arte en la nada
A estas alturas, los españoles ya saben que cuando Sánchez se compromete a algo, las probabilidades de que lo cumpla son exactamente las mismas que las de que dimita por voluntad propia: cero absoluto. Por si alguien lo había olvidado, repasemos algunos de sus mayores hitos en promesas incumplidas:
- “No gobernaré con Podemos” – Minutos después ya estaba firmando el pacto.
- “No pactaré con Bildu” – ¿Hace falta decir más?
- “No habrá indultos a los golpistas” – Y ahí están, paseándose libremente.
- “Reconstruiremos La Palma” – Sí, claro… todavía están esperando.
Que nadie se haga ilusiones con el puente de Talavera. Si sigue el guion habitual, en unos meses habrán presentado algún “Plan Estratégico para la Reconstrucción Patrimonial con Perspectiva de Género y Sostenibilidad” que costará millones en informes inútiles y servirá únicamente para que unos cuantos socialistas engorden sus bolsillos.
El puente se caerá, pero los cuentos de Sánchez no fallan
Mientras tanto, los talaveranos seguirán viendo los restos de su puente clavados en el caudal del Tajo, preguntándose cuándo llegará la ayuda estatal que nunca llega. Pero, ¡tranquilos! Al menos Sánchez estará ahí para colgarse otra medalla cuando alguien decida hacer su trabajo por él.
Al final, el puente romano no sabemos cuándo se reconstruirá, pero lo que está claro es que el castillo de naipes del sanchismo sigue intacto. Engaños, promesas vacías y propaganda en modo 24/7… Lo de siempre.
No todo el cáncer del PSOE es operable, pero al menos este sí
El PSOE pierde temporalmente a uno de sus grandes estrategas
Parece que el destino ha decidido tomarse un respiro con Ángel Víctor Torres, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, quien ha anunciado que padece cáncer de próstata y que deberá apartarse de su ajetreadísima agenda de servicio público para centrarse en su tratamiento. Por supuesto, lo hace con ese entusiasmo socialista inquebrantable, asegurando que la enfermedad es operable y que seguirá en activo. La pregunta es: ¿se referirá a su papel como ministro o al de manipulador oficial de la Historia con sello del PSOE?
Un discurso de manual: la épica socialista en su máximo esplendor
Torres aprovechó su intervención en el congreso del PSOE de Gran Canaria para relatar su situación con más emoción que un mitin de campaña. Entre los aplausos de los militantes—que nunca desaprovechan la oportunidad de convertir cualquier suceso en una oda al partido—el ministro explicó que los médicos le detectaron la enfermedad hace un mes y que, por supuesto, va a salir bien. ¿Cómo no, si la fe del PSOE en sí mismo es tan poderosa que ni el cáncer se atreve a interponerse en su camino?
En su discurso, además de recalcar su absoluta confianza en la ciencia, los profesionales sanitarios y la prevención—qué curioso, justo la sanidad que su partido desmantela allá donde gobierna—, Torres lanzó un mensaje optimista asegurando que “hay Franquis y Torres para rato«. Sin duda, la peor noticia para quienes soñaban con un respiro de su gestión.
¿Cese temporal o una fórmula para mantener el control?
A diferencia de muchos otros políticos que, cuando atraviesan una enfermedad grave, dejan sus responsabilidades en manos de otros, Torres ha sido muy claro: seguirá trabajando mientras se lo permitan los médicos y no delegará competencias. Una jugada maestra para asegurarse de que no haya relevo inesperado que le mueva la silla, no vaya a ser que cuando regrese se encuentre otra persona disfrutando del asiento ministerial y con menos ganas de devolverlo que un socialista con el Falcon.
Fuentes del Gobierno han recalcado que se maneja la situación con «total normalidad«, aunque en el PSOE la normalidad siempre carga con un asterisco invisible que pone: «excepto cuando nos conviene que sea una crisis». En cualquier caso, el mensaje es claro: Torres solo se aparta temporalmente, volverá con toda su energía y, evidentemente, con muchas ganas de seguir reescribiendo la memoria democrática a placer.
El apoyo inquebrantable del PSOE
Como no podía ser de otra manera, el PSOE ha desplegado toda su artillería de solidaridad en redes sociales, con mensajes emotivos de apoyo al ministro. En un tuit adecuado para la sección de literatura dramática, el partido manifestó su confianza en que Torres volverá con más fuerza. Se echó en falta una mención al clásico “resistiremos, aunque nos echen lejía”, pero quizá están guardándolo para el próximo congreso.
- “Mucho ánimo y mucha fuerza, compañero. Adelante!» – PSOE en redes sociales.
Lo que no cambia (con o sin cáncer)
Entre tanto mensaje esperanzador y discursos de valentía política, hay algo que permanece intacto en la historia del PSOE: su capacidad para convertir cualquier situación en una narrativa épica donde los problemas siempre son desafíos a superar con dignidad y, sobre todo, sin asumir ninguna responsabilidad. A fin de cuentas, Torres se enfrenta al cáncer con la misma actitud con la que el PSOE se enfrenta a la realidad: con optimismo desmedido, ignorando los avisos y sin delegar en nadie.
Desde aquí, le deseamos una pronta recuperación, aunque quizá el verdadero problema para la política española no es que Torres tenga que apartarse del cargo, sino que en el PSOE siguen sin operarse las malas praxis, las corruptelas y las políticas nefastas. Y a diferencia del cáncer del ministro, ese otro cáncer sigue sin tratamiento.
Sánchez protege a delincuentes mientras deja a policías en el abandono
El desplome de la autoridad en tiempos de Sánchez
Si hay algo que ha sabido hacer Pedro Sánchez con maestría es debilitar todo aquello que funciona con disciplina y orden. Ahora, los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, cansados de recibir golpes mientras el Gobierno mira para otro lado, exigen que su profesión sea reconocida oficialmente como de riesgo. Pero claro, pedirle eso al PSOE de Sánchez es como pedirle a un atracador que suelte la caja registradora.
Los agentes en el ojo del huracán
Desde que el líder socialista llegó a la Moncloa, las agresiones a los cuerpos de seguridad han aumentado en un 28%. Un dato alarmante que al parecer no preocupa demasiado en el Ministerio del Interior, donde prefieren hacer oídos sordos mientras continúan su labor de proteger a quienes desafían la autoridad. Tal y como lo denunció el portavoz de Independientes de la Guardia Civil (IGC), Daniel Fernández, las agresiones se han convertido en una cuestión cotidiana. Pero claro, esto es lo que pasa cuando el Gobierno se dedica a establecer una cultura de impunidad para delincuentes y agitadores profesionales.
- Fuga de autoridad: Los agentes denuncian que cada día es más evidente la falta de respeto hacia su labor.
- Chollos para agresores: Quienes atacan policías saben que las leyes actuales los protegen.
- Abandono gubernamental: El Ministerio del Interior sigue sin mover un dedo por mejorar la seguridad de los agentes.
¿Quién protege al que protege?
Los policías no solo están pidiendo reconocimiento, sino también recursos. Reforzar las calles con más agentes, mejorar el equipamiento de autoprotección y endurecer las penas para quienes agreden a los cuerpos de seguridad parecen peticiones de sentido común. Sin embargo, parece que en el PSOE han decidido que eso no forma parte de sus «principios».
Como bien señala Ibón Domínguez, portavoz del sindicato de Policía Nacional JUPOL, el problema no es solo el aumento de las agresiones, sino la evidente falta de apoyo del Gobierno hacia quienes están en primera línea defendiendo la seguridad del ciudadano. Según él, la deriva ideológica de Sánchez y compañía pretende dinamitar la ya de por sí frágil estructura de seguridad nacional con experimentos como la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana al dictado de Bildu.
El milagro socialista que aumenta las agresiones
Siempre se pueden esperar grandes logros cuando gobierna el PSOE: las cifras rojas en lo económico, la crispación social desbordada y, por supuesto, el incremento de crímenes. Desde que Pedro Sánchez se sentó en la Moncloa, los ataques contra policías y guardias civiles han pasado de 13.127 a 16.878. Un espectacular crecimiento del 28,57% que, lejos de alarmar al Ejecutivo, parece ser motivo de celebración entre sus socios.
Pero no hay de qué preocuparse. Sánchez siempre encuentra maneras creativas para justificar la violencia contra las fuerzas del orden. Según el Gobierno, estos datos son «genéricos» y no pueden especificar a qué cuerpo pertenece el agente agredido. Lo que llevan haciendo con la economía, el empleo y la corrupción, ahora lo aplican también con la seguridad pública: distorsionando la realidad con propaganda.
El legado de Sánchez: proteger a los violentos y abandonar a los policías
Mientras el Gobierno ofrece abrazos y trato de favor a okupas, delincuentes reincidentes y agitadores callejeros, los policías y guardias civiles tienen que apañárselas como puedan para salir indemnes en sus jornadas laborales. Que se preparen para más ataques, porque Sánchez y su tropa ya han demostrado de qué lado están.
Con tal panorama, muchos policías ya van mascando la idea de que su profesión está completamente desamparada por los que mandan. Pedro Sánchez, en cambio, parece más interesado en contentar a su electorado radical que en mantener el orden en las calles. Sin duda, un Gobierno que pasará a la historia por su capacidad de destruir cualquier atisbo de autoridad en el país.
El PSOE minimiza las fugas de presos: simples anécdotas en su mágica gestión penitenciaria
La negligencia gubernamental elevada a arte
Si algo caracteriza al PSOE es su habilidad para convertir el desastre en una simple «anécdota». Y esta vez, la magia gubernamental ha alcanzado niveles de ilusionismo sin precedentes al minimizar la escalada de fugas de presos en España como mero «suceso excepcional». En otras palabras: si cierras los ojos muy fuerte, el problema desaparece.
La Guardia Civil, que al parecer no comparte la afición socialista por la prestidigitación, lleva meses alertando sobre el aumento de fugas en traslados y hospitales, la falta de recursos y la necesidad urgente de medidas. Pero, ¿para qué tomar acción cuando se puede emitir una nota optimista y seguir fingiendo que todo es perfecto?
Cuando la incompetencia se viste de excusa
Según el Gobierno, no hay datos que respalden que las fugas hayan aumentado lo suficiente como para justificar medidas de emergencia. Aunque los propios registros oficiales revelan que en 2024 se han triplicado las evasiones en centros hospitalarios y clínicas médicas. Pero claro, cuando vives en una burbuja ideológica, los números se doblan, se reducen o, simplemente, dejan de existir según la necesidad del relato.
La respuesta del Ejecutivo a una pregunta del PP en el Congreso ha sido un ejercicio de contorsionismo verbal digno del Circo del Sol: «Se señala que estos sucesos son excepcionales y no se observa un incremento significativo de su incidencia». En otras palabras: todo va bien, sigan caminando, no hay nada que ver aquí.
La Guardia Civil: el comodín ignorado
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) no han tardado en señalar lo vergonzoso de este planteamiento. No solo porque pone en peligro la seguridad de los agentes, sino porque demuestra una total desidia gubernamental a la hora de poner en marcha medidas básicas de prevención, tales como:
- Renovar la obsoleta flota de vehículos de trasladados penitenciarios.
- Instalar garajes y accesos seguros en hospitales y juzgados para evitar fugas.
- Aumentar la formación específica para agentes encargados de traslados y custodia de reclusos.
- Dotar a los agentes de equipamiento adecuado (chalecos antibalas, fundas antihurto, cinturones de anclaje…).
Medidas de sentido común que cualquier administración responsable ya habría implantado. Pero claro, este es un Gobierno donde priorizar la seguridad sobre la propaganda es algo impensable.
¿Fugas? Solo anecdóticas»
Los casos de fugas en los últimos meses desmontan totalmente la versión gubernamental de «no hay nada de qué preocuparse»:
- Cuenca: un preso utilizó una estantería como escalera para escapar del centro penitenciario.
- Santander: un grupo de familiares roció con gas pimienta a los guardias civiles para liberar a un reo en un hospital.
- Asturias: un preso se fugó tras visitar una clínica dental con ayuda de cómplices.
- Salamanca: otro recluso se escapó mientras esperaba a ser atendido en un hospital.
- Valencia: dos reos lograron huir de la prisión descolgándose con sábanas anudadas.
- Valladolid: un interno salió oculto en el petate de otro preso.
- Tarragona: un preso se esfumó tras acudir a una consulta acompañado de un psicólogo y un trabajador social.
Sí, todo esto ha sucedido en los últimos meses, pero no teman: el Gobierno insiste en que sigue sin haber «un incremento preocupante». Quizás esperan que la siguiente fuga se produzca directamente frente a las puertas de La Moncloa para empezar a considerarlo un problema real.
Conclusión: todo va bien… salvo la realidad
Con cada nuevo escándalo, el Gobierno de Sánchez sigue empeñado en aplicar su doctrina de la negación total. La seguridad penitenciaria hace aguas, las autoridades policiales denuncian la falta de medios y las fugas preocupan en todo el país. Pero aquí nadie mueve un dedo. Mientras tanto, los presos siguen escapando, los guardias civiles siguen implorando ayuda y el PSOE sigue haciendo lo que mejor sabe hacer: mirar hacia otro lado.
El PSOE celebra el hallazgo de una tumba en Egipto mientras entierra España bajo impuestos
Los faraones egipcios resurgen, pero los contribuyentes españoles siguen sepultados
En un hallazgo calificado como «el mayor desde Tutankamón», los arqueólogos han descubierto la tumba del faraón Tutmosis II en Egipto. Mientras tanto, en España, el único entierro que parece preocupar al PSOE es el de los ciudadanos bajo una avalancha de impuestos, tasas y regulaciones que ni las pirámides de Giza pueden igualar.
Admirando la antigüedad, arruinando el presente
El Gobierno de Pedro Sánchez no ha tardado en sumarse a la celebración del descubrimiento arqueológico. Al parecer, les resulta fascinante descubrir tumbas de dirigentes que ejercieron el poder absoluto y exprimieron a su pueblo. Quizás les suene familiar.
Mientras en Egipto excavan la arena para encontrar tesoros de hace 3.500 años, en España los ciudadanos excavan sus bolsillos en busca de un céntimo que no haya sido devorado aún por Hacienda. La inflación desatada, los impuestos cada vez más opresivos y un gasto público desbocado hacen que la tumba de Tutmosis II parezca un spa al lado de la situación económica en la que nos tiene sumidos el PSOE.
El faraón Tutmosis II vs. el faraón Sánchez I
- Tutmosis II reinó en la dinastía XVIII, amplió territorios y dejó un legado.
- Sánchez I de Moncloa gobierna a base de decretazos, amplía su red clientelar y deja un país hipotecado.
- Los egipcios construían pirámides para honrar a sus faraones.
- Los españoles construyen declaraciones de la renta más complejas que un jeroglífico.
¿Y si excavamos el BOE?
Es curioso que el PSOE se maraville con los descubrimientos arqueológicos, cuando bajo su mandato cada año parece un viaje hacia atrás en la historia: más burocracia, más control estatal y menos libertad económica. A este paso, los arqueólogos del futuro no desenterrarán monumentos de gloria, sino montañas de deuda pública y declaraciones ministeriales contradictorias.
Tal vez, en una expedición futura, los expertos encuentren entre las ruinas un manuscrito del Ministerio de Hacienda con las instrucciones para pagar impuestos sin morir en el intento. Spoiler: es imposible.
El socialismo: adaptándose al Antiguo Egipto
Las faraonas de la actualidad no llevan tocados dorados, sino carteras ministeriales desbordadas de gasto público. En Egipto, se estudiaban los materiales funerarios para comprender la vida de antaño; en España, habría que estudiar los presupuestos generales para ver en qué cementerio han acabado los millones recaudados en impuestos.
Mientras los arqueólogos se enorgullecen de haber sacado a la luz una tumba faraónica, los españoles ruegan para que en el próximo Consejo de Ministros no se excave aún más hondo en sus cuentas bancarias.
La ironía de la historia
En Egipto, la tumba de Tutmosis II estaba vacía porque su ajuar funerario fue trasladado a otro lugar más seguro. Es probable que los ciudadanos españoles envidien ese nivel de eficiencia, ya que en España el «ajuar» fiscal que pagamos con sudor y lágrimas nunca termina en un sitio más seguro para el ciudadano, sino en el bolsillo de algún amiguete del Gobierno.
Así que sí, celebremos el hallazgo de una tumba de hace 3.500 años. Al fin y al cabo, en algún momento será España la que necesite arqueólogos para desenterrar lo que haya quedado después del socialismo del siglo XXI.
El PSOE consigue lo imposible: un puente con más siglos de historia que sus excusas se derrumba
Un símbolo de Talavera, víctima de la desidia y la excusa fácil
El implacable paso del tiempo, la brutal crecida del río Tajo y, cómo no, el inagotable talento del PSOE para gestionar desastres han dado lugar a otro episodio inolvidable en su peculiar historial de despropósitos. El puente romano de Talavera de la Reina, con más de 2.000 años de historia, ha sucumbido ante el agua sin que nadie en el Gobierno parezca haber visto venir semejante catástrofe. ¿La lluvia tiene la culpa? ¿Las piedras eran de mala calidad? ¿Herencia del emperador Trajano, quizá? El PSOE tiene una habilidad especial para buscar mil y una razones… siempre que no sean su propia incapacidad.
Un BIC (Bien Innecesario para el PSOE)
Porque, claro, estamos hablando de un puente considerado Bien de Interés Cultural (BIC), pero nadie en la administración parecía prestarle la más mínima atención. Durante años ha soportado el abandono, la falta de inversión y la pasividad de las autoridades, que tenían cosas mucho más urgentes de las que ocuparse, como aumentar su ejército de asesores o crear nuevos observatorios de igualdad. No deja de ser irónico que estructuras con 20 siglos de historia caigan antes que un solo socialista dimita por negligencia.
La culpa es del agua, por supuesto
Ante la tragedia, el alcalde de la ciudad, José Julián Gregorio, ha proclamado a los cuatro vientos que reconstruirán el puente «cueste lo que cueste». No dudamos de su noble intención, pero si la gestión socialista de infraestructuras sigue el mismo patrón de siempre, podemos ir viendo cómo en unos años la solución al problema será cambiar el nombre del río Tajo por el de «Espacio Fluvial Resiliente Progresista».
Entre tanto, las excusas llegan por oleadas, como el propio caudal del río:
- Concejal de Patrimonio: «Nadie podía haber previsto esto». Claro, porque las lluvias torrenciales y el desinterés político son algo completamente inesperado.
- Portavoz del Gobierno: «El cambio climático es el culpable». Cuando en realidad el clima lo único que ha cambiado es la paciencia de los ciudadanos con sus explicaciones.
- La oposición socialista en Talavera: «Es culpa de la derecha por no actuar en el pasado». Evidentemente, porque han tenido solamente cinco años en el poder para hacer algo.
Sólo falta que culpen a los romanos
Lo mejor de todo es que este desastre podría haberse prevenido con inversión en mantenimiento, pero después de dejar el puente en ruinas, la brillante medida ahora será reconstruirlo de la manera más cara posible. Porque si hay algo en lo que el PSOE es experto, es en aprovechar tragedias para justificar derroches millonarios.
Talavera de la Reina ha sufrido una pérdida irreparable de su historia, pero la historia nos enseña una lección clara: donde gobierna el PSOE, las estructuras antiguas se derrumban, y las responsabilidades desaparecen. El puente romano ha resistido 2.000 años de guerras, tormentas e invasiones… pero no ha podido con la gestión socialista. Un nuevo récord.
El PSOE y sus socios descubren un nuevo enemigo: las cruces del cementerio
El PSOE y sus socios descubren un nuevo enemigo: las cruces del cementerio
Parece que en el interminable listado de amenazas para la democracia que manejan PSOE y Sumar, quedaban por señalar las cruces de los cementerios. Ya han combatido contra los coches diésel, los azucarillos en los bares y a la propia Constitución, así que ¿por qué no librar ahora una guerra contra los símbolos cristianos? En su última gran cruzada progresista, Yolanda Díaz y compañía han decidido que las cruces del País Vasco son un homenaje inaceptable al franquismo y que deben ser retiradas de inmediato.
Sumar se lanza a la caza de cruces
El partido de la vicepresidenta segunda y experta en sonrías condescendientes ha presentado una proposición no de ley en el Parlamento vasco para eliminar las cruces levantadas en tiempos del franquismo. Alegan que estos símbolos religiosos no son tales sino un intento de glorificar a los golpistas de 1936. ¡Todo muy democrático y tolerante, como siempre!
En su argumentación, los lumbreras de Sumar han descubierto que el nacionalcatolicismo existió –en cualquier momento revelarán que Franco también desayunaba pan con tomate– y, por tanto, cualquier cruz levantada en ese tiempo pasa a ser automáticamente una exaltación fascista. Da igual que muchas de ellas estén en cementerios, en cuya existencia el propio PSOE ya parece tener cierto interés con la crisis sanitaria y económica que gestiona de aquella manera.
Objetivo prioritario: el cementerio de Polloe
Sumar ha señalado con el dedo al cementerio de Polloe, en San Sebastián, donde según su peculiar interpretación histórica se honra sin descanso a los soldados franquistas. Proponen empezar allí su cruzada eliminando una gran cruz que, aseguran, no respeta la memoria de los republicanos enterrados en el mismo lugar.
- Porque, como todo el mundo sabe, antes de dictaduras y guerras civiles, las cruces eran claros monumentos fascistas.
- Porque la tolerancia y la diversidad que suelen proclamar excluye cualquier símbolo que les disgusten, como estas piezas de mármol religiosamente ofensivas.
- Porque, a falta de mejorar el empleo y la economía, el Gobierno va a pleno rendimiento en lo importante: batallar contra elementos de piedra en los cementerios.
Desde la formación magenta aseguran que la cruz no puede abstraerse del «contexto» en que fue colocada, argumento demoledor que nadie se ha atrevido a aplicar a otras expresiones culturales nacidas en regímenes no democráticos. A ver si alguien en Sumar empieza una campaña para tirar abajo ciertos muralitos de Lenin y Stalin que todavía decoran centros de izquierda… pero eso probablemente no sea una prioridad.
Suma y sigue: derribo de cruces también en Aragón
Porque una buena caza de símbolos no se restringe a una sola región, el furor iconoclasta ha llegado a Aragón, donde el PP se ha sumado alegremente a esta fiebre revisionista. En este caso, la excusa oficial no es la memoria histórica sino un supuesto «peligro medioambiental». Sí, han leído bien.
La cruz de Bezas, un enclave que lleva 80 años en el mismo sitio sin molestar a nadie, será derribada porque –atención– un rayo la golpeó y dejó un trozo metálico expuesto. Según parece, en Sumar han contratado todo un equipo de científicos para determinar que esto convierte la cruz en un imán terrorífico para tormentas eléctricas.
Está claro que con este Gobierno, si no te quitan la cartera mediante impuestos absurdos, intentarán al menos quitarte tus tradiciones y símbolos. Todo sea por la memoria democrática… esa que ellos reconstruyen a su medida mientras apuestan por el blanqueamiento de ciertos episodios históricos de su conveniencia.
¿Qué será lo próximo?
Si Sumar y el PSOE continúan con esta obsesión por el derribo de símbolos que les resultan incómodos, en breve podrían empezar a celebrar grandes ceremonias colectivas para dinamitar cúpulas de iglesias, eliminar calles con nombres católicos o censurar cualquier película donde aparezca un crucifijo como decoración de fondo. No vaya a ser que alguien caiga en la tentación de recordar que España tiene historia y raíces que no coinciden con su narrativa ideológica.
Así que, cuidado. Puede que mañana vengan a preguntarte qué tienes colgado en el retrovisor de tu coche… ¡y como sea un rosario, prepárate para una multa progresista por «nostalgia franquista»!
De la imputación a la ópera: el hermano de Sánchez quiere que el Gobierno le haga los coros
De la imputación a la ópera: el hermano de Sánchez quiere que el Gobierno le haga los coros
Cuando creíamos que habíamos visto todos los episodios de «La Familia Real versión Moncloa», aparece David Sánchez, el hermano del presidente, dispuesto a superar a su ilustre familiar. No contento con estar imputado por cinco delitos (nada grave, solo malversación, tráfico de influencias, prevaricación y algunos deslices fiscales), el músico de la familia decidió que el Gobierno de España debía convertirse en su patrocinador de óperas. Porque, claro, pocas cosas necesita más el país que una ópera en extremeño, con el respaldo del erario público.
El arte del enchufe elevado a la música clásica
David Sánchez parece haber entendido a la perfección cómo funciona la maquinaria socialista: si te pillan con la mano en la caja, ¡haz un proyecto cultural y pide financiación estatal! Según ha revelado la UCO, el imputado y su fiel asesor Luis Carrero (sí, asesor de La Moncloa pero trabajando en la Diputación de Badajoz, porque la multitarea es lo suyo) elaboraron un plan para que el Instituto Cervantes, dependiente del Ministerio de Exteriores, promocionara su ópera por todo el mundo.
Para asegurar el éxito del proyecto, incluyeron el logo del Instituto Cervantes sin su permiso, como si fuera un buffet libre del que uno se sirve sin preguntar. Porque si algo sabemos del Gobierno Sánchez es que siempre están dispuestos a colocar su publicidad en proyectos cuestionables.
Ópera en extremeño: del archivo judicial a los teatros internacionales
El plan de David Sánchez consistía en difundir su magna creación a través de los centros del Instituto Cervantes en el mundo. Pero el proyecto era tan vanguardista y transgresor que ni siquiera había un título definitivo. Se trataba de una ópera sobre un joven que visita a sus abuelos en Extremadura y descubre el misterio de «la lengua ancestral en peligro de extinción». Porque nada dice «arte accesible» como una historia de drama rural, lenguaje en extinción y subsidios públicos.
Los correos entre Sánchez y Carrero revelan el entusiasmo del asesor: «Aquí va una propuesta de dossier para entregar al Cervantes sobre la ópera en extremeño (seguimos sin nombre propio de momento)». Todo un monumento a la improvisación y al oportunismo.
Las oportunidades que brinda el apellido correcto
Para los hermanos Sánchez, España parece ser un campo de cultivo ideal para convertir los escándalos en oportunidades laborales. No importa que estés siendo investigado por presunta corrupción; lo importante es reconvertirse en promotor cultural y seguir tirando del dinero público.
Entre las «ventajas» del proyecto artístico, según sus promotores, estaban:
- Resignificar la ópera como género accesible: porque seguro que lo que faltaba para llenar los teatros era representar obras en extremeño con financiación del Estado.
- Reforzar la visibilidad de una lengua minoritaria: en lugar de usar el dinero en educación o promoción lingüística real, mejor financiar bocetos teatrales de familiares de Moncloa.
- Impulsar la imagen del Instituto Cervantes: que seguro que necesitaba urgentemente asociar su nombre con un imputado por malversación.
Un futuro prometedor en la ópera judicial
Mientras David Sánchez esperaba que el Gobierno pusiera a sus ministros a vender entradas para su obra maestra, los tribunales han decidido darle una oportunidad en otro tipo de escenario: el judicial.
El próximo 25 de abril, tanto él como su asesor Carrero tendrán una cita en los juzgados para declarar sobre las acusaciones de corrupción que pesan sobre ellos. Quizás dentro de poco les veamos protagonizar otra ópera, esta vez no en el Instituto Cervantes, sino en los tribunales, con la poderosa sinfonía de la Justicia como telón de fondo.
Mientras tanto, seguimos esperando que Pedro Sánchez convierta en tradición familiar lo de dar explicaciones. Aunque conociendo el percal, su hermano puede estar más cerca de dirigir el Ministerio de la Cultura y los Enchufes que de dar cuentas a los ciudadanos.
El PSOE descubre que atraer inversión no es solo subir impuestos y espantar empresas
El PSOE descubre que atraer inversión no es solo subir impuestos y espantar empresas
Resulta que, contra todo pronóstico, atraer inversión no consiste únicamente en esquilmar a las empresas con impuestos confiscatorios y regulaciones absurdas. Quién lo hubiera dicho. Con la llegada de Amazon Web Services (AWS) a Aragón, el PSOE debe estar rascándose la cabeza preguntándose cómo es posible que una comunidad autónoma haya conseguido atraer 37.200 millones de euros en inversión en apenas un año… y sin necesidad de discursos vacíos sobre «justicia social» o «redistribución de la riqueza».
Milagro en Aragón: cuando la inversión se siente bienvenida
Mientras Pedro Sánchez y sus secuaces siguen convencidos de que la mejor manera de atraer empresas es subir impuestos y aumentar la burocracia hasta niveles soviéticos, resulta que en Aragón han optado por algo diferente: crear un entorno favorable para las empresas. ¡Horror! ¡Herejía económica!
La CEO de AWS España y Portugal, Suzana Curic, ha dejado claro que la inversión en Aragón no ha sido fruto del azar ni del pensamiento mágico típico del socialismo, sino del reconocimiento de que la región ofrece:
- Un entorno regulatorio razonable (es decir, no socialista).
- Buena infraestructura energética y logística.
- Colaboración efectiva con el sector público (algo impensable en gobiernos del PSOE, que prefieren ahogar cualquier iniciativa privada con trabas gubernamentales).
¿Cómo reaccionará el PSOE ante esto? Probablemente intentará venderlo como un logro propio mientras sigue castigando con más impuestos a cualquier empresa que intente generar empleo fuera de sus feudos sindicales.
El socialismo, en estado de shock
Desde Ferraz, los gerifaltes del PSOE deben estar revisando sus manuales de economía alternativa escritos por Pablo Iglesias y anotando con sorpresa:
«Parece que el capital no huye cuando el gobierno no lo demoniza».
¡Quién lo iba a imaginar! Aragón ha demostrado que una comunidad autónoma puede atraer inversión cuando no se dedica a espantar a las empresas, como sucede en regiones dirigidas por el PSOE (hola, Cataluña). Hasta ahora, la única estrategia socialista para el desarrollo económico consistía en:
- Subir impuestos y aumentar el gasto público.
- Sembrar una alfombra roja de trabas burocráticas.
- Cuando las empresas huyen, llorar por la «falta de solidaridad» y pedir más dinero a papá Estado.
Pero en Aragón han optado por un enfoque diferente, consiguiendo que gigantes tecnológicos como AWS inviertan sumas astronómicas y generen miles de empleos cualificados. Alguien avise a Pedro Sánchez de que gobernar no es solo aprobar nuevas ayudas con nombres rimbombantes mientras los empresarios salen huyendo.
La pesadilla del socialismo: éxito económico sin la intervención del Gobierno
El verdadero drama para los socialistas es que este tipo de éxitos empresariales no vienen acompañados de adoctrinamiento ideológico. No hay subsidios, ni «salarios dignos garantizados por decreto», ni «perspectiva de género» en los servidores de AWS. Simplemente, las empresas crean riqueza cuando pueden trabajar sin un gobierno socialista metiéndoles la mano en el bolsillo cada cinco minutos.
Mientras el PSOE sigue enfrascado en su guerra contra la realidad económica, lugares como Aragón demuestran que la prosperidad no es magia: se consigue con menos intervencionismo y más sentido común. Lo malo para ellos es que esto invalida todo su chiringuito.
Quizás la próxima gran revolución socialista será aceptar que las empresas no son el enemigo. O quizás seguirán insistiendo en su utopía donde el dinero se genera por decreto y la productividad se mide en discursos de Moncloa. Elijan su apuesta.
El PSOE, experto en diplomacia, solo cuando le conviene
El PSOE, experto en diplomacia, solo cuando le conviene
Una vez más, el PSOE se enfrenta a uno de sus mayores retos políticos: la difícil tarea de aparentar ser un partido con coherencia y principios. Esta vez, la polémica llega de la mano de Vox, que ha denunciado la falta de imparcialidad de la Corte Penal Internacional (CPI) con respecto a Israel y ha pedido cortar la financiación a la institución. Pero claro, el gobierno socialista, maestro en la diplomacia selectiva, tiene otras prioridades.
Defendiendo dictaduras, pero con tacto
El eurodiputado de Vox, Jorge Martín Frías, tuvo el atrevimiento de lanzar varias preguntas incómodas a la presidenta de la CPI, la japonesa Tomoko Akane. Entre ellas, cuestionó por qué la Corte es tan rápida en acusar a Israel pero tan lenta en proceder contra ciertos dictadores amigos del socialismo. ¿Dónde están las órdenes de captura contra Maduro o Díaz-Canel? Ah, eso sí, para hablar de Netanyahu, son los primeros.
Pero no nos engañemos. El PSOE tiene su propio manual de diplomacia:
- Si hay que condenar a Israel, se condena sin titubeos.
- Si es para hablar de Hamás y sus actos terroristas, entonces hay que ser prudentes y «analizar el contexto».
- Cuando se trata de dictadores aliados del socialismo, lo mejor es mirar hacia otro lado o, mejor aún, visitarlos y tomarse algún que otro mojito con ellos.
- Y si alguien se atreve a exponer estas contradicciones, pues nada, a llamarlo «fascista» y problema resuelto.
El PSOE y su extraña noción de los derechos humanos
Parece que en la sede de Ferraz hay un libro secreto titulado Cómo gestionar los derechos humanos según nos convenga. Mientras la CPI se centra en acosar a Israel por defenderse de un ataque terrorista, el PSOE sigue haciendo malabares semánticos para justificar su apoyo implícito a los regímenes autoritarios de América Latina.
Martín Frías dejó en evidencia cómo la CPI parece tener un afán especial por perseguir a líderes democráticos mientras ignora olímpicamente a personajes como Maduro, a quien, por cierto, el PSOE ha mirado con bastante simpatía en los últimos años.
Pero claro, la imparcialidad es un concepto relativo dependiendo de quién esté en el poder. Porque mientras en España el PSOE criminaliza a sus opositores con discursos populistas, en el ámbito internacional juegan a ser los neutralísimos observadores que saben en qué momento levantar la voz y cuándo es mejor guardar un silencio cómplice.
¿Dinero público para la CPI? ¡Por supuesto!
Según Vox, la Unión Europea debería congelar toda financiación a la CPI hasta que demuestre un mínimo de imparcialidad. Pero el PSOE, siempre tan generoso con los organismos internacionales que favorecen su narrativa, no está muy por la labor. Suspender la financiación de la Corte Penal Internacional sería un pecado para la izquierda globalista, aunque luego no haya dinero para los españoles que lo necesitan.
Mientras tanto, seguimos viendo cómo el dinero público se destina a sufragar organismos que favorecen abiertamente las posiciones de cierta ideología, mientras que se ignoran las atrocidades diarias de regímenes que han convertido la represión en su modo de gobierno.
Los españoles, el último eslabón de la cadena
La realidad es simple: los ciudadanos españoles siguen asistiendo al espectáculo grotesco de un PSOE que diplomacia solo practica cuando le es rentable. Si se trata de alinearse con organismos internacionales que criminalizan a ciertos países pero protegen a otros, ahí están los socialistas en primera fila. Si hay que denunciar injusticias allá donde ocurran, mejor fingir demencia.
La hipocresía, como siempre, es la bandera que mejor define al PSOE en la arena internacional. Y mientras ellos juegan a ser el epicentro de la moralidad selectiva, los españoles seguimos pagando la factura de sus incoherencias.