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Autor: hola@digital2050.es

  • El PSOE confina la corrupción mientras deja en libertad la incompetencia

    El PSOE confina la corrupción mientras deja en libertad la incompetencia

    La pandemia: un festín para el PSOE

    El quinto aniversario del confinamiento nos trae una de esas efemérides que el PSOE preferiría que cayesen en el olvido. Pero Santiago Abascal, líder de Vox, ha decidido refrescar la memoria nacional al recordar cómo el Gobierno utilizó la pandemia no solo para encerrar a los ciudadanos en sus casas, sino también para hacer caja mientras el país se desmoronaba. ¿Fue una tragedia sanitaria? Sin duda. ¿Fue también una oportunidad de oro para que el socialismo se bañara en contratos opacos y corrupción? Por supuesto.

    Recordemos que, mientras los españoles no podían salir ni a tomar el aire en su propio portal, los ministros y altos cargos del Gobierno se dedicaban a engordar sus bolsillos con contratos sanitarios cuestionables. Pero, claro, ellos solo «trabajaban por el bien común». El bien común de su cuenta bancaria, claro está.

    Un Estado de Alarma… y latrocinio

    Abascal ha sido claro en su discurso: el confinamiento impuesto por Pedro Sánchez fue inconstitucional y arbitrario. No lo dice solo él, lo han dicho tribunales y expertos legales. Pero el sanchismo, en su eterna danza con la mentira, ha preferido mirar hacia otro lado. Total, para algo se inventaron la propaganda y los medios amigos.

    En aquellos días oscurecidos por decretazos y ruedas de prensa filtradas, el PSOE instrumentó el miedo como nunca antes. Se hizo con el control absoluto del país mientras vendía contratos sanitarios dudosos, justificando cada desastre con su ya habitual estribillo: «Lo hacemos por el pueblo«. Años después, el pueblo sigue esperando las respuestas.

    Las tres grandes estafas del confinamiento

    • Los contratos de emergencia: el PSOE movió millones en compras de mascarillas y material defectuoso a empresas sin experiencia. Casualidades de la vida, algunas de ellas terminaron vinculadas a proximidades políticas sospechosas.
    • Monitoreo de las redes sociales: porque no bastaba con encerrar a la gente en sus casas, también había que vigilar lo que decían. ¿Críticas al Gobierno? Gracias a la Guardia Civil, tenían ojos en todas partes.
    • La ruina de los trabajadores: mientras los socialistas hacían caja, cientos de miles de autónomos y pequeñas empresas cerraban para siempre. Lo del «escudo social» quedó en pura retórica vacía.

    ¿Cerrar al pueblo y abrir la caja fuerte?

    El problema no fue solo confinar a la gente, sino la manera en la que el PSOE trató el poder como su juguete personal. Usar el Estado de Alarma para encerrar a los ciudadanos mientras ellos se paseaban entre despachos y contratos millonarios es un recordatorio de que, cuando los socialistas toman el poder, siempre acaban repartiéndose los recursos como si fueran su botín privado.

    Así que Abascal tiene razón al preguntar: ¿Cuántos trabajadores se arruinaron mientras el PSOE se enriquecía? La respuesta no la encontraremos en sus discursos, porque, como siempre, la izquierda de salón no hablará de los miles de negocios cerrados ni de los empleos destruidos. Se centrarán en su narrativa victimista, en glorificar su infame gestión o en señalar culpables externos. Pero los españoles tienen memoria, aunque el Gobierno crea que la propaganda puede borrar los hechos.

    El veredicto: la pandemia del PSOE

    El confinamiento ha sido una de las muchas veces en las que el socialismo ha mostrado su verdadera cara: autoritarismo, ineptitud y corrupción camuflados en mensajes de solidaridad y justicia social. Y como bien dice Abascal, lo justo sería que los responsables pagaran por ello. De momento, seguimos viendo cómo los únicos que pagan son los ciudadanos, mientras Sánchez y los suyos siguen bailando al ritmo de su propio cinismo.

  • El PSOE descubre la comida del pueblo… a precio de ministro

    El PSOE descubre la comida del pueblo… a precio de ministro

    El PSOE descubre la comida del pueblo… a precio de ministro

    El Partido Socialista parece estar viviendo su particular revolución gastronómica. Después de años obsesionados con los restaurantes de estrella Michelin y los caterings financiados con dinero público, parece que han decidido acercarse a los gustos del pueblo. Claro que, como era de esperar, su versión del menú del día tampoco es precisamente para obreros. A 15 eurazos el plato de lentejas, la taberna favorita de Ana Milán se convierte en el nuevo descubrimiento culinario de la élite socialista.

    De los fogones ministeriales al menú del día

    Nos imaginamos la escena: un asesor de Moncloa, con corbata mal anudada, entrando en Casa Macareno con la ilusión de un explorador británico en la selva amazónica. «¿Así come la gentuza?», se pregunta mientras da el primer bocado a una croqueta. Y entre torreznos y patatas bravas, llega la epifanía: la comida popular no estaba tan mal. Ahora el PSOE vende como gran hallazgo lo que cualquier español de a pie lleva décadas disfrutando.

    Pero claro, en su versión socialista los precios suben a la estratosfera. Que sea comida «del pueblo» no significa que vaya a ser accesible para ese mismo pueblo. Como con sus políticas, todo es cuestión de aparentar: predican la austeridad mientras cobran dietas que cubren restaurantes con manteles de lino.

    Del caviar a los torreznos (pero con filtro socialistamente aprobado)

    Los dirigentes del PSOE han pasado de los mariscos en Galapagar a venerar «las tabernas de toda la vida»… siempre y cuando tengan decoración castiza, maridaje de autor y una factura que haría temblar a cualquier becario. En este caso, Casa Macareno parece haberse convertido en el templo del socialismo gourmet: torreznos con denominación de origen, croquetas que se codean con la aristocracia y huevos estrellados que solo pisan las mesas de los que pueden permitirse la broma de 15 euros.

    Algunos platos estrella incluyen:

    • Falso risotto de carabinero: Porque el PSOE tampoco podía abrazar completamente la humildad. No es un risotto real, pero cuesta como uno.
    • Huevos estrellados con gambones: Un platillo que suena humilde hasta que descubres que los gambones han sido probablemente criados con más derechos laborales que cualquier autónomo.
    • Patatas bravas: Aunque a este precio, las llamaremos «tubérculos elegantes con salsa de inspiración popular».

    La hipocresía a la carta

    Mientras venden la idea de estar en contacto con el ciudadano medio, sus hábitos de consumo siguen demostrando lo contrario. Para ellos, pagar 15 euros por un menú es una prueba de conexión con el pueblo. Para el resto de los mortales, es más bien un lujo que uno se permite en días puntuales, cuando el bolsillo lo permite.

    Y es que la hipocresía gastronómica del PSOE no es nueva. Ya nos regalaron momentos estelares como:

    • Menús de mariscada en reuniones oficiales, mientras predican la “justicia social”.
    • Austeridad selectiva: para los demás, claro.
    • Caviar progresista: Porque el gusto por lo caro no desaparece, solo se disfraza de alguna causa social conveniente.

    El socialismo ‘deluxe’ nunca tiene fin

    Lo de vender el nuevo descubrimiento gastronómico como un templo del pueblo ya es una broma recurrente. Lo próximo será probablemente que descubran los bocadillos de calamares, pero solo si se los sirven en un plato con reducción de balsámico y un precio prohibitivo.

    En definitiva, Casa Macareno es maravilloso. No para el ciudadano común que malvive con sueldos mileuristas, pero sí para esos defensores del obrero que celebran sus políticas con copas de vino de 30 euros. Porque eso sí, el socialismo se predica… pero no se practica.

  • Zapatero, visionario del socialismo, criticando millonarios desde su púlpito chavista

    Zapatero, visionario del socialismo, criticando millonarios desde su púlpito chavista

    Zapatero, visionario del socialismo, criticando millonarios desde su púlpito chavista

    Zapatero, el azote de los ricos… desde su sillón de cuero

    El ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha vuelto a hacer gala de su incansable lucha de clases desde su cómoda posición de exmandatario con pensión vitalicia. En un acto del PSOE aragonés, el hombre que no vio la crisis de 2008 ni con las luces largas ha arremetido contra Donald Trump y Elon Musk, esos malvados multimillonarios que se atreven a vivir sin pedirle permiso a los socialistas de profesión.

    «¡Se creen dioses, joder!», bramó un exaltado Zapatero ante un auditorio entregado, confirmando así su peculiar concepto de argumentación política. Según él, estos magnates se despiertan cada mañana, repasan su cuenta bancaria y deciden conquistar naciones. Lo dice el mismo que ha visto con buenos ojos los «logros» del chavismo en Venezuela, donde no hay multimillonarios (solo jerarcas con cuentas en paraísos fiscales).

    Cruzada contra los ricos mientras el PSOE riega con fondos públicos

    En su soflama, Zapatero se escandalizó de que Trump y Musk puedan gastar su propio dinero en lo que quieran, algo que a cualquier socialista del PSOE le genera picores ideológicos. «200.000, 300.000 millones, les parecerá poco lo que tienen», criticó, como si la solución a los problemas de España fuese meterles un impuesto especial con nombre rimbombante para financiar alguna ocurrencia de Moncloa.

    Además, señaló con desdén que estos millonarios expulsan a los inmigrantes mientras lucran sus bolsillos, lo cual contrasta con su propio partido, que en lugar de expulsarlos, los usa como moneda de cambio político mientras firma pactos para privilegiar a Cataluña sobre el resto de comunidades autónomas.

    Zapatero, iluminado progresista

    Siempre a la vanguardia del pensamiento crítico, el ex presidente aseguró que el trumpismo no le impresiona. Claro, lo que le impresiona son los regímenes autoritarios con los que se ha codeado. Según su lógica, el ascenso de Trump se debe a que el progreso de la humanidad ha sido demasiado rápido y los reaccionarios han salido de las cavernas espantados con tanto feminismo, igualdad y ciencia.

    En este tremendo análisis, aprovechó para introducir a los antivacunas, que al parecer son ahora la peor amenaza de la civilización desde el meteorito que extinguió a los dinosaurios. «Las vacunas son de zurdos», exclamó con esa profundidad intelectual tan característica del PSOE, olvidando que precisamente en su partido hay quienes tienen más reparos en vacunar a sus hijos que en subir impuestos.

    Defendiendo a Sánchez, por supuesto

    Como buen ex presidente socialista, Zapatero no podía dejar pasar la oportunidad de rendir pleitesía a Pedro Sánchez. Con una devoción que haría sonrojar incluso a los aduladores más experimentados, defendió al actual inquilino de Moncloa con un entusiasmo digno de quien espera seguir siendo útil al partido. «Yo no he estado toda mi vida trabajando y siendo presidente para luego no ayudar, no creer, no apoyar, no confiar», proclamó, demostrando que su lealtad al PSOE está por encima de cualquier circunstancia y realidad.

    Memoria, historia y una conveniente amnesia

    En su defensa fervorosa del PSOE y su gloriosa historia, Zapatero recordó que la formación lleva 145 años luchando por la justicia social, aunque decidió pasar de puntillas por aquellos momentos incómodos, como el golpe de Estado de 1934, la corrupción de los 80 o las chapuzas económicas de su propio mandato.

    Eso sí, acusó a la derecha de tener problemas con la historia, como si su propio partido no hubiera pasado décadas reinventando su pasado para hacerlo encajar con su narrativa. «Nosotros no tenemos problemas ni con la memoria ni con la historia», sentenció. Claro, siempre que la memoria se gestione bajo su control y la historia sea la que cuente el PSOE.

    Socialismo de salón y desigualdad por decreto

    Zapatero cerró su intervención con un alegato marxista de manual sobre la igualdad, defendiendo el fin de la discriminación «por sexo, raza u origen» mientras su partido reparte privilegios según la conveniencia electoral. «Compartir, reconocer, ayudar», fueron los verbos que destacó, obviando que en su partido esos términos suelen significar «subir impuestos, malgastar en chiringuitos y repartir migajas para pedir el voto después».

    Así concluyó otra jornada más de adoctrinamiento socialista, donde Zapatero se dedica a criticar a millonarios desde un atril pagado por el erario público y a repartir lecciones mientras su partido sigue sin resolver los problemas estructurales que ellos mismos han causado. Qué bello es el socialismo… cuando lo financia el dinero ajeno.

  • El PSOE llora por la libertad de expresión mientras sus mentiras acaban en los tribunales

    El PSOE llora por la libertad de expresión mientras sus mentiras acaban en los tribunales

    El PSOE llora por la libertad de expresión mientras sus mentiras acaban en los tribunales

    La izquierda llora, bracea y se revuelca en el suelo clamando por la libertad de expresión. Pero cuando esa misma «libertad» consiste en lanzar acusaciones sin pruebas y difamar con total impunidad, la justicia les recuerda que no todo vale. La última en sentir en sus carnes la realidad legal ha sido Ione Belarra, la líder de ese partido que iba a asaltar los cielos, pero que apenas le quedan ya militantes para asaltar un bar de barrio.

    Un pequeño recordatorio de lo que NO es libertad de expresión

    La dirigente podemita, en su enésimo arrebato de populismo barato, ha tachado la gestión de Isabel Díaz Ayuso durante la pandemia como «homicida», afirmando que la presidenta de la Comunidad de Madrid debería estar en la cárcel. Claro, porque si algo le molesta a la izquierda es perder el control de la narrativa. No importa que las cifras desmientan sus cuentos, ni que ahora se sepa que fue el Gobierno de Pedro Sánchez el que se negó a medicalizar las residencias. Lo importante es seguir intentando colgarle a Ayuso una medalla en negativo que no ha ganado.

    Ante semejantes afirmaciones propias de los bares de ultratumba donde se quejan los votantes podemitas con un gintonic barato en la mano, la respuesta del Gobierno madrileño no se ha hecho esperar. ¡Querella al canto! Como no podía ser de otra manera, los servicios jurídicos han decidido actuar ante una acusación tan grave como carente de fundamento.

    El PSOE y Podemos: especialistas en difamar y luego llorar

    Pero si alguien pensaba que el PSOE iba a quedarse fuera de este concurso de disparates, es porque aún subestima el talento socialista para venderse como víctima de su propia irresponsabilidad. Apenas 24 horas antes del numerito de Belarra, la socialista Reyes Maroto también estaba esparciendo acusaciones sin filtro. En su versión del drama, los ancianos fallecidos en residencias durante la pandemia no fueron víctimas de un virus desconocido, sino «asesinados».

    ¿Pruebas? Ninguna, como de costumbre. ¿Alguna propuesta de mejora al respecto? Tampoco. Pero eso sí, cuando recibió la factura en forma de querella, su dignidad se derritió más rápido que los argumentos de Pedro Sánchez cuando le preguntan por su mujer. Maroto se apresuró a «retractarse» asegurando que no pretendía acusar a nadie de asesinato. Claro, claro… igual que cuando un niño dice que el monstruo debajo de la cama no existe después de romper un jarrón.

    Los tribunales, hartos de la propaganda barata

    En este juego macabro de la izquierda, donde el objetivo es desgastar instituciones democráticamente elegidas con el único propósito de pescar votos en el lodazal del miedo, hay algo que no habían previsto: la paciencia de los jueces tiene límite. No es la primera vez que una acusación sin pruebas acaba en los tribunales, pero la diferencia es que el victimismo ya no cuela.

    • Han acusado a Ayuso de crear una «gestión homicida».
    • Han calificado las muertes en residencias como «asesinatos».
    • Se han inventado responsabilidades en decisiones que no estaban en manos de la Comunidad de Madrid.
    • Y cuando les llega la querella, se escudan en la «libertad de expresión».

    ¿Dónde estaba esta libertad de expresión cuando el PSOE y Podemos promovían leyes para censurar a los medios que no les hacen la ola? ¿Cuando se acorralaba a jueces por no dictar sentencias a la medida del sanchismo? Ah, pero claro, ahora que los tribunales obligan a Maroto y Belarra a responder por sus palabras, ya no gusta tanto la justicia.

    El PSOE y Podemos cosechan lo que siembran

    La lección debería ser simple: no se puede ir por ahí lanzando acusaciones sin fundamento y esperar que todo quede en el aire. Pero como el socialismo no es precisamente famoso por aprender de sus errores, lo más probable es que pronto vuelvan con otra sarta de mentiras a ver si cuela. Mientras tanto, los tribunales siguen dejando claro que si lloran, es porque algo están haciendo mal.

    Querían guerra judicial, y ahora la tienen. Así que, queridas víctimas imaginarias del PSOE y de Podemos, bienvenidas a la realidad, la de verdad. Esa que no se resuelve con eslóganes tópicos ni con discursos de pancarta, sino con hechos. Y de hechos, en este caso, van flojitos.

  • El feminismo del PSOE se extravía en el catálogo de Koldo y Ábalos

    El feminismo del PSOE se extravía en el catálogo de Koldo y Ábalos

    El PSOE y su feminismo de quita y pon

    Si algo ha demostrado el PSOE en los últimos años es su capacidad camaleónica para adaptarse a cualquier discurso que le convenga, siempre y cuando no afecte a sus propios intereses. Y el escándalo del «catálogo de mujeres» de Koldo García y José Luis Ábalos es el último ejemplo de ello. Mientras se llenan la boca con discursos feministas y leyes de igualdad, dentro de sus despachos se gestiona un auténtico burdel de favores.

    El Partido Popular ha decidido llevar este turbio asunto al Congreso, obligando a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, a explicar cómo encaja en su ideario progresista y feminista el uso de dinero público para pagar prostitutas. Todo un desafío teniendo en cuenta que la bancada socialista parece haber desarrollado una repentina sordera y amnesia con la causa feminista cuando los implicados son los suyos.

    Cuando el PSOE era feminista… hasta que dejó de serlo

    La lista de escándalos que rodean al exministro Ábalos y su inseparable Koldo no parece acabar nunca, pero este episodio ha sobrepasado todos los límites del cinismo socialista:

    • Un auténtico «catálogo de mujeres» brasileñas al servicio de los contratistas del Ministerio de Transportes.
    • Descripciones surrealistas de las «chicas de compañía» en la agenda de Koldo: «brasileira», «amiga linda», «brasileña Murcia», como si fueran productos en un mercado.
    • Testimonios que señalan a Ábalos disfrutando de estos «servicios» junto a altos cargos del Gobierno.
    • El descaro de enchufar a Jésica Rodríguez, amante de Ábalos, en una empresa pública sin ir a trabajar.

    Con tanto ruido, resulta curioso el sepulcral silencio del PSOE. No se han escuchado condenas de la ministra de Igualdad, ni manifestaciones de preocupación de sus compañeras de Consejo de Ministros. ¿Dónde están ahora las feministas del PSOE que exigían «tolerancia cero» con la explotación de mujeres? Ah, sí, al parecer su indignación se queda en la puerta cuando los culpables llevan carné del partido.

    El cortijo del Ministerio de Transportes: un club privado con fondos públicos

    El Congreso de los Diputados se ha convertido en el campo de batalla donde el Partido Popular intentará que el PSOE se sonroje, aunque viendo la histórica desfachatez de los socialistas, es posible que ni pestañeen. Pero lo que ha quedado claro es que el Ministerio de Transportes bajo el control de Ábalos no era precisamente un centro de trabajo, sino más bien una prolongación de sus asuntos personales.

    Y mientras los votantes socialistas se tragan discursos sobre igualdad y justicia social, sus altos cargos se dedican a mover favores, enchufar a amantes y organizar recepciones en compañía de señoritas a costa del erario público. Todo con el silencio cómplice de Pedro Sánchez, que parece especializado en hacerse el sorprendido cada vez que destapan otro escándalo de su partido.

    El PSOE y su nueva política: el cinismo institucionalizado

    La política progresista del PSOE parece reducirse a un conjunto de frases bonitas para ruedas de prensa y medidas efectistas sin consecuencias para los suyos. Mientras tanto, sus dirigentes viven en una impunidad moral que les permite predicar el feminismo con una mano y gestionar «catálogos de mujeres» con la otra.

    El escándalo de Ábalos y Koldo es solo la última muestra de la hipocresía socialista. Todo indica que la consigna dentro del PSOE es clara: predica la igualdad, pero no la practiques si puedes sacarle partido. Así que, en la próxima campaña, cuando nos hablen de su compromiso con la mujer, más de uno recordará que para ellos las mujeres no son más que otra mercancía para contentar empresarios amigos.

    Pero tranquilos, que si alguien se atreve a hacer preguntas incómodas, siempre pueden acusarle de «machismo estructural» y seguir adelante como si nada. ¡Qué tiempos para la socialdemocracia!

  • El PSOE abre su congreso recordando a Franco, pero la culpa siempre es de la derecha

    El PSOE abre su congreso recordando a Franco, pero la culpa siempre es de la derecha

    Un congreso con toque nostálgico

    El PSOE de Aragón ha decidido comenzar su 18º Congreso Regional con un toque especial: un vídeo del NO-DO con imágenes del mismísimo Francisco Franco. Porque, claro, nada grita más «socialismo moderno» que traer de vuelta imágenes en blanco y negro del dictador. Bajo el lema La Fuerza del Cambio (la ironía se escribe sola), la formación que lidera Pedro Sánchez ha hecho un peculiar recorrido cronológico de la historia aragonesa, pero con la sutileza de un elefante en una cacharrería.

    Nada de la historia previa del PSOE ni referencias a los 150 años del partido, todo comienza con el Generalísimo paseándose entre ovaciones del pueblo. Un bonito recordatorio de lo que se supone que combaten… aunque su obsesión con el pasado hace que parezca más bien una romántica añoranza. «Zaragoza espera la llegada de su excelencia el jefe del Estado español en el curso de su viaje por tierras aragonesas», dice la voz en off del noticiero franquista, convenientemente editado con una banda sonora de película de terror. Porque si algo sabe hacer bien el PSOE, es teatralizar el miedo cuando le falta discurso.

    Un montaje audiovisual de manual socialista

    El vídeo en cuestión no se quedó ahí. Tras la dosis de franquismo inicial, dieron paso a imágenes del PSOE durante la Transición, con decenas de militantes levantando el puño en alto y una música esperanzadora. Porque si algo distingue a este partido, es su capacidad para reescribir la historia a su medida. Luego vinieron más efectos cinematográficos: música de terror para el golpe del 23-F (faltaba un «muajajaja» de fondo), seguida por una nueva subida de tono esperanzador cuando aparecían imágenes de líderes socialistas de los años 80 en adelante.

    Y como no podía faltar, cualquier aparición del Partido Popular y Vox en el vídeo fue acompañada nuevamente por la siniestra banda sonora. Porque según el manual de comunicación del PSOE, todo lo que no sea ellos es oscuridad, destrucción y, probablemente, el regreso de las siete plagas de Egipto.

    Para rematar, el montaje incluyó titulares alarmistas como «Vox se impone», con la clara intención de aterrorizar a la audiencia. Y justo después, la ministra Pilar Alegría apareció para aclarar que la salvación solo llegará con más socialdemocracia y socialismo. Lo típico.

    El PSOE y su pasión por los muertos

    Pero si el vídeo de introducción ya era un espectáculo, lo que vino después fue una obra maestra del revanchismo. Días antes del congreso, el gobierno de Sánchez trasladó los restos de 17 fallecidos en la Guerra Civil desde el Valle de los Caídos a Aragón. Porque si hay algo que el PSOE domina, es el manoseo de la historia y el uso de los muertos como decorado.

    En este nuevo episodio de «desenterradores oficiales», el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y la omnipresente Pilar Alegría protagonizaron un acto solemne en las ruinas de un convento en Magallón. Y claro, siempre con la foto de rigor para la posteridad.

    El PSOE y su “memoria selectiva”

    Ante tamaño despliegue de necrofilia política, no tardaron en llegar las críticas. El líder de Vox en Aragón, Alejandro Nolasco, no se cortó un pelo al calificar la escena como un nuevo capítulo del sainete socialista: «El Gobierno de Sánchez envía a su sicaria política para hacerse una foto con los muertos de la guerra, es despreciable». Y no le falta razón, porque entre exhumaciones mediáticas y revisiones interesadas del pasado, parece que el PSOE encuentra más ilusión en remover tumbas que en solucionar los problemas actuales.

    Así que una vez más, el PSOE ha decidido que el verdadero enemigo no es la inflación ni la crisis económica, sino Franco (sí, el que lleva más de 40 años muerto). Y si alguien se atreve a señalar la ridiculez de este espectáculo, tranquilos, que ya tienen la excusa lista: la culpa siempre será de la derecha.

  • Sánchez compra votos con el dinero de Murcia: el socialismo a plena potencia

    Sánchez compra votos con el dinero de Murcia: el socialismo a plena potencia

    Un ‘cuponazo’ con factura murciana

    En su incansable afán por mantenerse en el trono de La Moncloa, Pedro Sánchez ha vuelto a demostrar que el socialismo es, ante todo, el arte de expoliar a unos para comprar la lealtad de otros. Su último truco: conceder a Cataluña un jugoso acuerdo fiscal que, cómo no, hará que la Región de Murcia y otras comunidades vean reducida su financiación a niveles de saldo. Según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), el saldo negativo para Murcia será del 10,7 %, lo que se traduce en 626 millones de euros menos. ¿Motivo? Porque el dinero de todos es la moneda de cambio perfecta para que los independentistas sigan sosteniendo al «presidente del diálogo».

    La igualdad según Sánchez: el que más chilla, más se lleva

    Para los despistados que aún creen en la equidad territorial, aquí viene la lección de socialismo práctico: Cataluña se sale del régimen común de financiación, deja de aportar su parte a la caja común, y el resto de comunidades se quedan con el agujero financiero. Murcia, como una de las más perjudicadas históricamente en el reparto de fondos, ahora deberá comerse un nuevo recorte porque Sánchez necesita los votos de Esquerra. Como siempre, el PSOE impartiendo lecciones de justicia y solidaridad a golpe de cheque.

    • 539 millones de euros menos por la pérdida de ingresos tributarios.
    • 87 millones de euros menos porque Cataluña ya no aportará al mecanismo de redistribución.
    • 1.190 millones de euros adicionales en la cuerda floja por la falta de actualización de fondos estatales.

    La magia socialista: sube el IRPF y todos contentos

    El informe de Fedea pone cifras al despropósito: la salida de Cataluña del sistema de financiación hará perder más de 30.000 millones de euros a la caja común. Pero, ¡tranquilos!, que el Gobierno ya tiene la solución: una subida del IRPF del 29,5 % para el resto de los españoles. Porque si algo ha quedado claro en los años de sanchismo, es que no hay problema que no pueda resolverse con más impuestos.

    «Es, en definitiva, la fórmula Sánchez: un recorte brutal para todos excepto para los que le sostienen en la Moncloa», ha denunciado el consejero de Hacienda murciano, Luis Alberto Marín. Porque al fin y al cabo, si hay que garantizar el chiringuito independentista, los españoles de otras regiones deberán abrir un poco más la cartera.

    Murcia: el cajero automático del PSOE

    Mientras el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, clama por una financiación justa, desde la Moncloa solo hay silencio. Ni rastro de los 655 millones de euros perdidos por la no actualización de entregas a cuenta, ni del Extra FLA, el fondo extraordinario de liquidez que podría haber supuesto otros 535 millones para la región.

    Con estos recortes, el castigo del PSOE a Murcia se multiplica. «Es una discriminación constante», ha dicho Marín, advirtiendo que su comunidad, ya maltratada en los repartos presupuestarios, recibirá aún menos dinero del que le corresponde. Y lo mejor de todo: cada euro que se le resta a Murcia no se traduce en un ahorro, sino en un incremento descarado de privilegios para una Cataluña que ya funciona como una república de facto.

    El socialismo en su máxima expresión

    En definitiva, Sánchez sigue repartiendo prebendas con la soltura de quien no juega con su propio dinero. Bajo el disfraz de la justicia social, su gobierno es un mercadillo de privilegios financiado por el resto de España. Si al PSOE le faltan votos, Murcia tiene que pagar; si Cataluña exige más beneficios, el Estado se somete. No importa que se hable de unidad y solidaridad en los mítines; cuando llega el momento de la verdad, el socialismo siempre es darle a unos lo que se quita a otros.

  • Villarejo mueve ficha y la Justicia baila al ritmo del PSOE

    Villarejo mueve ficha y la Justicia baila al ritmo del PSOE

    Villarejo mueve ficha y la Justicia baila al ritmo del PSOE

    La Audiencia Nacional ha decidido ponerse creativa y admitir a trámite la recusación de dos magistrados solicitada por el inagotable comisario José Manuel Villarejo. Como si de un guion de telenovela se tratara, la justicia española vuelve a demostrar su inquebrantable compromiso con los enredos judiciales interminables. Ahora, estos dos magistrados —Manuela Fernández y Eloy Velasco— tendrán que esperar a que otro tribunal decida si pueden o no formar parte del proceso. ¡Qué eficiencia la nuestra!

    Cuando recusas y aciertas

    Fue el pasado 14 de febrero cuando Villarejo, ese entrañable personaje que ha sobrevivido a más escándalos que un dirigente del PSOE en campaña, hizo su jugada: recusó a los magistrados alegando que ya estaban «contaminados». Vamos, que sus señorías habían tomado partido más veces que el PSOE en una sesión parlamentaria. Según el comisario y su defensa, los jueces en cuestión no podían ser imparciales porque ya habían participado en resoluciones anteriores del caso contra su cliente. Es decir, que verla venir y señalarla es ahora sinónimo de falta de objetividad.

    ¿Justicia imparcial? Mejor una tómbola

    Para evitar problemas, la Audiencia Nacional ha decidido reenviar el incidente de recusación al presidente del tribunal, no sea que alguien se quede sin su trozo del pastel jurídico. Según la Ley Orgánica del Poder Judicial, cuando se recusa a más de dos magistrados o a un presidente de Sala, hay que montar un tribunal especial, como si esto fuera el sorteo previo a una final de la Champions League.

    La pregunta que se hace todo el mundo es simple: ¿hasta cuándo va a durar este circo? Porque al paso que vamos, Villarejo podría recurrir hasta el color de las togas judiciales y quedarnos tan anchos.

    Guía rápida para salir impune en España

    Parece que en nuestro querido sistema judicial hay ciertos truquitos para estirar los procesos y marear la perdiz hasta que nadie recuerde ni de qué iba todo esto. Veamos algunos pasos básicos:

    • Recusa a medio tribunal: Si consigues colar una recusación, es más que probable que te ganes unos mesecitos extra para ir preparando la siguiente jugada.
    • Apela absolutamente todo: Aunque parezca obvio, lo importante no es el resultado, sino el proceso. Lo ideal es alargarlo para que nadie tenga ganas de seguir prestando atención.
    • Aprovecha la burocracia: España es un país donde se necesita más papeleo para condenar a un criminal que para gobernar sin ganar elecciones. Úsalo sabiamente.

    Los magistrados se defienden, pero…

    Los jueces recusados ya dictaron sentencias anteriores en el caso Villarejo, confirmando que este hombre tenía más vidas que un gato. En una resolución previa, ya dejaron claro que el ex comisario había participado en actividades «no oficializadas» (así las llamaron, qué elegantes) que involucraban espionaje, secretos empresariales y demás hobbies poco convencionales.

    A la espera de una nueva decisión judicial que probablemente nos lleve a otro episodio de este culebrón jurídico, solo queda preguntarnos: ¿hasta dónde podrá estirar el chicle Villarejo antes de que alguien se digne a sentenciarlo de una vez? Mientras tanto, sigamos disfrutando del folletín que es nuestro sistema judicial, donde el PSOE juega, la justicia baila y los ciudadanos seguimos pagando la fiesta.

  • Moncloa Records: óperas, asesores y subvenciones a dedo en perfecta armonía

    Moncloa Records: óperas, asesores y subvenciones a dedo en perfecta armonía

    Moncloa Records: óperas, asesores y subvenciones a dedo en perfecta armonía

    Si alguien pensaba que en La Moncloa solo se gestionaban asuntos de Estado, estaba muy equivocado. La casa oficial del presidente del Gobierno no solo alberga reuniones estratégicas y giros ideológicos de última hora, sino que también se ha convertido en un improvisado teatro de ópera donde los asesores compaginan la ciberseguridad con el bel canto. ¿Quién lo iba a decir?

    Entre la estrategia nacional y el libreto de David Sánchez

    Resulta que el hasta hace poco asesor de La Moncloa, Luis Carrero, no se limitaba a temas de análisis y estudios en el Gobierno, sino que tenía otra importante misión: ayudar al hermano de Pedro Sánchez, David Sánchez, a dar forma a sus ambiciosos proyectos operísticos. Porque claro, ¿qué mejor manera de aprovechar los recursos del Estado que para emprender un humilde proyecto personal financiado con dinero público?

    Según han revelado las pesquisas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Carrero se empleaba con entusiasmo en avanzar el programa de mano de las óperas de David Sánchez mientras corregía minuciosamente casi 100 páginas de la Estrategia Nacional de Ciberseguridad. Un ejercicio de multitarea que ni los mejores ejecutivos en Silicon Valley.

    En un correo electrónico del 17 de octubre de 2023, Sánchez Pérez-Castejón le escribía con total confianza: «Buenas Luisinho. Sin que te comprometa a nada. ¿Estás por la labor? Todo son adelantos de generosidad». Lo que podríamos traducir a: “Estoy montando una ópera con dinero público y necesito que alguien haga el trabajo por mí”. Carrero respondía con entusiasmo, aunque lamentando que su deber con la ciberseguridad nacional le restara tiempo para tan noble causa.

    El asesor polivalente: componiendo planes y estrategias

    Pero no se preocupen, porque el eficaz Luis Carrero logró enviarle el texto a su “hermanito” apenas unos días después, dejando claro que en Moncloa se pueden hacer muchas cosas a la vez. Entre ellas, por supuesto, gestionar las aspiraciones artísticas de la familia Sánchez. Si algo demuestra esta historia es que en este Gobierno lo público y lo privado se mezclan con la fluidez de un buen aria.

    Por supuesto, el siguiente paso era recompensar al asesor por sus desvelos musicales. Carrero acabó recalando en un cómodo puesto en la Diputación de Badajoz: jefe de Sección de Coordinación de Centros y Programas de Actividades Transfronterizas. Sí, un nombre tan complicado como absurdo. La juez que investiga el caso sospecha que el puesto fue creado a medida para premiarle por sus servicios en la sombra.

    “Querido hermanito, a la espera de ver si me echan de Moncloa”

    Entre las perlas encontradas en los correos, destaca esta joya en la que Carrero le confiesa a David Sánchez su incierto futuro en Moncloa: «A la espera de ver si me echan o no esta semana, aquí va más trabajo del entusiasta Frente Activo Operegrina». Toda una revelación de que la relación entre ambos no era un simple contacto profesional, sino una red de favores, compinchados en una trama perfectamente afinada.

    Cómo currarse una subvención con contactos en el Gobierno

    Uno de los aspectos más llamativos de la historia es que Carrero no solo se dedicaba a diseñar los programas de ópera del hermano del presidente, sino que también ejercía de conseguidor. Entre sus múltiples talentos, incluía el de rastrear subvenciones gubernamentales para financiar el proyecto de David Sánchez, usando su acceso privilegiado en Moncloa.

    En uno de los intercambios de correos, Carrero facilitaba un listado de subvenciones a dedo del Ministerio de Cultura. Toda una muestra de eficiencia administrativa al servicio de la familia gobernante.

    Preparando el fichaje soñado

    Pero la mejor parte llega cuando ambos discuten con total naturalidad el fichaje de Carrero para la Diputación de Badajoz, como si se tratara de un trámite burocrático más. «En cuanto te incorpores, quiero pasar una semana al menos por aquí para servir de apoyo», le decía David Sánchez, convencido de que el puesto ya era suyo.

    La respuesta de Carrero lo dice todo: «Gracias, hermanito!! De la incorporación no tengo noticia ni calendario. Tú ve haciendo tus planes, porque me temo que esto va a ir para largo… En Moncloa ya solté la liebre». Una premonición perfecta de que todo estaba atado y bien atado.

    Ópera, cultura y enchufes a todo volumen

    Esta historia podría haber sido el guion de una tragicomedia, pero la realidad política en España a menudo supera la ficción. Tenemos a un hermano del presidente que usa los recursos del Estado para impulsar su proyecto de ópera, un asesor gubernamental reconvertido en redactor de libretos y cazador de subvenciones, y una jugosa recompensa en forma de empleo público para cerrar el círculo.

    Mientras tanto, el Gobierno sigue rechazando las acusaciones y asegurando que aquí todo es pura coincidencia. Quizás la única incógnita es cuándo veremos una ópera inspirada en estos movimientos entre bambalinas. Con este libreto, podría ser un éxito absoluto en los teatros europeos.

  • El PSOE descubre Kiwi Market y acusa a la realidad de hacerle oposición

    El PSOE descubre Kiwi Market y acusa a la realidad de hacerle oposición

    El PSOE descubre Kiwi Market y acusa a la realidad de hacerle oposición

    Cuando pensábamos que el PSOE ya no tenía más maneras de sorprendernos con sus ocurrencias, llega lo inesperado: han descubierto Kiwi Market. Sí, ese supermercado que ha revolucionado Madrid con precios que parecen de otra época –una en la que llenar la cesta de la compra no requería vender un riñón– ha sido señalado por las filas socialistas como una «amenaza al discurso oficial». Porque, claro, si los ciudadanos ven que pueden comprar productos básicos sin que su bolsillo sufra un infarto, entonces alguien está torpedeando la narrativa oficial de que la inflación «no es para tanto».

    Un enemigo público: los precios bajos

    El PSOE y su corte de expertos en economía alternativa –esa en la que un aumento del 30% en el precio de los alimentos es apenas «un ligero ajuste»– han identificado en Kiwi Market una anomalía preocupante en el sistema. ¿Cómo se atreven a ofrecer aceite de oliva a 24 euros, cuando los supermercados de toda la vida te lo venden a 50? ¿Dónde queda aquí la igualdad de sufrimiento? No es justo que algunos puedan comprar un pollo por 2,99 euros mientras el Gobierno trabaja incansablemente para garantizar que nadie pueda darse semejante lujo sin hipotecar su casa.

    Fuentes cercanas al Ejecutivo han señalado que lo de Kiwi Market «es un caso grave de competencia desleal… con la narrativa oficial». Según explican, si los ciudadanos descubren que es posible comprar detergente por menos de 7 euros o una lata de refresco por 0,45 euros, podrían empezar a preguntarse si, quizás, solo quizás, el actual desastre económico no es culpa de las circunstancias externas, sino de decisiones mal tomadas. Y eso, evidentemente, es inadmisible.

    El manual socialista ante las crisis: negar, señalar y victimizarse

    Como cualquier problema que amenaza la hegemonía del PSOE, este también ha pasado por el proceso estándar de reacción gubernamental:

    1. Negación: «No hay inflación, es una percepción errónea creada por la oposición y los medios de derecha».
    2. Señalamiento: «Kiwi Market es sospechoso. ¿Quién está detrás? ¿Será una artimaña neoliberal para desprestigiar las políticas progresistas?»
    3. Victimización: «Claro, ahora resulta que todo lo que hacemos está mal. Pero cuando gobernaba la derecha sí les salía todo perfecto, ¿no?».

    Mientras tanto, cientos de consumidores siguen abarrotando los pasillos de Kiwi Market, comprando productos a precios razonables y, lo que es peor, haciéndolo sin agradecerle al Gobierno. Un escándalo en toda regla.

    El modus operandi de la izquierda: si algo funciona, regúlalo hasta que deje de hacerlo

    Ante este éxito inesperado de la lógica económica y la oferta y la demanda, los asesores del Gobierno ya están buscando alternativas para aplacar el problema. Entre las posibles soluciones están:

    • Un nuevo impuesto sobre los “supermercados insolidarios” (también llamados “sitios donde la gente puede comprar sin arruinarse”).
    • Obligar a Kiwi Market a vender productos a precios dictados por el Ministerio de Consumo, asegurando que todos sufran la inflación por igual.
    • Imponer una tasa por «beneficio inesperado», porque vender productos sin inflarlos artificialmente es, por supuesto, una anomalía que debe corregirse.

    Mientras tanto, los clientes siguen comprando, ignorando el escándalo burocrático que han desatado. Y quizás, solo quizás, lo que realmente está pasando aquí es que la gente se ha dado cuenta de que no necesita al PSOE para poder vivir dignamente. Un golpe devastador a décadas de propaganda paternalista.

    ¿El futuro de Kiwi Market? Dependerá de cuánta envidia despierte

    Habrá que ver cuánto tiempo dura este oasis de cordura económica antes de que el Gobierno decida intervenir para «corregir desigualdades». Porque si algo ha demostrado el PSOE es que, en su afán por garantizar que todos suframos por igual, todo lo que funcione fuera de su control es una amenaza para su relato. Y eso, como bien sabemos, es lo único que no pueden permitirse perder.