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El PSOE salva el planeta: menos CO2, más catalán y euskera

Un giro ecológico-lingüístico digno de Orwell
Dejen paso, señores y señoras, al último hallazgo del PSOE para salvar el planeta: la diversidad lingüística como herramienta contra el cambio climático. En un movimiento que haría ruborizar hasta al guionista más imaginativo de ciencia ficción, los socialistas han decidido que la Agenda 2030, diseñada para combatir la contaminación y el calentamiento global, incluya entre sus objetivos la protección del catalán, el euskera y el gallego.
Porque claro, cuando un iceberg se derrite, lo primero que se pregunta no es por la emisión de gases, sino «¿se está protegiendo suficientemente el euskera?». Un razonamiento impecable que, sin duda, contribuirá a enfriar el planeta más rápido que reducir las emisiones de CO₂.
¿Salvar el medio ambiente o salvar el pacto con los independentistas?
El PSOE presenta su ocurrencia lingüístico-ecológica bajo el pretexto de que estas lenguas necesitan «preservarse y consolidarse». Y, ¿qué mejor manera de consolidar estos idiomas que incluyéndolos en una iniciativa global sobre sustentabilidad? Sobra decir que esta jugada huele más a cesión a sus socios independentistas que a verdadera preocupación medioambiental.
Porque si de sostenibilidad hablamos, en España hay otras urgencias que, oh sorpresa, el PSOE prefiere ignorar:
- Las infraestructuras de nuestro país siguen sufriendo el abandono y la mala gestión, como se vio con la inacción del Gobierno ante la DANA en Valencia, que dejó múltiples víctimas y daños millonarios.
- Los incendios forestales arrasan miles de hectáreas porque, aunque les encanta hablar de «Agenda 2030», les cuesta invertir en prevención real.
- Las políticas energéticas son más erráticas que las declaraciones de Pedro Sánchez, con subidas constantes en la factura de la luz.
Pero no se preocupen, porque el catalán está a salvo.
Una agenda para todo… menos para lo realmente importante
La Agenda 2030 nació con el objetivo de reducir la pobreza y combatir el cambio climático. Sin embargo, en este nuevo capítulo del «manual del buen sanchista», vemos su manipulación descarada para contentar a ERC, Bildu, Junts y el resto de partidos de la independencia low cost. ¿Qué sigue? ¿Reforestar los Pirineos con banderas esteladas para luchar contra la deforestación?
Sánchez ya ha regalado a sus socios beneficios penitenciarios, privilegios fiscales y hasta una amnistía a medida. Ahora, el gran sacrificio por la estabilidad del planeta (y, sobre todo, por la estabilidad de su Gobierno) es convertir el catalán, el gallego y el euskera en la auténtica prioridad medioambiental del siglo XXI.
Conclusión: menos CO₂, más cesiones
Mientras el mundo lucha por frenar la contaminación o por conseguir que las economías emergentes adopten energías limpias, en España el Gobierno se dedica a colar su discurso identitario en foros internacionales. Porque, al parecer, decir «bon dia» en lugar de «buenos días» nos acerca al desarrollo sostenible.
Con este movimiento, el PSOE consigue dos cosas: consolidar su dependencia de los partidos separatistas y hacer el ridículo internacionalmente. Al paso que van, no sería raro ver peticiones para declarar el «Día del Oriotarra Sostenible» o para que la ONU reconozca la «carbono-neutralidad del gallego». Todo sea por prolongar la agonía de un Gobierno sustentado en cesiones absurdas.
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