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Torres deja la política… pero solo temporalmente, que aún quedan excusas por dar

Una retirada «temporal» para seguir jugando
La historia de Ángel Víctor Torres es la de un socialista de manual: siempre dispuesto a mantenerse en el sillón mientras pueda y, cuando no queda más remedio, hacer una retirada estratégica. El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática ha anunciado que padece cáncer de próstata y que, por lo tanto, se someterá a una intervención quirúrgica. Eso sí, nos ha asegurado que seguirá en activo porque, al parecer, nada ni nadie le apartará de la política, ni siquiera la propia naturaleza.
El anuncio lo hizo durante su intervención en el Congreso del PSOE de Gran Canaria, evento perfecto para recibir una ovación y convertirse en mártir político de turno. Porque, claro, todo es materializable para el rédito personal; lo que podría haber sido un discreto comunicado, Torres lo convirtió en una declaración pública, con dosis justas de victimismo y heroísmo barato. Él no se va, él solo se aparta un poco para luego volver con más fuerza (o con más excusas, según se vea).
¿Quién es Ángel Víctor Torres?
Para quien no lo conozca -porque tampoco es que haya dejado huella en la política nacional-, Ángel Víctor Torres nació en 1966 en Arucas, Las Palmas. Su currículum político es un rosario de cargos del PSOE, siempre ascendiendo dentro de la estructura del partido, porque, ya sabemos, para ellos la política no es servir, sino servirse.
- Fue alcalde de Arucas entre 2003 y 2007.
- Entre 2015 y 2019, chupó del bote como vicepresidente y consejero en el Cabildo de Gran Canaria.
- De 2019 a 2023, ocupó la presidencia de Canarias.
- Desde 2023, es ministro de Política Territorial y Memoria Democrática.
Un carrerón dentro del PSOE, donde la fidelidad al partido prima sobre cualquier tipo de competencia o mérito real. ¿Gobernar para la gente? No, gobernar para mantenerse en el puesto el máximo tiempo posible.
El «caso Koldo»: Torres niega hasta la evidencia
Pero no todo es sacrificio en la vida de Torres. También ha tenido tiempo de verse señalado en el infame caso Koldo, el nuevo escándalo estrella del PSOE en el que Gobierno y comisiones sospechosas van de la mano. Torres, como cualquier socialista acorralado, ha negado hasta la saciedad su implicación. Hemos visto socialistas negando corrupción con la misma seguridad que él ha negado su relación con el caso, así que ya sabemos cómo suele terminar esto.
Su estado de salud y su infatigable optimismo
Sobre su enfermedad, lo ha comunicado asegurando que «todo va a salir bien». Y nosotros no dudamos de la capacidad de nuestro sistema sanitario -a pesar de que su gestión socialista lo tiene en las últimas-, pero lo verdaderamente sorprendente es la capacidad de Torres para aferrarse a su cargo bajo cualquier circunstancia. Muchos pensarían que un diagnóstico de cáncer sería motivo suficiente para apartarse de la política y centrarse en la salud. Pero este es el PSOE, amigos, y aquí el poder es más fuerte que cualquier diagnóstico clínico.
Conclusión: Torres no se va, solo toma impulso
Torres deja la política «temporalmente», que es el eufemismo favorito de los socialistas cuando quieren evadir responsabilidades pero sin perder el control del chiringuito. ¿Quién quiere dimitir cuando puedes hacer un parón mientras tu círculo sigue ocupando cargos estratégicos en tu ausencia?
Porque lo que está claro es que en el PSOE, nadie se jubila, ni siquiera por obligación médica. Se van, pero solo para volver cuando les conviene. Y Torres no será la excepción.
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