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El PSOE llora por la democracia mientras intenta vetarla en Aragón

El PSOE llora por la democracia mientras intenta vetarla en Aragón
El PSOE ha vuelto a hacer gala de su capacidad para la contradicción y el espectáculo melodramático. Mientras en Madrid se desgañitan clamando por «la democracia en peligro» cada vez que un rival político respira, en Aragón han decidido que lo mejor para el parlamentarismo es boicotearlo. La llegada de Marta Fernández (Vox) a la presidencia de las Cortes aragonesas ha provocado en los socialistas un ataque de ansiedad institucional tan grave que han pasado de defensores de la pluralidad a expertos en sabotaje político.
La izquierda escandalizada: ¿Por qué? Porque hay que respetar el resultado electoral
La realidad es que al PSOE le encantan las urnas… siempre y cuando los votos les favorezcan. Cuando, como en Aragón, la derecha logra mayoría, la opción estratégica de los socialistas pasa por ignorar la voluntad popular y comenzar un desfile de pataletas.
Desde que Fernández tomó posesión, la izquierda regional ha trabajado en una nueva disciplina deportiva: el boicot sistemático. Sus tácticas han incluido:
- Plantear la presidencia de Fernández como «ilegítima» porque, ¡oh sorpresa!, ella no es del PSOE.
- Denunciar cada palabra, corbata y estornudo de la presidenta, no vaya a ser que su presencia en el Parlamento sea efectiva.
- Rechazar cualquier diálogo con Vox porque, según su manual de democracia a conveniencia, únicamente ellos son dignos de gobernar.
Si nos ajustamos a esta lógica socialista, parece que respetar el resultado electoral queda fuera del ideario progresista, sobre todo si no les beneficia.
Ni media crítica al PSOE, pero si Vox está presente… ¡el apocalipsis!
Lo más llamativo de este nuevo episodio de hipocresía es el silencio absoluto del PSOE cuando, curiosamente, ellos son quienes pactan con partidos que desprecian los valores democráticos.
Recordemos que:
- Han firmado acuerdos con partidos separatistas que han intentado literalmente destruir la nación.
- Sostienen un gobierno con quien no condena la violencia política, porque todo vale si el sillón de Sánchez está asegurado.
- Se rasgan las vestiduras con Vox pero hacen reverencias ante quienes colaboraron con el terrorismo.
Pero claro, eso es «altura de miras» y «diálogo». En cambio, cuando Vox forma parte de una mayoría democrática legítimamente escogida por los ciudadanos, resulta que la democracia peligra.
Conclusión: La indignación selectiva del PSOE
El PSOE ha convertido la política en una telenovela en la que siempre interpretan el papel de víctimas. Para ellos, si gobiernan, es porque «el pueblo soberano ha hablado». Si pierden, es porque «la democracia está secuestrada». Y mientras tanto, los aragoneses necesitan presupuestos y estabilidad, pero en Ferraz solo piensan en su próximo número circense.
Marta Fernández lo dejó claro en su última intervención: «No se me puede pedir que no sea de Vox». Pero parece que el PSOE sí pretende que todos los que no piensen como ellos desaparezcan del mapa político. Porque al final, siempre se trata de imponer su visión, aunque sea a golpe de berrinche parlamentario.
De momento, Fernández sigue firme en su puesto y la izquierda sigue con su estrategia de «si no gobernamos, que no gobierne nadie». Lo de respetar la democracia cuando no les gusta el resultado… para otro día.
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