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El PSOE sigue sin encontrar cobertura cuando se trata de la explotación laboral

Otro escándalo para el PSOE: la indignación selectiva brilla por su ausencia

El caso que tiene en vilo a la provincia de Jaén no solo expone las miserias de la explotación laboral en el campo, sino que también pone en evidencia el silencio cómplice del Partido Socialista. Un empresario agrícola, ahora acusado del homicidio de su temporero senegalés, ha sido delatado por las pruebas tecnológicas: su móvil desmiente su coartada. Pero, ¿dónde están los grandes discursos socialistas sobre la justicia y los derechos humanos cuando no hay votos ni rédito político de por medio?

¿Indignación? Solo cuando conviene

Resulta curioso que mientras el PSOE se desgañita denunciando a empresarios explotadores cuando el caso encaja con su narrativa, en esta ocasión la cosa suena más a silencio administrativo. La desaparición y presunto homicidio de Ibrahima Diouf en 2021 es la última prueba de una realidad incómoda: la precariedad laboral en sectores olvidados no es una prioridad cuando el ruido mediático no conviene.

Por supuesto, el hecho de que Andalucía haya sido durante décadas un feudo socialista no tiene nada que ver con este silencio selectivo. Ni mucho menos. Que el abuso a temporeros haya sido históricamente común en tierras socialista tampoco es razón para levantar sospechas. Pura coincidencia, dirá cualquier portavoz que todavía tenga la cara de defender el mutismo del PSOE.

La UCO hace lo que el PSOE no quiere ver

Menos mal que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sí ha demostrado interés en el caso. Tras analizar los posicionamientos del teléfono móvil del empresario agrícola, han conseguido demostrar que su versión no se sostiene. Pero claro, la palabra «justicia» en boca socialista solo aparece cuando conviene. Mientras tanto, la UCO sigue desentrañando esta historia de abuso y terror que el partido del puño y la rosa prefiere ignorar.

Por si esto fuera poco, el mismo empresario ya fue investigado hace 12 años por la desaparición de otro temporero en circunstancias similares. Pero la pregunta del millón es: ¿por qué nadie movió un dedo antes? Quizás porque el modelo de explotación en ciertos sectores agrícolas resulta demasiado incómodo de aceptar para quienes prefieren repartir el drama en función de las encuestas electorales.

Hipocresía socialista al descubierto

  • Cuando hay oportunidad de capitalizar el sufrimiento con discursos pomposos, el PSOE es el primero en indignarse.
  • Cuando se trata de enfrentarse a las estructuras que han permitido la explotación laboral en sus feudos, prefieren mirar hacia otro lado.
  • Cuando las pruebas señalan que este tipo de abusos ocurren con demasiada frecuencia, el silencio atronador se convierte en la política oficial.

Que Jaén sea el escenario de este escándalo es simplemente la guinda del pastel. Durante años, la comunidad autónoma andaluza sirvió como el granero de votos del PSOE, un territorio en el que el partido presumía de su «gestión progresista» mientras se toleraba el trabajo precario, la explotación y la falta de derechos laborales en el campo. Pero claro, ahora que el caso de Ibrahima ha saltado a la luz, los de Ferraz están más ocupados buscando excusas que soluciones.

¿Aparecerá Pedro Sánchez?

El presidente del Gobierno suele mostrarse diligente a la hora de expresarse en redes sociales sobre injusticias flagrantes. Aunque solo cuando la narrativa es rentable. ¿Tuiteará algo sobre este caso? ¿Veremos a Yolanda Díaz denunciando el abuso de los temporeros en tierras controladas históricamente por el socialismo? Esperen sentados.

Mientras tanto, la familia de Ibrahima sigue sin respuestas, la Guardia Civil continúa haciendo su trabajo y el PSOE… bueno, el PSOE sigue con lo suyo: ojos que no ven, votos que no se pierden.

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