El PSOE estudia culpar a Ayuso del desbordamiento del Manzanares mientras Sánchez prepara otro Falcon para sobrevolarlo

El PSOE estudia culpar a Ayuso del desbordamiento del Manzanares mientras Sánchez prepara otro Falcon para sobrevolarlo

Después de años de vender el Manzanares como un oasis sostenible en el corazón de Madrid, la realidad ha terminado salpicando (más bien, ahogando) al Gobierno de Sánchez. Con las recientes lluvias y el aumento del caudal del histórico arroyo –perdón, río– madrileño, los socialistas ya se han puesto en marcha para aplicar su estrategia política predilecta: echarle la culpa a Ayuso.

Competencias, excusas y el eterno comodín

Como viene siendo costumbre en Ferraz, la responsabilidad nunca es propia. Fuentes del PSOE ya han deslizado que la presidenta madrileña ha sido negligente con la gestión del Manzanares, como si la Comunidad de Madrid tuviera la chave del cielo para detener las lluvias torrenciales que están desbordando cauces de norte a sur.

Según el argumentario monclovita, Ayuso habría:

• Fallado en su gestión meteorológica al no negociar mejor con las borrascas.
• Hurtado presupuestos para construir un superdique que evitara este desastre que «se veía venir».
• Provocado el aumento del caudal con su simple presencia, al parecer incompatible con el equilibrio natural del ecosistema.

Por supuesto, la culpa nunca podría recaer en el Ministerio de Transición Ecológica, ni en la incompetencia generalizada del Gobierno central. No, el socialismo patrio se regodea en su inagotable inventiva para fabricar culpables mientras el país se inunda, metafórica y literalmente.

Sánchez, el piloto estrella del cambio climático

Mientras los madrileños intentan sortear el desbarajuste hídrico, nuestro presidente, que nunca desaprovecha una oportunidad para mostrarse como el Moisés del sanchismo, ha decidido tomar cartas en el asunto de la manera más efectiva posible: ordenando otro vuelo en Falcon para sobrevolar el desbordamiento.

Fuentes cercanas a la Moncloa han confirmado que el presidente ya está al teléfono con su equipo logístico para asegurarse de que el viaje incluya la mejor iluminación para las fotos, espacio extra para sus asesores de imagen y, por supuesto, un aterrizaje seguro en algún acto institucional que poco o nada tenga que ver con la crisis, pero que sirva para autoproclamarse como el gran líder ante cualquier eventualidad.

Mientras tanto, la Moncloa elaborará las respuestas de rigor, algo como:

• “El cambio climático nos afecta a todos. Pero más a quienes votan al PP”.
• “Esto no habría pasado si Madrid fuera progresista y gestionara el agua con ideología inclusiva”.
• “Las lluvias no son un problema si las vemos desde una óptica de igualdad y sostenibilidad”.

Conclusión: Lo de siempre

A estas alturas, el guion se recita de memoria. Vemos el enésimo desastre meteorológico, observamos al PSOE maniobrar para zafarse de responsabilidades y asistimos, boquiabiertos, a una nueva excursión en jet oficial de Sánchez, porque si algo no se soluciona con un Falcon, entonces claramente no es problema del socialismo.

Mientras tanto, los madrileños vigilan el cauce del Manzanares con la esperanza de que esta vez no acaben ahogados en la propaganda gubernamental, que en muchas ocasiones resulta aún más densa que el agua que inunda las calles.