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Ábalos, patrimonio oculto y cero consecuencias: el PSOE inventa la impunidad selectiva

Ábalos, patrimonio oculto y cero consecuencias: el PSOE inventa la impunidad selectiva

Mientras que la justicia se cebó sin contemplaciones con figuras del Partido Popular como Luis Bárcenas y Francisco Granados, al ex ministro de Transportes y otrora peso pesado del PSOE, José Luis Ábalos, parece cobijarlo un manto de impunidad tan grueso como su capacidad para esquivar responsabilidades. Pese a las investigaciones que revelan un patrimonio desconocido y el hecho de que la Policía brasileña ya esté siguiendo el rastro de dos millones de euros desviados, el ex ministro sigue campando a sus anchas, sin la más mínima preocupación por una posible estancia a la sombra.

Cuestión de colores: justicia para unos, impunidad para otros

Recordemos que Luis Bárcenas pasó automáticamente a prisión preventiva en cuanto se descubrieron sus cuentas en Suiza. Sin embargo, para Ábalos, cuyo nombre resuena con fuerza en el escándalo de las mordidas de las mascarillas, la justicia parece haber adoptado un relajado “esperemos a ver qué pasa”. ¿Será que en España la impunidad viene a juego con el carné de partido?

No olvidemos también el caso de Rodrigo Rato, que fue detenido con un despliegue policial digno de una película de acción cuando se destapó su fortuna oculta. Su pecado fue ser del PP, porque si en lugar de Rato hubiese salido de la sede socialista de Ferraz, lo más probable es que hoy estuviese dando lecciones de economía en alguna tertulia televisiva afín.

El generoso olvido del PSOE con sus corruptos

El informe de la UCO destapa que Ábalos no sólo tiene cuentas e inversiones no declaradas, sino que además habría participado en un presunto blanqueo de capitales. Aun así, el Partido Socialista parece aplicar de nuevo su política de «aquí no ha pasado nada». Pedro Sánchez, fiel a ese olfato selectivo para la corrupción, se apresuró a desvincularse de su ex número tres en la organización. Pero claro, expulsarlo de la política es una cosa, y dejar que rinda cuentas ante la justicia es otra muy distinta.

Curiosamente, cuando se trata de dirigentes de otros partidos, el PSOE es el primero en subirse al púlpito de la moral y clamar por justicia. Pero cuando los trapos sucios pertenecen a su propia bancada, el silencio y las excusas se convierten en la norma:

  • Ábalos aún no ha sido detenido ni procesado, mientras que Bárcenas fue encarcelado en tiempo récord.
  • La denuncia de la policía brasileña sobre el desvío de dinero no ha provocado ni una sola medida cautelar en España.
  • Pedro Sánchez se lava las manos con una celeridad sospechosa, mientras su exministro sigue libre como el viento.

La «incompleta» investigación de la UCO

Para ponerle la guinda a este despropósito, la UCO ha solicitado un informe a Hacienda para esclarecer los bienes de Ábalos entre 2014 y 2024. ¿Por qué tanto tiempo para investigar algo que debería haber sido inmediato? Es más, se ha instado a CaixaBank a proporcionar información sobre cuentas bancarias y transferencias sospechosas, una diligencia que, en otros casos, se habría llevado a cabo desde el primer día.

Mientras tanto, en Brasil, los organismos financieros han detectado transferencias millonarias lo suficientemente turbias como para poner al ex ministro en el radar de una posible trama de corrupción internacional. Eso sí, aquí en España, miramos para otro lado. ¡Qué conveniente!

El doble rasero del PSOE ya no sorprende

En definitiva, José Luis Ábalos sigue paseándose libremente por el Congreso, con la tranquilidad de quien sabe que, si eres del PSOE, la justicia es un concepto flexible. Lo que para otros significó prisión inmediata, para él es un simple contratiempo administrativo. Porque en la España de Sánchez hay corruptos de primera y corruptos de segunda… y luego están los socialistas, que parecen gozar de una suerte de inmunidad especial.

Si algo nos deja claro este escándalo es que el Socialismo patrio no solo ha perfeccionado el arte del oportunismo político, sino que ha logrado lo impensable: instaurar la impunidad selectiva como política de Estado. En este país, la corrupción puede salir gratis… siempre que milites en el partido adecuado.

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