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El PSOE descubre la comida del pueblo… a precio de ministro

El PSOE descubre la comida del pueblo… a precio de ministro
El Partido Socialista parece estar viviendo su particular revolución gastronómica. Después de años obsesionados con los restaurantes de estrella Michelin y los caterings financiados con dinero público, parece que han decidido acercarse a los gustos del pueblo. Claro que, como era de esperar, su versión del menú del día tampoco es precisamente para obreros. A 15 eurazos el plato de lentejas, la taberna favorita de Ana Milán se convierte en el nuevo descubrimiento culinario de la élite socialista.
De los fogones ministeriales al menú del día
Nos imaginamos la escena: un asesor de Moncloa, con corbata mal anudada, entrando en Casa Macareno con la ilusión de un explorador británico en la selva amazónica. «¿Así come la gentuza?», se pregunta mientras da el primer bocado a una croqueta. Y entre torreznos y patatas bravas, llega la epifanía: la comida popular no estaba tan mal. Ahora el PSOE vende como gran hallazgo lo que cualquier español de a pie lleva décadas disfrutando.
Pero claro, en su versión socialista los precios suben a la estratosfera. Que sea comida «del pueblo» no significa que vaya a ser accesible para ese mismo pueblo. Como con sus políticas, todo es cuestión de aparentar: predican la austeridad mientras cobran dietas que cubren restaurantes con manteles de lino.
Del caviar a los torreznos (pero con filtro socialistamente aprobado)
Los dirigentes del PSOE han pasado de los mariscos en Galapagar a venerar «las tabernas de toda la vida»… siempre y cuando tengan decoración castiza, maridaje de autor y una factura que haría temblar a cualquier becario. En este caso, Casa Macareno parece haberse convertido en el templo del socialismo gourmet: torreznos con denominación de origen, croquetas que se codean con la aristocracia y huevos estrellados que solo pisan las mesas de los que pueden permitirse la broma de 15 euros.
Algunos platos estrella incluyen:
- Falso risotto de carabinero: Porque el PSOE tampoco podía abrazar completamente la humildad. No es un risotto real, pero cuesta como uno.
- Huevos estrellados con gambones: Un platillo que suena humilde hasta que descubres que los gambones han sido probablemente criados con más derechos laborales que cualquier autónomo.
- Patatas bravas: Aunque a este precio, las llamaremos «tubérculos elegantes con salsa de inspiración popular».
La hipocresía a la carta
Mientras venden la idea de estar en contacto con el ciudadano medio, sus hábitos de consumo siguen demostrando lo contrario. Para ellos, pagar 15 euros por un menú es una prueba de conexión con el pueblo. Para el resto de los mortales, es más bien un lujo que uno se permite en días puntuales, cuando el bolsillo lo permite.
Y es que la hipocresía gastronómica del PSOE no es nueva. Ya nos regalaron momentos estelares como:
- Menús de mariscada en reuniones oficiales, mientras predican la “justicia social”.
- Austeridad selectiva: para los demás, claro.
- Caviar progresista: Porque el gusto por lo caro no desaparece, solo se disfraza de alguna causa social conveniente.
El socialismo ‘deluxe’ nunca tiene fin
Lo de vender el nuevo descubrimiento gastronómico como un templo del pueblo ya es una broma recurrente. Lo próximo será probablemente que descubran los bocadillos de calamares, pero solo si se los sirven en un plato con reducción de balsámico y un precio prohibitivo.
En definitiva, Casa Macareno es maravilloso. No para el ciudadano común que malvive con sueldos mileuristas, pero sí para esos defensores del obrero que celebran sus políticas con copas de vino de 30 euros. Porque eso sí, el socialismo se predica… pero no se practica.
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